El Espíritu y la creación Desde la eternidad, Dios el Espíritu Santo vivía en la Deidad, como integrante de la Trinidad. Aunque la Bib...
El Espíritu y la creación
Desde la eternidad, Dios el Espíritu Santo vivía en la Deidad, como integrante de la Trinidad. Aunque la Biblia presenta una unidad indivisible, cada uno cumplió o cumple roles específicos en la historia de la humanidad.
“En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía, y la oscuridad cubría las aguas profundas; y el Espíritu de Dios se movía en el aire sobre la superficie de las aguas” (Gn 1.1-2 NTV).
“El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del Todopoderoso” (Job 33.4).
Job da a entender que en todo acto creador está presente el Espíritu Santo (ver también Sal 104.30).
Y Pablo relaciona Espíritu Santo y creación en Ro 8.18-25 donde nos habla de los gemidos de la creación que espera la redención de los hijos de Dios.
El Espíritu y la redención
El Espíritu Santo juega un papel fundamental en la redención del ser humano. Podemos reconocer el señorío de Cristo únicamente por medio del Espíritu Santo:
“Nadie puede decir: Jesús es el Señor, excepto por el Espíritu Santo” (1 Co 12.3 LBLA).
Su misión es convencer de la necesidad de la redención, sólo por Cristo, a los pecadores (Jn 14.17; 15.26; 16.8-14); nos trae la presencia de Cristo (Jn 14.17, 23, 18; 16.7); ayuda a los creyentes (Jn 14.6); guía y equipa a la iglesia, para expandir el mensaje de redención (todo Hch); y renueva la vida del creyente.
“Él nos ha salvado no en virtud de nuestras buenas obras, sino por su misericordia; y lo ha hecho por medio del lavamiento que nos hace nacer de nuevo y por medio de la renovación del Espíritu Santo” (Tit 3.5-6 BLP).
El Espiritu y la revelación
La Biblia, la Palabra de Dios, fue revelada y transmitida al ser humano por el Espíritu Santo.
“Pero Dios nos ha mostrado eso por medio del Espíritu porque el Espíritu lo sabe todo, incluso los secretos más profundos de Dios” (1 Co 2.10 PDT).
Jesucristo es la máxima revelación de Dios para el ser humano (Jn 1), pero Él es presentado en la revelación de las Escrituras (tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento). El Espíritu Santo nos revela a Dios siendo guía fundamental en la transmisión de su voluntad y de la verdadera historia de la salvación (1 Pe 1.10-12; 2 Pe 1.21; 2 Ti 3.16; He 1.1-2).
Sabemos que lo que está revelado en la Biblia es confiable, ya que su mensaje fue inspirado por el Espíritu Santo.
Fuente
M. Pearlman. Teología Bíblica y Sistemática. Vida.
C. Hodge. Teología Sistemática. CLIE.
M. Erickson. Teología Sistemática. CLIE.