Ahora bien, el concepto popular de «mansedumbre» difiere mucho de su significado a la luz de la Palabra de Dios.
EL SIGNIFICADO BÍBLICO DE LA MANSEDUMBRE
La mansedumbre en la vida de los hijos de Dios reviste tal importancia, que Jesús en el Sermón del Monte, retomando las palabras del Salmo 37:11, declaró: «Bienaventurado los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad» (Mt. 5:5 RV60). Es interesante la manera en que Cristo nos dio ejemplo de una vida marcada por la mansedumbre y la humildad, lo cual se manifestó en grado superlativo cuando se mantuvo sin quejarse ante quienes le acusaban injustamente. Por tal razón, tenía toda la toridad para exclamar:
«Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga» (Mt. 11:29-30 RV60).
Ahora bien, el concepto popular de «mansedumbre» difiere mucho de su significado a la luz de la Palabra de Dios. A menudo, encontramos la idea errónea de que la mansedumbre es una condición innata que solamente algunos poseen. Sin embargo, al ser esta una manifestación del fruto del Espíritu Santo (Gál. 5:22-23), implica que la misma debe mostrarse en todos los discípulos de Cristo. Siendo esta virtud parte del fruto del Espíritu, puede cultivarse aún en la vida de las personas más impetuosas como en el caso de Moisés (Ex. 2:12; Núm. 12:3) y el apóstol Pablo (Hch. 26:10; 1 Cor. 9:19). Por otra parte, equivocadamente se tiende a creer que la mansedumbre se relaciona con la debilidad y pasividad en el carácter. Por todo esto, se impone responder a dos preguntas vitales para una mejor comprensión del significado bíblico de esta manifestación del fruto del Espíritu:
1. ¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO BÍBLICO DE LA MANSEDUMBRE?
En el Nuevo Testamento «mansedumbre» es la traducción del término griego prautes. Los eruditos bíblicos explican que este es uno de los términos más difíciles de traducir de las Escrituras, debido a la fuerte tendencia que existe de relacionar la mansedumbre con la debilidad y la pusilanimidad en el carácter de quien la posee. La realidad es que la mansedumbre es una cualidad que permite aún a aquellos de un carácter fuerte, firme y valiente, responder apaciblemente por amor a Dios y a quienes le rodean. Es por esta razón que algunos la han descrito como «la fuerza bajo control».
En tal sentido, nos arroja luz sobre su significado conocer que este término prautes, y especialmente el adjetivo prays, era usado en los tiempos bíblicos en relación con los animales salvajes que eran domesticados. Dichos animales seguían teniendo una fuerza descomunal, pero habiendo sido controlada la misma, ahora obedecían a sus dueños. O sea, que la mansedumbre en nuestra vida no anula la fuerza de nuestro carácter, sino que la misma es puesta bajo el control del Espíritu Santo para usarse apropiadamente a favor del reino de Dios.
El comentarista bíblico William Barclay profundiza en el significado de la mansedumbre, al presentar tres connotaciones del término en el Nuevo Testamento:
- Sumiso a la voluntad de Dios (Mt. 5:5; 11:29; 21:5).
- Dócil al aceptar las enseñanzas y la disciplina (Stg. 1:21).
- Considerado con quienes nos rodean (1 Cor. 4:21; 2 Cor. 10:1; Ef. 4:2).
2. ¿CÓMO SE MANIFIESTA LA MANSEDUMBRE EN LA VIDA CRISTIANA Y MINISTERIAL?
La mansedumbre debe manifestarse primeramente en nuestra relación con Dios. Es por medio de esta virtud que podemos aceptar los tratos de Dios con nosotros como buenos, sin cuestionarlos ni resistirlos, aun cuando no podamos entender todo lo que nos sucede al respecto con nuestra mente finita. Es por medio de la mansedumbre que los creyentes pueden enfrentar la adversidad sin resentirse, pues consideran todo como efecto del sabio y amoroso propósito de Dios. En tal sentido, la mansedumbre generalmente aparece en el contexto bíblico en estrecha relación con la humildad que el Señor demanda de sus hijos.
La mansedumbre también debe manifestarse en relación con nuestros hermanos en la fe. El apóstol Pablo encabezó su amonestación a los desleales cristianos de Corinto, apelando a la mansedumbre de nuestro Señor Jesucristo como la actitud que debía reinar entre todos (2 Cor. 10:1). De igual manera, exhortó a los cristianos de Éfeso a tener la mansedumbre como una de las principales virtudes para soportarse unos a otros (Ef. 4:2). Incluso, el apóstol hizo énfasis en la mansedumbre a la hora de aplicar un proceso de disciplina a los creyentes que han pecado (Gál. 6:1; 2 Tim. 2:25).
La mansedumbre debe manifestarse en relación a cualquier ser humano. La realidad es que esta virtud nos aporta una serenidad de espíritu pacífica y humilde para no dejarnos arrastrar por la ira, ni perder el control, ante los insultos, ofensas y ataques de otros. La persona mansa se conduce con amor, bondad y consideración para con los sentimientos de los demás. También la mansedumbre debe estar presente a la hora de defender nuestra fe ante todo aquel que demande razón de la esperanza que hay en nosotros (1 Ped. 3:15).
Concluyo con las siguientes palabras del Nuevo Diccionario Bíblico Certeza:
«Cuando tenemos mansedumbre es cuando tratamos a todos los seres humanos con perfecta cortesía, y cuando podemos amonestar sin rencor... podemos confrontar la verdad sin resentimiento, podemos enojarnos sin pecar, podemos ser amables sin ser débiles» (Bruce, et al.).
Rogamos a Dios para que en su misericordia, y a través de la obra del Espíritu Santo, podamos cultivar la mansedumbre en nuestra vida cristiana.
Fuentes consultadas:
- Barclay, W. (1995). Comentario del Nuevo Testamento: Gálatas y Efesios. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie.
- Bruce, F. F., Marshall, I. H., Millard, A.R., Packer, J. I. y Wiseman D. J. (2003). Nuevo Diccionario Bíblico Certeza. Barcelona, Buenos Aires y la Paz: Ediciones Certeza Unida.
- Carro, D., Poe, J. T. y Zorzoli, R. O. (1995). Comentario Bíblico Mundo Hispano: Tomo 21. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.
- Colson, H. P. y Dean, R. (1990). Gálatas: Libertad en Cristo. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones.
- Henry, M. (1989). Comentario Exegético-Devocional a toda la Biblia: 2 Corintios a Hebreos. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie.
- Vine, W. E. (1999). Diccionario Expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento Exhaustivo. Nashville, TN: Editorial Caribe.
- Wilton, M. N. (1998). Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia. Nashville, TN: Editorial Caribe.
POR ABDIEL MORFA
Vicepresidente de la Convención Bautista de Cuba Occidental, el pastor Abdiel es decano académico y profesor del Seminario Teológico Bautista de La Habana (STBH), así como director del programa de Licenciatura en Ministerio Juvenil en esta institución. Vive en La Habana, Cuba, junto a su esposa Leza y sus dos hijos Ammi Lucía y Andrés Lael. Posee una licenciatura en Ministerio Pastoral y Teología del STBH, y otra en Estudios Bíblicos de FLET. También es graduado de Maestría en Ministerio Juvenil y en estos momentos estudia un Doctorado en Ministerio en el Gordon- Conwell Teological Seminary.