Señales de crecimiento espiritual: A continuación, presentamos algunos indicadores clave que evidencian que los grupos pequeños son fructíferos en el
INDICADORES PARA EVALUAR EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL EN GRUPOS PEQUEÑOS
Desde sus inicios, los grupos pequeños en las iglesias evangélicas han
surgido como respuesta a necesidades palpables dentro de la comunidad
de fe y en el contexto sociocultural que la
rodea. Los líderes eclesiásticos y denominacionales han dedicado tiempo y reflexión a la planificación de objetivos, visión
y misión, fundamentándolos en su realidad y necesidades específicas.
Los grupos pequeños constituyen un
pilar fundamental sobre el cual el cuerpo
de la iglesia se edifica y se desarrolla. Denominados de diversas maneras —grupos en casa, células, reuniones caseras,
grupos de crecimiento, entre otros— representan un medio eficaz y valioso para
el crecimiento integral de la iglesia local.
Es importante reconocer que los objetivos trazados para los grupos pequeños pueden variar según la iglesia o denominación, dando lugar a diferentes tipologías: grupos de discipulado, de oración,
de evangelismo, de cuidado pastoral, etc.
No obstante, comparten propósitos y
metas bíblicas esenciales en la tarea de
implementar este modelo de trabajo.
Indudablemente, las iglesias que han
adoptado intencionalmente este modelo
buscan un doble fruto: el crecimiento espiritual de sus miembros y el aumento numérico de nuevos discípulos. Esta adopción no responde a una moda pasajera,
sino a la convicción de que un ministerio
de grupos pequeños solo será verdaderamente efectivo si se alinea con propósitos
bíblicos sólidos. Aquellas iglesias que han
definido con claridad su propósito, establecido metas bíblicas e identificado indicadores de crecimiento son, sin duda, las
que cosechan los mayores frutos en sus
grupos pequeños.
La pregunta crucial: ¿cómo medir el crecimiento espiritual?
Ante este panorama, surge una pregunta
fundamental: ¿Cómo podemos discernir
y evaluar el crecimiento espiritual de
quienes participan activamente en un
grupo pequeño? ¿Cuáles son los indicadores concretos que pueden ayudar a las
iglesias a medir el progreso espiritual que
se gesta en estos espacios de comunión y
aprendizaje?
Como hemos señalado, cada iglesia
define sus propios objetivos, metas y propósitos, los cuales servirán como vara de
medición para evaluar el crecimiento espiritual. A continuación, presentamos algunos indicadores clave que evidencian
que los grupos pequeños son fructíferos
en el crecimiento espiritual:
Indicadores de crecimiento espiritual en los grupos pequeños
- Transición del pastor a líder de líderes: Se observa un crecimiento espiritual cuando el pastor de la congregación deja de ser un «hombre orquesta» para convertirse en un guía y director de la visión de los grupos pequeños, empoderando a otros líderes.
- Pastoreo ampliado y efectivo: El cuidado pastoral se extiende y se profundiza, ya que múltiples personas se involucran en la labor de visitación, consejería y ministración. Como bien señaló Rick Warren en Una iglesia con propósito, en una iglesia en crecimiento, los grupos pequeños son esenciales para gestionar las funciones pastorales y prevenir la deserción.¹
- Involucramiento activo de los creyentes: Se manifiesta un crecimiento espiritual cuando todos los creyentes participan de manera activa y dinámica en la consecución de la visión y misión de los grupos pequeños.
- Cultivo de la intimidad y el compañerismo: Los grupos pequeños se convierten en espacios donde se aprovechan las oportunidades para fomentar la intimidad y el compañerismo, permitiendo a los miembros activar sus dones y apoyarse mutuamente en su caminar con Cristo, compartiendo experiencias personales de fe y fortaleciendo el sentido de comunidad. En estos escenarios, la fe se traduce en vida práctica y la doctrina se aplica al día a día.
- Participación intergrupal activa: Se evidencia crecimiento espiritual cuando los miembros de los grupos pequeños participan activamente en las diversas actividades promovidas por otros grupos, facilitando la comunión y contribuyendo a la madurez integral de los creyentes. La cantidad de familias e individuos involucrados es un indicador relevante.
- Avance en el discipulado y la multiplicación: Se observa un incremento en el número de creyentes que avanzan en el proceso de discipulado y en aquellos que, como fruto de su crecimiento en la Palabra, se involucran sistemáticamente en la misión de discipular a otros.
- Evangelismo orgánico y continuo: Los grupos pequeños se caracterizan por un evangelismo constante, que no depende de eventos especiales, sino que fluye naturalmente de la vida y el testimonio de sus miembros.
- La iglesia sale a la comunidad: La iglesia se proyecta activamente en la comunidad a través de las iniciativas de los grupos, descentralizando su labor y haciéndose presente en diversos puntos geográficos de la ciudad.
- Conversiones genuinas y crecimiento sano: Se aprecia un aumento mensual de personas que aceptan genuinamente a Cristo, fruto del evangelismo personal de los integrantes de los grupos pequeños. El evangelismo deja de ser una tarea exclusiva de unos pocos para convertirse en una responsabilidad compartida por cada miembro.
- Aumento de bautismos: Se registra un crecimiento en el número de bautismos en agua como testimonio público de la fe abrazada gracias a las enseñanzas impartidas y el ambiente de fe vivido en los grupos pequeños.
- Multiplicación de grupos: El crecimiento espiritual se manifiesta en la multiplicación de los grupos, permitiendo que un mayor número de personas participen y desarrollen relaciones significativas que nutran su crecimiento en Cristo.
- Profundización en la enseñanza y el aprendizaje: Los miembros dejan de ser espectadores pasivos para convertirse en estudiantes activos y participativos en la enseñanza y el aprendizaje profundo de la Palabra de Dios y la aplicación de los principios cristianos.
- Surgimiento de nuevos líderes y estabilidad financiera: Los grupos pequeños se convierten en semilleros de nuevos líderes potenciales, capaces de liderar nuevos grupos, lo que a su vez favorece la estabilidad financiera de la iglesia a través del incremento en las diversas formas de reunir fondos.
Conclusión
Tanto la Biblia como la historia de la iglesia dan testimonio del papel fundamental
de los grupos pequeños en el crecimiento
espiritual del cuerpo de Cristo. Por ello, es
crucial continuar desarrollando y difundiendo la visión y el propósito de estos
grupos, para que más pastores e iglesias
abracen esta visión y puedan alcanzar a
muchos para Cristo, contribuyendo al engrandecimiento de su obra.
Por ello, es crucial como líderes e iglesias definir un propósito claro, establecer
metas bíblicas e identificar indicadores de
crecimiento para poder percibir el éxito
de los grupos pequeños, generando gozo
y perseverancia para la gloria de Dios.
Fuentes y referencias
- Rick Warren. Una iglesia con propósito: Cómo crecer sin comprometer el mensaje y la misión. Editorial Vida, 1998.
Por Óscar Benítez (rednacionaloracionpy@gmail.com)
Óscar Benítez Mencia es pastor de la iglesia Alfa y Omega de
los Hermanos Menonitas y capellán de la Asociación Capellanía Evangélica (ACE). Reside en Lambaré, Paraguay, junto
a su esposa Evangelina. Ha realizado estudios teológicos en
la Facultad de Teología de la Universidad Evangélica del Paraguay (UEP), sede Instituto Bíblico Asunción (IBA).