Hermanos, ¿sabemos de qué trata y por qué es importante la administración en la dinámica de la iglesia de hoy? Responder afirmativamente la pregunta
NECESIDAD Y PRINCIPALES BENEFICIOS DE LA ADMINISTRACIÓN EN LA IGLESIA
Hermanos, ¿sabemos de qué trata y por qué es importante la administración en la dinámica de la iglesia
de hoy? Responder afirmativamente a esta pregunta es vital por muchas razones, que pretendemos abordar a lo largo de esta serie de artículos.
En el libro de Hechos de los Apóstoles, posterior a la experiencia del Pentecostés (Hch. 2:1-47), la profecía de Joel se cumple no solo por la representación de tantas culturas que se hicieron presentes en Jerusalén ese día, así como los resultados que se dieron, y las conductas que los primeros cristianos cambiaron posterior al prominente discurso que Pedro proclamó ese glorioso día (Hch. 2:43-47).
No solo eso se cumple, sino que además cuando leemos en Hechos 1:8, Lucas plantea el bosquejo de las dimensiones globales de la Gran Comisión, una vez que hayan sido investidos con poder del Espíritu Santo «me seréis testigos en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra» (RV60).
Posterior a esa experiencia, el mismo libro de los Hechos nos va desarrollando la ruta, y desde el capítulo 2 al 7 nos vamos dando cuenta que poco a poco se cumplen los itinerarios según su orden. Pero entre esta ruta, se dan dos eventos muy importantes: el crecimiento numérico de cristianos, primero 3000 (Hch. 2:41), y algunos años más tarde, se suman 5000 (Hch.4:4). Ante tal escenario, la crítica no espera y es de parte de los griegos contra los hebreos, con el argumento «que las viudas de aquellos eran desatendidas» (Hch. 6:1 RV60).
Ante semejante situación, los apóstoles se ven enfrentados a tomar una decisión muy importante: escoger de entre la multitud a siete varones para desarrollar actividades en bien de los demás, ¿cuáles son esas características? «... De buen testimonio, llenos del Espíritu Santo, y de sabiduría» (Hch. 6:3 RV60). Y, entonces, ¿qué harían ahora los apóstoles? «... Persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra» (v. 4 RV60).
Esta decisión está relacionada con la vida, misión y desarrollo natural de la iglesia. El tema en sí es el hecho de ser la iglesia de Cristo un cuerpo y tener a Cristo como su única cabeza, y así el cuerpo «no es un solo miembro, sino muchos» (1 Cor. 12:14).
ALGUNAS PREGUNTAS PERTINENTES
De lo anterior se despliega un principio de la administración, como lo es el delegar funciones. No obstante, antes de continuar, es bueno que se amplíe un poco acerca de esta palabra: ¿Es bíblica la administración? ¿Es necesaria? Y, ¿en qué consiste? Estas preguntas son muy importantes por cuanto, como buenos servidores de Cristo, siempre debemos procurar aclarar, con tal de tener un respaldo a todo el quehacer en la iglesia de Cristo.
Para responder la primera pregunta, se contesta que sí, es bíblico, por cuanto hay varios ejemplos que evidencian la pertinencia de dicho concepto, por ejemplo: ¿Qué sucede cuando Dios le da la orden a Moisés de salida al pueblo de Egipto hacia la tierra prometida? Se puede apreciar toda esa experiencia en Éxodo 11:1- 10. Allí le revela Jehová Dios todo el plan a Moisés, para luego ser compartida toda esa información con todo el pueblo; luego, en Éxodo 12:1-28, previo a la salida, le ordena acerca de la celebración de la Pascua, con todos los detalles preparativos; más tarde, en 12:29 se cumple lo que Dios tenía en su plan en contra de Faraón con la muerte de los primogénitos tanto en animales como humanos. Esas últimas horas de seguro se vieron llenas de tensión. Muy importante es que hay indicaciones incluso para explicarles a los niños el porqué de la celebración de la Pascua en esa noche (Éx. 13:14-15), e incluso tuvieron el tiempo para llevarse en la huida los huesos de José (Gén. 37-46).
Podríamos poner otro ejemplo, de muchos años posterior, cuando David es proclamado rey de Israel. ¿Cuántas personas se necesitaron para llevar a cabo tremenda organización? Bien, en 1 Crónicas 12:1-40, el cronista describe las cantidades de personas, en especial del ejército, conforme a sus responsabilidades que estuvieron y fueron testigos inmediatos de dicha experiencia.
Posiblemente la palabra «administración» no está presente en estos pasajes bíblicos, sin embargo, está intrínseca en ambas experiencias. Por razones de espacio no se hablará de todo el proceso que realizó Nehemías en cuanto a la experiencia para levantar los muros que los caldeos derribaron previo al exilio del pueblo de Israel hacia Babilonia.
¿De qué estamos hablando? Bueno,
que la administración, si bien es una palabra quizás un poco técnica, es un concepto bíblico. Es bueno acercarnos a una definición en palabras sencillas, así como comprensibles. Siguiendo los ejemplos arriba citados, se aprecia que: la administración es una de las actividades humanas más importantes y se encarga de planear, delegar, organizar y dirigir el trabajo individual y colectivo de manera efectiva en términos de objetivos. O sea, no da espacio para la improvisación, la casualidad. Y con ello no se diga que no se da espacio al mover del Espíritu Santo, más bien se sigue precisamente lo que Pablo nos dice respecto al modo de obrar del Espíritu: «Pero hágase todo decentemente y con orden» (1 Cor. 14:40 RV60).
ALGUNOS BENEFICIOS INVALUABLES
De aquí que es relevante tomar en cuenta que este concepto, aunque suena a menudo más dirigido hacia las empresas, sin embargo, cuando visualizamos a la iglesia de Cristo, más allá del tamaño o cantidad de personas que la conforman, se requiere de: orden, organización, controles, planes, dirección, evaluación de procesos. La administración en la vida y dinámica de la iglesia de Cristo juega un papel preponderante, tanto ayer como hoy, por cuanto busca los siguientes beneficios, entre otros:
- Organización y coordinación: La administración ayuda a organizar los recursos disponibles (dones, ministerios, personas, dinero, actividades, tiempo, etc.).
- Toma de decisiones: Esto implica la identificación de problemas, la recopilación de información relevante, el análisis de opciones y la elección de la mejor alternativa para alcanzar juntos los objetivos como iglesia del Señor.
- Motivación y liderazgo: Un liderazgo sólido puede inspirar y guiar a la congregación y a la denominación hacia el logro de metas comunes.
- Comunicación: Establece canales de comunicación claros y asegura que la información se comparta de manera adecuada.
- Adaptabilidad al cambio: La administración ayuda a que como iglesia pueda adaptarse a los cambios en el entorno interno y externo.
- Control y evaluación: Esto permite corregir desviaciones y garantizar que la iglesia local o denominación esté en camino de lograr sus metas.
Los tiempos que como iglesia de Cristo se atraviesan en la actualidad no son muy sencillos, ni fáciles. Se requiere de aprovechar al máximo el tiempo y las herramientas disponibles, a fin de «evitar cualquier crítica sobre la forma en que administramos este generoso donativo; porque procuramos hacer lo correcto, no solo delante del Señor, sino también delante de los demás» (2 Cor. 8:20-21).
Fuentes consultadas:
- Barrientos, A. (2014). Principios y alternativas del trabajo pastoral. San José, Costa Rica: Asociación Instituto Internacional de Evangelización a Fondo.
- Calderón, W. (1982). La administración en la iglesia cristiana. Miami, FL, EE. UU.: Editorial Vida.
POR RAFAEL SÁENZ
El Rev. Rafael Sáenz Artavia es costarricense, pastor, casado, y padre de dos hijos. Licenciado en Administración de Recursos Eclesiásticos con énfasis en la Enseñanza de la Religión, posee una maestría en Ciencias de la Religión con énfasis en Biblia y Teología, y en la actualidad completando un doctorado en Teología con énfasis en Eclesiología en la Universidad Evangélica de las Américas (UNELA).