Entrevista al Dr. Edesio Sánchez Cetina, mexicano, casado con Cira Ivette Gómez Angulo. Tiene dos hijos, Edesio (27) e Yvette (12). Es ...
Entrevista al Dr. Edesio Sánchez Cetina, mexicano, casado con Cira Ivette Gómez Angulo. Tiene dos hijos, Edesio (27) e Yvette (12). Es pastor ordenado de la Iglesia Presbiteriana de México. Hizo una especialidad (Licenciatura) en Estudio Latinoamericanos en la UNAM (Universidad Autónoma de México) y estudios postdoctorales en lingüística en la Universidad de California en Santa Bárbara. Ha escrito comentarios bíblicos para Deuteronomio, Josué, Jueces y Malaquías. En la actualidad prepara uno para el libro de los Salmos.
Fue el coordinador de la Traducción en Lenguaje Actual de las Sociedades Bíblicas Unidas. Ha asesorado los proyectos de traducción al idioma Maya (Yucatán, México), Guaraní (Paraguay), Miskitu y Sumu (Nicaragua) y Kuna (Panamá).
El Dr. Sánchez recomienda a los pastores y líderes de iglesias a revalorar las aproximaciones de la niñez a la realidad, tales como el juego, en nuestra búsqueda de un mundo más humano, justo y compasivo. La mayor dificultad al apreciar la teología desde un punto de vista de la niñez es el que debemos como adultos abandonar los presupuestos más dogmáticos de nuestras actitudes esquematizadas y sistematizadas que se cierra a la novedad y el asombro, y se llena de temores ante lo nuevo. De allí la necesidad de que seamos como niños, ya que como dijera Jesús, el Reino de Dios es de quienes son como ellos.
Es un placer poder para nosotros desde el Periódico pastoral La Fuente abordar la temática de enfocar las dimensiones no percibidas generalmente del pensar teológico, abordando el estudio de Dios desde la perspectiva de los niños. ¿Cuál es la idea central o el propósito suyo al enfocar esta temática?
En el modelo Bíblico, para destronar la injusticia y para crear un nuevo mundo y un nuevo reinado, el adulto tiene que hacerse a un lado, con todas sus instituciones, organizaciones y estructuras. En el nuevo comienzo de Dios, marcado por la proclamación profética y por el mensaje inicial del Nuevo Testamento, Dios se encarna en un nuevo Adán que no es adulto, sino un niño, un bebito. Emmanuel, el Mesías, viene con todo su poder transformador y creador en la persona de un niño".
Estudiando en verdad textos bíblicos como Salmos 8:2, Isaías 9:6-7 y 11:3-6, y el vers.25, Mateo 18:2-5 y 21: 15-16, Marcos 10:14-15 y Lucas 2:10-12, se puede observar que son los niños quienes encabezan un modelo de mundo nuevo, un ser humano nuevo, un nuevo proyecto. A veces los teólogos quedamos un poco confundidos ante esta perspectiva. ¡Ya no son los adultos, grandes y poderosos, los que tienen el liderazgo de dialogar con Dios o para afrontar la maldad y vencer al enemigo! ¡Son los niños! En el Antiguo Testamento toda institución y forma social y política establecida por el ser humano fracasó. En la nueva creación, en el nuevo proyecto de Dios, en el enfrentamiento con la injusticia y la maldad, en el establecimiento del reinado de Dios, el líder es un "niño pequeño"
¿Quiere decir esto que bíblicamente el modelo del Nuevo Pacto implica una concepción muy diferente a la que solemos manejar comúnmente en el ámbito del liderazgo evangélico?
Por supuesto. No es fácil que los adultos captemos fácilmente que en el nuevo Reino tenemos que dar un paso al costado, con las instituciones, organizaciones y estructuras. La primera Navidad celebró no la llegada de un guerrero adulto y poderoso, armado hasta los dientes, sino la irrupción del Dios "todopoderoso" en forma de bebé recién nacido, en pañales y acostado en un pesebre.
En este evento, único y difícil de entender para la mentalidad adulta, el Dios niño se convierte en declaración teológica de cómo definir, de principio a fin, el proyecto salvador de Dios. Dios decide presentarse como un niño y su programa del Reino lo enfoca desde una perspectiva infantil. El plan de salvación no se puede entender plenamente si no se miran desde los ojos del niño Mesías, el protagonista principal.
¿Qué implicancia práctica tiene este enfoque en la iglesia de hoy en día?
Algo interesante en el modelo de Jesús es que los adultos pueden ser tropiezo para los niños; pero Jesús nunca es tropiezo para los niños, pero sí para los adultos. Es decir, los adultos pueden ser obstáculo y hallar obstáculo en el camino de la fe y la vida cristiana; pero los niños tienen acceso libre a Dios en Cristo.
De acuerdo con Jesús, los niños tienen un patrimonio que los hace poseedores legítimos del Reino de Dios; y tienen un "conocimiento" que los coloca como modelo para los adultos.
En este sentido Jesús utiliza parábolas en un contexto lúdico, de juego (ver por Ej. Mateo 6:26-32). El sistema de valores de Jesús nos saca del mundo "serio y estructurado" de los adultos y nos coloca en el territorio de los niños.
Existe hoy en día una urgencia de escribir una teología y de desarrollar las enseñanzas bíblicas desde el punto de vista de los niños. Creo que solo así podremos descubrir que en una verdadera teología bíblica, Dios "se abre paso" por vías y medios en los que "los adultos" no tienen el protagonismo ni la clave. Esas son las "sorpresas de Dios".
Es muy pertinente hoy en día ver y comprender a un Dios enmarcado constantemente en un ambiente lúdico. Muchas veces se puede observar en los relatos, aún del Antiguo Testamento a un Dios que utiliza la ironía, la sorpresa. A veces Dios aparece como un gran "juguetón", dispuesto a salirle al adulto por donde no se imagina. Se burla del enemigo y se ríe de las autoridades de su pueblo que quieren hacer las cosas a su manera, a lo adulto. (Ejemplos: el libro de Josué 9 con la travesura e ingeniosidad de los gabaonitas; Números 22:21-35 donde en un marco de humor y sorpresa una burra se pone a hablar; 2ª de Reyes 5 el relato de Naamán el "adulto" que se convierte en niño"; Lucas 19:1-10 donde Zaqueo el "adulto niño" jugando descubre el Reino de Dios, y otros relatos). Estos relatos los desarrollo de manera más amplia en el libro de la editorial Kairós: "Seamos como niños".
En las iglesias debemos redescubrir el niño que cada uno de nosotros fuimos alguna vez y dar un lugar privilegiado a los verdaderos poseedores del Reino de Dios. Los pastores y líderes pueden en la vida cotidiana de la comunidad eclesial tener la capacidad de asombro del niño, el no tener ataduras para lanzarse a algo nuevo e inédito, para aceptar al otro sin los "temores" raciales, sociales y morales. Únicamente esto se puede lograr a través del juego. En esta perspectiva, el juego es algo muy serio; si se quiere "peligroso" para quien se aferra a hacer las cosas a lo adulto. Hay que romper en las iglesias con la monotonía de la vida de "adultos", y volvernos como niños, juguetones, viviendo constantemente asombrados ante el amor y la libertad que Cristo nos ofrece.
Para continuar equipando su ministerio descargue la aplicación de La Fuente y suscríbase