En la relación matrimonial es donde puede darse el mayor crecimiento de una persona, no obstante, si la relación se encuentra deteriorada es también..
UNA INTRODUCCIÓN A LA CONSEJERÍA MATRIMONIAL
No se puede hablar de consejería matrimonial sin antes tener algunos conceptos fundamentales
acerca de la unión matrimonial.
El matrimonio es una creación de
Dios, por lo cual se debe tener presente los principios bíblicos para ayudar, y acompañar efectivamente a quienes buscan un vivir pleno y gozoso de la vida matrimonial. El matrimonio es un regalo de Dios y socialmente es la base de la familia. Cabe destacar que la familia es unidad primigenia de la sociedad. Antes que existiesen países, reinos y ciudades, eran simplemente familias extendidas las bases sociales. Y en este sentido es importante resaltar una vez más que el matrimonio es la base de la familia.
El matrimonio no es una institución cristiana, pues no se inicia con Cristo. Desde la cosmovisión bíblica pertenece al ámbito creacional. Dios mismo funda el matrimonio. Por lo cual solo en las instrucciones precisas de Dios podemos encontrar la forma correcta de vivirla y que pueda llegar a su máximo potencial.
En este sentido es importante recordar la palabra de Jesús:
«Jesús respondió: ¿No han leído las Escrituras? Allí está escrito que, desde el principio, “Dios los hizo hombre y mujer”. Y agregó: “Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre,y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo”. Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido» (Mt. 19:4-6 NTV).
Por estas premisas es que se debe encarar cualquier tarea de consejería matrimonial cristiana desde un ámbito que encierre la cosmovisión bíblica y buscando principios que sean aplicables a la vida matrimonial.
Otro detalle a tener en cuenta es la distorsión filosófica de los últimos tiempos, en los cuales se ha tratado de redefinir no solo el rol del hombre y la mujer, sino también se ha intentado cambiar la conceptualización del matrimonio mismo. Hoy se busca crear una nueva forma de unión, que muchas veces tienen la misma prerrogativa matrimonial; sin que sea en su esencia una relación matrimonial de acuerdo a los parámetros bíblicos. Este sistema de pensamiento ha atacado fuertemente a la familia y por ende también a los matrimonios. Estamos en una lucha sin cuartel. Estamos los cristianos, más que nunca, obligados a ser matrimonios que sirvan de modelo en una sociedad bastante corrompida.
Teniendo como norte estas premisas, lo que queremos hacer es sentar bases cristianas a través de nuestra experiencia para el desarrollo de un ministerio eficaz de consejería a los matrimonios. Que nuestra experiencia pueda servir y apoyar positivamente a los matrimonios en diferentes ámbitos, en especial a quienes realizan una actividad de acompañamiento a parejas dentro o fuera del ámbito eclesial.
Lógicamente no se pretende abarcar todo, pues muchas de las acciones deben llevarse a cabo dentro de un marco muy contextual donde cada uno realiza su labor de consejería. No obstante, es importante siempre resaltar que los principios son aculturales y atemporales; dicho de otra forma, los principios pueden ser aplicados a todos los tiempos y a todas las culturas. En este sentido se puede hacer las siguientes observaciones iniciales.
1. EL MATRIMONIO ES UNA CONSTRUCCIÓN QUE SE HACE EN FORMA DIARIA
Uno de los aspectos más difíciles en la vida son las relaciones humanas y eso se siente con mayor intensidad en la relación matrimonial. En la relación matrimonial es donde puede darse el mayor crecimiento de una persona, no obstante, si la relación se encuentra deteriorada es también el lugar donde puede ocurrir el mayor dolor en el corazón. En este sentido es muy importante buscar un acercamiento a Dios de la pareja, una pareja que tiene a Dios en su corazón, sin lugar a dudas buscará mejorar su relación. El relacionarnos con Dios, nos ayuda a relacionarnos con el cónyuge.
Cuánto más cerca la pareja esté de Dios, más cerca estarán el uno del otro. En este sentido, como consejero, se debe buscar la intervención divina en la vida matrimonial. Eso hace que haya un punto de partida para buscar acuerdos en el matrimonio. Para construir es necesario tener el material correcto.
En primer lugar, se debe tener presente que la palabra de Dios es de suma importancia para la construcción de un matrimonio estable. Los principios bíblicos son los que deben regir nuestra intervención a la hora de aconsejar, sin ellos solo se avanzaría en el crecimiento de construcción matrimonial de manera superficial. Es importante conocer y apegarse a las instrucciones, que se encuentran en la sabiduría de la biblia, y que claramente se refieren a la vida conyugal.
«Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa. Esta se derrumbó, y grande fue su ruina» (Mt. 7:24-27 NTV).
2. BUSCAR LA DIRECCIÓN DE DIOS
No se puede construir un matrimonio, ni realizar la tarea de aconsejar matrimonios sin la dirección de Dios. En este sentido el consejero debería tener una relación con Dios, buscar la dirección de Dios y en especial buscar que los matrimonios también busquen la dirección de Dios en la resolución de los problemas que los aqueja. Muchas veces las parejas encuentran sus respuestas a las dificultades y el consejero solo necesita ayudarles a encontrar esas respuestas que ellos mismos entienden al buscar la dirección de Dios. Pero no dejemos de recalcar que sólo Dios puede cambiar los pensamientos, y crear nuevos sentimientos que traen reconocimiento de pecados, arrepentimiento, perdón, sanidad, empatía y edificación personal. Sabemos que esta clase de personas, pueden tener un matrimonio sólido, capaz de superar las diarias dificultades.
3. ES IMPORTANTE SER VIGILANTES DEL MATRIMONIO PROPIO
No se puede acompañar y aconsejar a otros matrimonios, si el propio se encuentra en dificultades. Uno puede ayudar a otros desde una perspectiva de haber superado lo que otros están pasando, o también desde la perspectiva de una sana vida matrimonial. Un consejero en conflicto; lo mas probable no pueda ser efectivo si se encuentra con problemas no resueltos.
«Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos» (Heb. 4:16 NTV).
Lógicamente existen muchos mas detalles a tener en cuenta, no obstante, estas primeras premisas dadas de manera corta ayudan a tener un punto de partida para la hermosa tarea de aconsejar y acompañar a otros matrimonios.
POR HÉCTOR SÁNCHEZ
Héctor es pastor de la iglesia Comunidad Cristiana de Asunción, Paraguay. Es licenciado en Análisis de Sistemas Informáticos y realizó estudios en Teología. Está casado con Achi Núñez y tienen tres hijos: Micaela, Axel y Camila.