El grupo es pequeño, la comunión es grande ¿Perteneces a un grupo de iglesia celular? En ese caso tienes un tesoro y puede que no lo sup...
El grupo es pequeño, la comunión es grande
¿Perteneces a un grupo de iglesia celular? En ese caso tienes un tesoro y puede que no lo supieras. ¿Es posible una comunión plena en un grupo pequeño? La respuesta es un rotundo «sí». Permíteme señalar algunos puntos claves para poder entenderlo.Primeramente es necesario entender de forma correcta qué es comunión. Esta palabra proviene del griego κοινωνία (koinonía), y significa «tener en común algo, compañerismo». Por tanto, el cristiano en la congregación posee personas con las cuales tiene algo en común: la fe, la salvación, Dios. En este espacio, quiero exponer tres aspectos de la comunión que se explotan de forma extraordinaria solamente en la célula.
Permite conocerse mejor
El grupo pequeño potencia la comunión porque es un grupo reducido de perso-nas, que pueden conocerse de forma más profunda e íntima que en una reunión de varias decenas de miembros. Si hay algo que caracteriza al ser humano es su necesidad de sentir pertenencia a algo. La célula consigue ese sentido de pertenencia al ser un grupo reducido e íntimo de amigos que comparten la misma fe.Permite una mayor apertura
La célula permite «llorar con el que llora» de forma más puntual. A veces, no es posible abrirse del todo en una reunión de la iglesia en general. Esto tristemente es una realidad innegable. La célula puede suplir esta necesidad de ser escuchado, sin miedo, en un ambiente de confianza familiar.Es fácil llorar con el que llora, pero complicado reír con el que ríe, porque en muchos casos sale cierta envidia a algunos cuando al otro le va tan bien. En la célula los hermanos son íntimos, y es más fácil que la genuina alegría por el progreso de otro se dé.
Permite compartir la vida
Los grupos pequeños tienen una función vital en la vida de la iglesia, ya que proveen ciertas libertades de actuación que serían prácticamente imposibles en una comunidad más grande. Aunque todos somos hermanos —y no estamos desde aquí fomentando parcelas sectarias—, es cierto que existe una afinidad especial en los grupos más reducidos. La comunión se fomenta de forma extraordinaria, ya que la célula se convierte en parte esencial e integral en la vida de losque la constituyen. El servicio y la ayuda mutua, el ser escuchados, el cantar y comer juntos, son parte de la comunión que se da. Esto es parte de la vida cristiana, como la iglesia primitiva en Hechos nos muestra: «Todas las cosas en común, comían juntos con sencillez» (Hch 4.32).
Algunos teólogos consideran que el grupo pequeño o célula es la iglesia visible más parecida a la primitiva. En ella se dan características intencionales de vida comunitaria que son algo más difícil que se den en reuniones de mayor número. Por tanto, y como se dijo al comienzo, si perteneces a un grupo pequeño de la iglesia, tienes un tesoro de vida comunitaria, en el cual puedes experimentar la vida de comunión con aquellos con quienes compartes a Cristo.
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Por Raúl Catalán Vilches.
Raúl tiene 37 años y es español, pero está viviendo en Guatemala por casi 5 años. Junto con su esposa Angie se encuentra realizando estudios en SETECA. Es licenciado en Teología por la Universidad San Pablo, y ahora está finalizando un Máster en Teología en SETECA. Actualmente es profesor adjunto en las áreas de Liderazgo Bíblico y Teología. También es pastor de familias en dicho seminario e imparte conferencias en diferentes iglesias locales.