La dedicación de niños se practicó desde el Antiguo Testamento, en tiempos de Jesucristo y continúa en la Iglesia actual. Los niños son de especial interés para el Señor y también deben serlo para su Iglesia. Aunque el Nuevo Testamento no ordena un ritual, la forma como Jesús se relacionó con los pequeños nos alienta a dedicar los niños a Dios (Mt. 19.13-15; Mr. 10.13-16; Lc. 18.15-17).
La ceremonia litúrgica hoy en día podría organizarse para enfatizar cuatro propósitos básicos:
- Agradecer a Dios por el milagro de este nacimiento.
- Hacer un pacto con los padres para que críen al niño de tal forma que ame a Jesús.
- Comprometer a la congregación para que proporcione el apoyo a los padres en su tarea de guiar a los niños.
- Bendecir al niño y dedicarlo a Dios.
- El calendario de la iglesia debería incluir fechas en las que se planea tener dedicación de niños (Ej: día de la madre, día del niño, etc.).
- Haga de ese acontecimiento un potencial evangelizador, animando a los que participan a que inviten a su familia y a sus amigos.
- El pastor debe tener la información del nombre del niño, de sus padres, fecha de nacimiento y cualquier asunto de interés especial que esté conectado con el niño. Hay iglesias que acostumbran a realizar la dedicación de varios niños en la misma ceremonia.
- La ceremonia: Los padres y niños pasan al frente. Se puede cantar un cántico. El mensaje no debe ser largo ya que muchas veces los niños se ponen inquietos.
- Textos que se pueden utilizar en el mensaje: Dt. 6.4, 7; 1 S. 1.27, 28; Sal. 127.3-5; Pr. 22.6; Is. 8.18; Jer. 13.20; Mt. 18.2-6, 10; 19.13-15; Mr. 10.13-16; Lc. 1.46-55; 2.22-38; 18.15-17; Ef. 6.4.
- Se puede preguntar a los padres: ¿Prometen ustedes como padres hacer todo lo que esté en sus manos para criar a este niño en los caminos de Dios?
- Se termina el culto con una oración de dedicación, colocando las manos sobre el/ los niños. Si el grupo es grande puede pedir a los ancianos u otras personas colocar las manos sobre las cabezas de los niños.
- La iglesia puede entregar un certificado de recuerdo para los padres. Algunas iglesias suelen sellar el pie del niñito en el certificado como símbolo y recuerdo de sus primeros pasos en los caminos del Señor.
Lectura recomendada: “Bosquejos de sermones para días especiales” de José Luis Martínez. Casa Bautista de publicaciones.
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