Por Lic. Ruben Driedger, ridriedger@adinet.com.uy Serie: Desafíos postmodernos para la Iglesia del siglo XXI. Parte 2 / 3 No os conforméi...
Serie: Desafíos postmodernos para la Iglesia del siglo XXI. Parte 2 / 3
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2
En el primer artículo desarrollamos los elementos constituyentes del tiempo postmoderno. Allí reflexionamos sobre lo que significa una negativa a la historia, la cultura del bienestar y del simulacro
como el pluralismo reinante en nuestra sociedad. En esta ocasión queremos hablar acerca de las Oportunidades y Amenazas postmodernas para la Iglesia de hoy.
Oportunidades de aperturas concebidas:
Una de las oportunidades observables en las iglesias, es su gran apertura a la renovación espiritual. Los que están más abiertos a cambiar, mayormente, son las generaciones más jóvenes. Están más abiertos a lo sobrenatural. Se habla del poder de la oración, se hacen vigilias, se adora en grupo para sentirse unidos, no solo entre personas sino con Cristo mismo. Representa una oportunidad porque se está más abierto al auténtico evangelio. Los miembros son más creacionistas y contemplativos, tendiendo a potenciar y ayudar, al redescubrimiento del verdadero Dios de la Biblia.También existe más apertura hacia la Confraternidad con personas de diferentes denominaciones. En diferentes iglesias el tiempo postmoderno ha unificado los elementos litúrgicos. Estos elementos hoy representan un valor transversal, similar en las diferentes denominaciones. Se cantan las mismas canciones, se llevan a cabo programas similares de reuniones caseras, evangelización, etc. Hasta tal punto que ya casi no se experimentan u observan considerables diferencias en los cultos.
Esta apertura ha traído también una nueva visión de la “Misión de Dios” y de la acción misionera dentro de la iglesia. Se está más abierto y dispuesto de aceptar otras opiniones, de trabajar juntos a pesar de las diferencias doctrinales, ya que esto es pregonado por el pluralismo y la tolerancia, característico de la misma postmodernidad. Claro está que en este contexto lo podemos ver como positivo, aunque por otra parte el pluralismo y la tolerancia son, en sus objetivos finales dentro del mundo global, destructores y negativos.
Efectos negativos o amenazas:
Uno de los efectos negativos o amenazas que observamos en las iglesias es que poco se logra con una argumentación teológica racional. Los jóvenes son más intuitivos, emotivos, sienten más a nivel de piel lo que está ocurriendo en su entorno. Se hace un examen no tanto racional, sino a nivel sentimental, me está llegando o no, me cae bien el pastor, las personas etc. A veces esta es la forma como se sanciona si una cosa es buena o no, en el sentido espiritual. Esta amenaza presenta sin duda, un gran peligro de caer en lazos de falsos profetas y maestros habladores de mentiras. De igual forma, la apertura a lo sentimental y emotivo lleva a que los principios de la fe no son defendidos vehementemente. Se está más dispuesto de conciliar, de alguna manera, los variados enfoques. Esto conlleva a una pérdida de identidad, que anteriormente, hasta cierto punto, se sustentaba en la denominación. Se hace necesario analizar las corrientes de pensamiento transversal que afectan al ambiente eclesial. Esto puede llevar a una tolerancia falsa de dejar vivir todas las orientaciones religiosas o confesionales, ya que nadie puede pretender tener la única verdad, como lo argumenta la postmodernidad. Esto es peligroso. Colosenses 2: 8 nos ayuda para terminar esta reflexión “Mirad que nadie os haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo”. AMÉN.
Fuente:
Driedger, R. (2004) La posmodernidad y la verdad ¿Existe una VERDAD válida para nuestra vida? Montevideo, Editorial Acups.