Hemos aprendido que trabajar en equipo como pareja no solo fortalece nuestra relación, sino que también nos ayuda a ser más eficientes y efectivos en
ASPECTOS PARA UN MATRIMONIO SALUDABLE Y LLENO DE ROMANCE
A través de este artículo y los siguientes, quisiera compartir algunas experiencias de nuestra vida matrimonial con mi esposa Ninfa, que podrían
ser útiles para la pastoral y el liderazgo de
la iglesia. Hemos aprendido que trabajar
en equipo como pareja no solo fortalece
nuestra relación, sino que también nos
ayuda a ser más eficientes y efectivos en
las actividades y proyectos que Dios nos
permite realizar.
Trabajar juntos nos ha enseñado que,
cuando un proyecto se consolida, es más
fácil dar vida a nuevas iniciativas. Este enfoque nos ha permitido asumir más desafíos cada día. Actualmente, somos pastores de la iglesia Betesda y coordinamos varias iniciativas, como la entrega de sillas de
ruedas a nivel nacional y dirigir un equipo de capellanes hospitalarios, ambas para la
Fundación Jesús Responde al Mundo de
Hoy. Además, gestionamos nuestros propios emprendimientos: Ninfa dirige una
tienda de ropa y yo manejo un negocio de
bienes y servicios. Entre todo esto, seguimos cumpliendo nuestros roles como padres y como esposos.
Para mantener vivo el romance en
medio de esta vida tan activa, hemos desarrollado un estilo de vida que nos ayuda
a fortalecer nuestra relación. Algunos
principios que seguimos son:
- Comenzar el día poniendo nuestra vida en las manos de Dios.
- Planificar juntos las actividades del día siguiente.
- Comunicarnos de manera constante.
- Manejar los recursos con honestidad y transparencia.
- Evaluar nuestras metas periódicamente.
- Practicar el compañerismo, ser amigos y buscar soluciones juntos.
- Respetarnos mutuamente.
- Reconocer las fortalezas y debilidades del otro.
- Poner entusiasmo en todo lo que hacemos.
- No frustrarnos cuando las cosas no salen como esperamos.
En nuestra experiencia, mantener un
matrimonio saludable y lleno de romance
no ocurre por casualidad; requiere dedicación, esfuerzo y atención tanto a los
grandes momentos como a los pequeños
detalles del día a día. Para nosotros, dos
pilares fundamentales han sido esenciales
en este camino: recordar y celebrar las fechas importantes que marcaron nuestra
historia como pareja, y cuidar con esmero
los detalles cotidianos que nutren nuestra
relación. A continuación, queremos compartir cómo estos aspectos han sido clave
en nuestra vida matrimonial y cómo pueden inspirar a otras parejas en su caminar
juntos.
1. Recordar las fechas importantes
Celebrar las fechas especiales para la pareja es fundamental para mantener viva la
chispa. Recordar momentos como el día
que nos conocimos, cuando comenzamos nuestro noviazgo, nuestro compromiso, la boda o el nacimiento de los hijos
nos ayuda a fortalecer nuestra relación.
Aunque no siempre podamos celebrar estas fechas como quisiéramos, revivir las
emociones y anécdotas de esos días nos
une más.
Esas fechas, vividas en tiempos de
abundancia o escasez, en salud o enfermedad, son un recordatorio constante de
la fidelidad de Dios. Nuestro versículo de
bodas, Cantares 8:7, sigue siendo nuestra
guía:
Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, de cierto lo menospreciarían. (RV60)
Este recordatorio renueva nuestro
compromiso y aviva el amor en todas las
circunstancias.
Por lo general, suele ser más fácil para
las mujeres recordar estas fechas, pero es
importante que los hombres también hagan el esfuerzo. Para muchas esposas, que
el marido olvide estos momentos puede
ser decepcionante y, con el tiempo, enfriar la relación. Por eso, quiero animar a
los esposos a desarrollar un interés genuino en recordar estas fechas importantes
para la pareja.
2. Cuidar los pequeños detalles del día a día
En el matrimonio, los pequeños detalles
hacen la diferencia. Las mujeres, en especial, necesitan nuestra atención 24/7, ya
que ellas suelen vivir su vida de manera
más integral, mientras que los hombres
tendemos a manejar nuestra vida por
áreas separadas. Entender esta diferencia
nos ayuda a responder mejor a las expectativas de nuestra pareja.
Dentro de estos detalles, que no son
cualquier detalle, tres aspectos específicos que consideramos esenciales para fortalecer la relación son:
- La dimensión espiritual: El cuidado espiritual de la pareja y la familia es clave, y es responsabilidad del varón. El esposo, como líder espiritual, tiene la responsabilidad de guiar su hogar en la fe. En esto no puede ni debe navegar en dos aguas. Este aspecto, que a menudo se da por sentado en el matrimonio, es uno de los más importantes, ya que brinda estabilidad y fomenta una relación íntima y honesta entre ambos.
- La dimensión emocional: El cuidado emocional es un trabajo mutuo. Confirmar nuestro amor con detalles, palabras y acciones fortalece el vínculo. Como esposo, soy responsable de proteger las emociones de mi esposa, al mismo tiempo que ella es mi apoyo y consejera, mi «guardaespaldas», la compañera que suele percibir las cosas que yo no veo y me ayuda a interpretar mejor las situaciones que enfrentamos juntos.
- La dimensión física: Este aspecto también es importante. Prestar atención a las necesidades físicas, cuidar la apariencia, la alimentación y los gustos del otro demuestra interés y compromiso. Conocer los gustos y preferencias de la pareja y tratar de satisfacerlos fortalece el amor y fomenta un ambiente donde ambos se sienten valorados.
Celebrar el matrimonio, un desafío constante
El matrimonio es una aventura diaria llena
de desafíos, pero con amor, compromiso
y esfuerzo, es posible mantener vivo el romance. Celebrar el matrimonio no es algo
que se hace una vez, sino un proceso continuo. Nuestra oración es que estas reflexiones puedan ser de ayuda para otros
matrimonios que desean honrar a Dios y
fortalecer su relación.
Por Miguel Caballero (itaugua_carreta@hotmail.com)
Con más de 20 años de ministerio pastoral, Miguel y Ninfa
Caballero sirven como pastores en la Iglesia Betesda de Itauguá, perteneciente a la Convención de Iglesias Paraguayas
de los Hermanos Menonitas MVD. Además de su labor pastoral, coordinan la entrega de sillas de ruedas a nivel nacional y dirigen un equipo de capellanes hospitalarios, ambos
en colaboración con la Fundación Jesús Responde al Mundo de Hoy. Miguel y Ninfa combinan su vocación ministerial
con actividades empresariales, además de cooperar activamente con otros ministerios afines.