La enseñanza de los escribas era de segunda mano, la de Jesús era fresca, pura y autoritativa. - “Cuando Jesús terminó de decir estas cos...

Jesús tenía cualidades únicas para la enseñanza en su tiempo que el mismo había aprendido de sus mentores. Pero lo que hace de Jesús un gran maestro, no solo son las técnicas sencillas que usaba, sino que su enseñanza era algo nuevo y fresco que cada día. Las enseñanzas tradicionales, como la de los fariseos eran de segunda mano, mientras que la enseñanza des Jesús era fresca, pura y autoritativa. Es muy probable que el niño Jesús aprendió en la sinagoga como los demás niños judíos. Aparentemente, sus maestros le enseñaron bien, porque en varias maneras demostraba sus habilidades educacionales. En primer lugar, Jesús practicaba las artes literarias. Es decir, que demostró su habilidad de leer con autoridad en la sinagoga; Lucas 4:16-20; aunque no escribió un libro, ni un folleto, ni cartas, etc., demostraba su familiaridad con la habilidad de escribir, por ejemplo en esta disputa con los maestros tradicionales: “Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo.” Juan 8,6.
Jesús tenía conocimiento de idiomas.
Sus palabras dichas en la cruz: “Elí, Elí, ¿lama sabactani?” (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?) en Mt. 27:46, indican que sabía el idioma vernáculo arameo y también el idioma de los patriarcas, el hebreo.
Jesús tenía conocimiento de las escrituras.
Según los evangelistas, especialmente Mateo, Jesús conocía profundamente las escrituras sagradas, porque de ellas frecuentemente citaba pasajes de memoria. Jesús creía en la enseñanza: “Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy.” Juan 13:13 y fue un maestro por excelencia. Todo esto significa que Jesús no fue analfabeto y que aprovechaba bien todo lo que le ofrecía la educación judía de su tiempo. En muchos aspectos no fue muy diferente a otros maestros contemporáneos, aunque su enseñanza tuvo un saber propio y especial.
Jesús tenía conocimiento de las tradiciones.
Además de sus habilidades literarias, Jesús poseyó algunas cualidades especiales que le servían en sus enseñanza. Tenía una familiaridad con las tradiciones y leyes orales su pueblo: “Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: "No mates, y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal." (Mt. 5:21, 27, 31, 38, 43)
Jesús tenía un profundo conocimiento del ser humano.
Jesús tenía también una comprensión profunda de la naturaleza humana, que le ayudó a discernir los pensamientos y sentimientos íntimos de las personas con las cuales se encontraba: “…no necesitaba que nadie le informara nada acerca de los demás, pues él conocía el interior del ser humano” Juan 2:25. (Mt. 9:4, Jn. 1:47). Jesús enseñaba con autoridad, así como nos indica el texto bíblico en Mateo 7:28, 29, al inicio de este artículo.
Jesús fue lo que enseñaba.
Y, más importante que nada, Jesús tuvo la cualidad de encarnar la verdad: “Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.” Juan 14:6. Jesús fue ciento por ciento lo que enseñaba; de modo que inspiró confianza en todo lo que dijo.
Extraído de “Bases para la educación cristiana” de Hayward Armstrong. Pág. 30 y 31. Editorial Casa Bautista de publicaciones.