Al exponer en artículos anteriores el significado bíblico de la mansedumbre y su incuestionable importancia en el mundo actual, se hace necesario…
CULTIVANDO LA MANSEDUMBRE EN LA VIDA CRISTIANA Y MINISTERIAL
Al exponer en artículos anteriores el significado bíblico de la mansedumbre y su incuestionable importancia en el mundo actual, se hace necesario en esta ocasión responder a la siguiente pregunta clave: ¿Cómo cultivar la mansedumbre en la vida cristiana y ministerial? Es posible cultivar esta manifestación del fruto del Espíritu a través de dos acciones elementales:
1. ES POSIBLE CULTIVAR LA MANSEDUMBRE IMITANDO A CRISTO
Cuando nuestro Señor Jesucristo prometió dar descanso a todos los trabajados y cargados que vinieran a Él, expresó:
En los tiempos bíblicos la figura del «yugo» se usaba como una ilustración para referirse al sometimiento de la voluntad o la entrega del control de nuestra vida a alguien. Específicamente, la religión se había convertido para los judíos en un yugo pesado, una carga de reglas interminables, pero Cristo pide a sus discípulos llevar su yugo fácil y su carga ligera. En otras palabras, les está exhortando a entregarle el control de sus vidas a Él, prometiendo su compañía y ayuda para llevar todas sus cargas. El comentarista bíblico William McDonald expresa:
«El secreto de la paz y la victoria en la vida cristiana se encuentra en quitarse el agotador collar del yo y aceptar el relajante yugo del Maestro» (McDonald, p. 74).Esto solamente es posible si se está dispuesto a dejar la rebeldía y el egocentrismo para imitar la mansedumbre de Cristo. La expresión «aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón...», tiene dos posibles interpretaciones:
- «Aprended de mí», puede ser un llamado a sentarse a los pies del Maestro manso y humilde, el cual no les va a tratar con la dureza y aspereza de los fariseos, sino con delicadeza, paciencia y comprensión.
- «Aprended de mí», puede ser una referencia a aprender de su mansedumbre y humildad.
Ambas interpretaciones son igualmente válidas para tomar la decisión de imitar a nuestro Maestro de maestros en su mansedumbre.
Nuestro Señor Jesucristo nos dio el ejemplo de mansedumbre más grande que haya conocido la humanidad. El profeta Isaías lo describió magistralmente:
«Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca» (Is. 53:7 RV60).
«Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mt. 26:39 RV60).Su silencio no era señal de cobardía, sino de total sometimiento a la voluntad de Dios. Él podía pedir al Padre más de doce legiones de ángeles y ser librado de la muerte, pero dejó clara su decisión en el huerto de Getsemaní:
2. ES POSIBLE CULTIVAR LA MANSEDUMBRE OBEDECIENDO A CRISTO
Cuando Jesús le está revelando a sus discípulos las cosas que habrían de suceder en el desenlace de su vida terrenal, les exhorta diciendo:
Negarse a sí mismo, es poner el yo a un lado para obedecer a Cristo; es desechar todo egoísmo y autocomplacencia para agradarle a Él. Esta expresión guarda estrecha relación con el versículo siguiente:
Es decir, aquellos que vivan dando rienda suelta a los antojos de su corazón, sin la más mínima intención de seguir al Señor, y que para mantener su estatus están dispuestos incluso a actuar con agresividad y violencia si fuere «necesario», estarán perdiendo sus vidas. Sin embargo, a aquellos que estén dispuestos a seguir a Cristo cueste lo que cueste, a obedecerle aun en las peores circunstancias, que sometan su voluntad a la de Él para no dar rienda suelta a sus impulsos (algo equivalente a practicar la mansedumbre) serán los que verdaderamente salven sus vidas.
Por otra parte, tomar la cruz cada día y seguirle es estar dispuestos a sufrir, y a morir si llegara el momento, por ser fieles a Cristo. ¿Quién haría tan profunda entrega sin estar dispuesto a obedecer a Cristo? Y, ¿quién obedecería a Cristo sin mansedumbre y humildad?
¡LA MANSEDUMBRE NOS HACE BIENAVENTURADOS!
Es interesante cómo Jesús espera que sus seguidores practiquen la mansedumbre. En Mateo 5:9-12 les llama bienaventurados a los pacificadores, a aquellos que de manera intencional procuran la paz entre los hombres, aunque reciban injurias u ofensas por tal acción, lo cual es distintivo de quienes son mansos. También nos llama bienaventurados cuando somos vituperados, perseguidos y difamados por su causa, exhortándonos a gozarnos y alegrarnos en medio de la persecución, sabiendo que nuestro galardón es grande en los cielos. Sin dudas, esto es un llamado a practicar la mansedumbre, pues es muy común entre los seres humanos devolver las ofensas y actuar agresivamente ante las injusticias.
Ser pacificadores, así como gozarse en medio de la persecución, es posible gracias a la presencia del Espíritu Santo morando en nuestros corazones, que nos permite manifestar el fruto de la mansedumbre.
Fuentes consultadas:
- Barclay, W. (1995). Comentario del Nuevo Testamento: Gálatas y Efesios. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie.
- Carro, D., Poe, J. T., y Zorzoli, R. O., eds. (2017). Comentario Bíblico Mundo Hispano. El Paso, Texas, EE. UU.: Mundo Hispano.
- Henry, M. (2013). Comentario Bíblico de Matthew Henry. Barcelona, España: Editorial Clie.
- McDonald, W. (1995). Comentario del Nuevo Testamento. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie.
POR ABDIEL MORFA
Vicepresidente de la Convención Bautista de Cuba Occidental, el pastor Abdiel es decano académico y profesor del Seminario Teológico Bautista de La Habana (STBH), así como director del programa de Licenciatura en Ministerio Juvenil en esta institución. Vive en La Habana, Cuba, junto a su esposa Leza y sus dos hijos Ammi Lucía y Andrés Lael. Posee una licenciatura en Ministerio Pastoral y Teología del STBH, y otra en Estudios Bíblicos de FLET. También es graduado de Maestría en Ministerio Juvenil y en estos momentos estudia un Doctorado en Ministerio en el Gordon-Conwell Theological Seminary.
