La escuela dominical es una institución que, aunque su nombre no se menciona directamente en las Sagradas Escrituras, su esencia y propósito resuenan
BASES Y PRINCIPIOS PARA FORMAR UNA ESCUELA DOMINICAL DINÁMICA
La escuela dominical es una institución que, aunque su nombre no se menciona directamente en las Sagradas
Escrituras, su esencia y propósito resuenan con la misión dada por Cristo en la Gran Comisión. Esta noble institución surge como una respuesta a la necesidad de impartir enseñanza bíblica sistemática y accesible a todos los miembros de la comunidad de fe, independientemente de su edad o condición social.
La escuela dominical se convierte así en un espacio donde se cumple el mandato de Deuteronomio 31:12:
Reunirás a todos los hombres, mujeres y niños de tu pueblo, y a los extranjeros que vivan en tus ciudades, para que escuchen y aprendan a temer al SEÑOR tu Dios, y obedezcan fielmente todas las palabras de esta ley.
El ministerio de Jesucristo, nuestro Señor, se caracterizó por su dedicación a la enseñanza (Mt. 4:23; 13:54; Mr. 1:22). Él se tomó el tiempo para enseñar detalladamente las verdades del reino a sus discípulos y seguidores. En este sentido, la escuela dominical sigue el modelo de Jesús, buscando educar y formar a los creyentes en la doctrina y la vida cristiana.
La invaluable importancia de la escuela dominical
La escuela dominical no es solo un complemento de la iglesia; es una fuerza vital que contribuye significativamente a la unidad y estabilidad doctrinal de la congregación. En un mundo donde las corrientes humanistas y las ideologías fluctuantes, como las discusiones sobre la identidad de género, se hacen cada vez más presentes, la escuela dominical se erige como un baluarte de la verdad bíblica y la ortodoxia cristiana. Entre sus múltiples beneficios, destacamos:
- Agente evangelístico: La escuela dominical no solo nutre a los creyentes, sino que también se posiciona como el agente más efectivo de la iglesia para alcanzar a los perdidos, ofreciendo un ambiente acogedor y enseñanzas fundamentadas en la Palabra de Dios.
- Centro de preparación de líderes: La escuela dominical es el taller donde se forjan los futuros líderes de la iglesia. Aquí, niños, jóvenes y adultos reciben entrenamiento y son equipados con las herramientas necesarias para asumir roles de liderazgo en el futuro.
Construyendo un equipo unido y comprometido
En el año 2006, al reflexionar sobre los veinte años de trayectoria de nuestra distribuidora Pan de Vida, líder en la distribución de literatura y productos cristianos, me cuestionaron acerca del secreto detrás de nuestro éxito. Mi respuesta fue inmediata y clara: la clave ha sido contar con un equipo sólido y una visión compartida. Estos mismos principios son aplicables y esenciales para el establecimiento y crecimiento de una escuela dominical dinámica y fructífera.
La fortaleza de una escuela dominical radica en su equipo de maestros. Un grupo de educadores que comparten la visión de la iglesia y están comprometidos con la misión de enseñar es fundamental para el éxito de este ministerio. Las instalaciones modernas y los recursos didácticos son importantes, pero sin un equipo de maestros dedicados y bien capacitados, la escuela dominical no podrá alcanzar su máximo potencial.
La selección de maestros para la escuela dominical es un proceso que debe ir más allá de las credenciales académicas seculares. Es imperativo buscar candidatos con una base bíblica sólida y una relación personal con Jesucristo, quien afirmó en Juan 15:5: «... Separados de mí no pueden ustedes hacer nada». La iglesia debe ser proactiva en la formación de maestros y líderes, no solo en momentos de necesidad, sino de manera continua y sistemática.
Tres pilares fundamentales para el desarrollo de líderes
Para la formación efectiva de líderes dentro de la iglesia según los autores del libro Designed to Lead, nos dicen que es necesario establecer tres pilares que sostengan y promuevan el continuo desarrollo de líderes:
- Convicción: La convicción genuina es el motor que impulsa a los creyentes a involucrarse activamente en el ministerio y a perseverar en él.
- Proceso: Un proceso estructurado y bien definido es esencial para la capacitación constante de líderes y maestros, asegurando que estén preparados para servir eficazmente, en todo tiempo.
- Cultura: La cultura de una iglesia debe ser tal que promueva y valore el desarrollo de líderes. Cambiar la cultura puede ser un desafío, pero es un paso necesario para fomentar un ambiente donde el liderazgo y la enseñanza sean prioridades.
Y hablando de cultura eclesial, como director, busco conformar un equipo diverso que refleje la composición de nuestra congregación. Es crucial cambiar la percepción de que la enseñanza de los niños es una tarea exclusiva de las mujeres. Recuerdo cuando enseñaba a niños de 9 a 11 años y era el único hombre en el equipo docente. Es importante reconocer que los maestros son modelos para seguir para los estudiantes.
El papel fundamental del pastor
El pastor, junto con los líderes de la iglesia, tiene la responsabilidad de enfatizar la importancia de la educación cristiana. La escuela dominical es, como se ha dicho, «la columna vertebral de la iglesia». Por lo tanto, es esencial que los maestros sean valorados, entrenados y equipados de manera adecuada para llevar a cabo su ministerio.
Al entrevistar a posibles maestros, es importante indagar sobre su deseo de unirse al ministerio, su experiencia previa y su formación educativa. No es suficiente contar con buena voluntad; se requiere calificación y preparación, ya que estamos formando vidas para este mundo y para la eternidad.
Requisitos esenciales para los maestros de la escuela dominical
Enseñar en la escuela dominical es una tarea que demanda dedicación y preparación. Los maestros deben ser lectores ávidos, estar en constante aprendizaje y tener una convicción firme en su fe. Además, deben poseer habilidades de enseñanza efectivas y un amor profundo por sus estudiantes. La fidelidad y el compromiso con el ministerio de enseñanza son indispensables.
Aunque los requisitos mencionados pueden parecer estrictos, todos ellos se pueden aprender y desarrollar. La actitud es un aspecto difícil de enseñar, pero esencial. Los maestros deben recibir formación continua y estar abiertos a la evaluación constructiva para mejorar constantemente. La capacitación de los maestros debe ser integral e incluir formación en doctrina y pedagogía, desarrollo de habilidades personales y uso de recursos didácticos para enriquecer las lecciones.
Conclusión
Un equipo de maestros bien formado y capacitado es la piedra angular de una escuela dominical dinámica y efectiva. A través de la selección cuidadosa, la capacitación integral y la implementación de buenas prácticas, podemos asegurar que los maestros no solo impartan conocimiento a los estudiantes, sino que también inspiren y transformen vidas para la gloria de Dios.
Lectura recomendada:
- Enseñando para cambiar vidas, por Howard Hendricks.
- Las 7 leyes de la enseñanza, por J. M. Gregory.
Por Rubén Ulloa
Rubén Darío Ulloa, autor y coach certificado por el John Maxwell Team, es un conferencista internacional en desarrollo personal y liderazgo. Con un BA en Teología de Latin American Theological Seminary (LATS) en California y más de 30 años como empresario, actualmente es el director de discipulado y educación de adultos en el Templo Calvario, California, una iglesia creciente donde ha servido por más de cuatro décadas como líder en diferentes capacidades. Puedes contactar a Rubén Darío Ulloa visitando su sitio web, rubendulloa.com.
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