La frase en el título de hoy inicialmente lo decían mis mayores; y como «persona mayor de alguien», en algún momento también la dije. ¿El problema son
PRINCIPIOS BÍBLICOS PARA EL LIDERAZGO – TERCERA Y ÚLTIMA PARTE
La frase en el título de hoy inicialmente
lo decían mis mayores; y como «persona mayor de alguien», en algún
momento también la dije. ¿El problema
son los «jóvenes de ahora», la «generación de cristal»? ¿O será tal vez un problema de enfoque en los «adultos de ahora»
que no saben por qué ellos son así?
Y de eso trata este último artículo, de
proponer un cambio en el modelo de
atención de nuestras iglesias: dejar de
pensar en edades y empezar a pensar en
generaciones.
¿Qué es una «generación»?
Según la RAE (2019), es un grupo de personas que nacen en fechas próximas, recibiendo educación e influencias culturales
y sociales semejantes, adoptando una actitud en cierto modo común en el ámbito
del pensamiento o la creación.
Entonces una generación va más allá
de tener edades parecidas; para la iglesia
lo relevante es que han vivido en contextos similares, lo que deriva en actitudes
también en común. Lombardía, Stein y
Pin, citados por Díaz-Sarmiento (2017),
sugieren explorar eventos históricos que,
por su importancia, crean una convicción
compartida sobre la vida y los valores.
Consecuentemente, se mencionan
generaciones como los baby boomers
(nacidos de 1946 a 1964); los X (nacen de
1965 a 1980); los millennials o Y (nacidos
entre 1981 y 1996); los Z o centennials,
(nacidos entre 1997 y 2010), y los Alfa (nacen a partir del 2011). El por qué cada una
tiene sus características específicas, es tema de estudio para el liderazgo cristiano.
Modelo actual
Tradicionalmente las iglesias locales dividen a la congregación por edades. La escuela dominical es el ejemplo típico:
Cuna, 0-2 años; Párvulos, 3-5 años; Principiantes, 6-8 años; Primarios, 9-11 años; Intermedios, 12-15 años; Jóvenes, 16-25
años, y Adultos, de 26 años en adelante.
Modelo propuesto
Liderar considerando que la iglesia se
compone de baby boomers, X, Y, Z y Alfas,
implica conocer el contexto cultural, social, económico y político en que cada generación nació, lo cual puede explicar
mucho de su modo de ver el mundo.
Es notoria la cantidad de retos que incluye esta propuesta, por lo que me permito ofrecer una respuesta inicial a la pregunta ¿Qué deben hacer los líderes para
guiar en términos de generaciones?
1 Recuperar el enfoque integral de la misión de la iglesia
Menciono «recuperar» porque según
Arana Quiroz (mencionado en Padilla,
2003) en algún momento la iglesia parece
haber perdido el norte de su misión ofreciendo respuestas tales como evangelizar,
liberar o alabar, ante la pregunta acerca de
su misión. Mientras que Stott (1995) afirma que la misión describe todo lo que se
le ha encomendado a la iglesia en el mundo, lo que incluye tanto la evangelización
como la acción social.
2 Usar tecnología
Reconociendo la familiaridad entre las
nuevas generaciones y la tecnología, los líderes deben aprender y profundizar en el
uso de Internet, redes sociales, aplicaciones, celulares y herramientas audiovisuales.
3 Informarse
Como el acceso a información en tiempo
real se ha convertido prácticamente en
una necesidad, los líderes deben demostrar que están bien informados de lo que
sucede en el mundo. La consigna es no
quedar paralizados cuando algún joven
les confronte con temas más allá de la
teología.
4 Educarse y educar
Los millennials son la generación más instruida de la historia y esto genera en ellos
la disciplina para seguir formándose; pero
ya no están dispuestos a seguir aprendiendo con los viejos métodos. El reto del
líder será educarse y conocer las nuevas
tendencias de enseñanza para formar a su
rebaño Y, Z y Alfa.
Harvey (1980) afirma que al líder se le
ha encargado precisamente el estudio
como una parte de sus labores y lo sustenta en los consejos que un pastor le da a
otro en 1 Timoteo 4:13-15.
5 Ser transparente
Los líderes tienen el reto de ser más transparentes y vulnerables que nunca, no solamente ofreciendo informes financieros,
de labores y una enseñanza bíblica concienzuda; hoy deben además mostrar que
son seres humanos llamados por Dios al servicio, no a posiciones de superioridad.
6 Usar lenguaje empático
El liderazgo tiene el reto de romper los
modelos inflexibles e identificarse con la
persona del joven.
Stott (1995) aconseja «escuchar con
ambos oídos» para lograr empatía. Este
autor se refiere a escuchar la voz de Dios
por medio la Escritura, atendiendo a la
vez a los hombres y mujeres que nos rodean, para comprender la manera de relacionarse entre sí.
7 Reavivar la espiritualidad
Los Y, Z y Alfas tienen un amplio menú
donde pueden elegir lo que consideren
mejor para edificar su espíritu: pero obviamente no todo lo que encuentran es
verdaderamente espiritual en el sentido
que nos muestra la Palabra de Dios.
En este sentido, Segura Carmona
(2002) propone la edificación de una espiritualidad integral, flexible y radicalmente comprometida.
8 Tener los pies en la tierra
Los Y, Z y Alfas desean comunicarse de
frente, de manera horizontal; y muchos líderes no están cómodos relacionándose a
ese nivel.
Así, el liderazgo cristiano debe vivir y
proyectar la autenticidad y sinceridad
que ellos buscan, y que, si no las encuentran en la iglesia, lo harán en otra parte
gracias a que la red «los puede guiar».
9 Tener mentalidad de cambio e innovación
Las nuevas generaciones saben buscar en
el ciberespacio lo que necesiten, incorporando a su vida el cambio e innovación
constante, por lo que los líderes tienen
entonces el reto de ser flexibles para romper modelos litúrgicos y formatos; para
salir del templo y para adoptar nuevas formas de hacer las cosas.
10 Dirigir eficazmente
A los Y y Z no les gustan los jefes tradicionales, son los líderes quienes captan su
atención, por lo que se tiene el desafío de
liderarlos sin imponerles una manera de
actuar o de pensar.
Conclusión general
Hay grandes desafíos en materia del modelo propuesto para que toda generación
se sienta considerada, amada y protegida.
La iglesia y su liderazgo requieren vivir
de rodillas para que el Espíritu Santo haga
su obra en medio de una sociedad en
constante transición generacional.
Fuente consultada:
- Díaz-Sarmiento, C., López-Lambraño, M., & Roncallo-Lafont, L. (2017). Entendiendo las generaciones: una revisión del concepto, clasificación y características distintivas de los baby boomers, X y millennials. Clío América, 188-204.
- Harvey, H. (1980). El Pastor. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones.
- Padilla, C. R. (2003). La iglesia local como agente de transformación. Buenos Aires: Ediciones Kairós. • RAE (26 de noviembre de 2019). Obtenido de Real Academia Española: https://www.rae.es/
- Segura Carmona, H. (2002). Hacia una espiritualidad evangélica comprometida. Buenos Aires: Ediciones Kairós.
- Stott, J. (1995). El cristiano contemporáneo. Grand Rapids, Michigan: Nueva Creación.
Por Walter Chinchilla
Walter Chinchilla Sánchez (walter.chinchilla@gmail.com) es costarricense, economista con
30 años de experiencia profesional. Está casado con Norma
y es padre de cuatro hijos quienes le han dado dos nietos.
Ministra como co-pastor en la Iglesia Evangélica Centroamericana Príncipe de Paz, en San José, y es actualmente
Doctorando en Teología con énfasis en Eclesiología, por la
Universidad Evangélica de las Américas.