Dios nos ha creado para alabarle, y una manera en que esta alabanza se expresa es a través de la danza. El movimiento rítmico del cuerpo s...
Dios nos ha creado para alabarle, y una manera en que esta alabanza se expresa es a través de la danza. El movimiento rítmico del cuerpo se transforma en mucho más que tan solo un ejercicio físico o una forma de diversión, cuando la intención es glorificar a Aquel que nos ha dado TODO.
En la Biblia, se nos anima a alabar a Dios con pandero y danza (Salmos 150.4).
“Es importante recordar en primer lugar que “ministerio” significa “servicio”. Cada cristiano ha sido capacitado por Dios para servirle a Él en distintas áreas. En la Biblia se encuentran varios versículos respecto a la danza (Isaías 30.32, 2 Samuel 6.14, Salmos 68.25, etc.).
El objetivo de un Ministerio de danzas debería ser principalmente alabarle a Dios con danzas y panderos. Partiendo de esta base, un integrante del Ministerio de danzas debería creer y amar a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y querer danzar en alabanza a Él. También debería tener facilidad, talento, gusto por la danza y oído musical para poder desempeñar el servicio. Hay posibilidad de desarrollar y trabajar para que estas cualidades surjan en la persona, lo más importante sería tener voluntad y disciplina dentro del ministerio, pues se requiere de ensayos, estudio de pasos, inversión de tiempo y energías dentro del Ministerio de Danzas”.
Natalia Aquino, profesora superior de Danza Clásica y directora del Ministerio Génesis
“Servir y Danzar”
“Más que aptitud debería amar a Dios por sobre todas las cosas, ser fiel en los ensayos y actividades de la iglesia (cultos, oración, etc.), participar en algún grupo pequeño, ser dadivosa, ser fiel en los diezmos, mostrar responsabilidad y compromiso”.
Alicia de Vergara, directora del Ministerio de danza de la Comunidad Nuevo Pacto
“Las aptitudes tienen que ver con soltura, destreza y ritmo, y las actitudes con santidad, gracia, y un corazón que quiere alabar a Dios”. Sofía Cicorio, Comunidad Cristiana de Lambaré
“En primer lugar deben tener ese amor a Dios, que les mueva a servirles, de lo contrario no sirve, solo les será un hobby un pasatiempo, y se perdería la esencia del ministerio, que es el de servir a Dios con pandero y danza, adorarle con el corazón reflejando su majestuosidad, con gozo. Deben ser mujeres que deseen fervientemente TOCAR EL CORAZON DE DIOS. De lo contrario, se vuelve un show, (y eso pasa muchas veces) porque nuestro trabajo es ministrar primero el corazón de Dios; segundo, al pueblo invitando a que este alabe y adore. Deben ser chicas que tengan y se esfuercen por mantener su comunión con Dios. Ese es el secreto para mantener la llama del Espíritu Santo. Humanamente que tengan ese don. Algunas no tienen muchas habilidades… se desaniman de entrada, cuando les cuesta. Por eso, este ministerio no es para los que tiran la toalla, exige esfuerzo, horas y horas de ensayo, conocimiento de música y de tiempos musicales. Es para quienes les gustan los retos y es para mujeres humildes. Este ministerio nos impulsa a acercarnos al corazón de Dios, a ver con sus ojos, es un servicio, muero yo (humanamente) para que mi Señor tome el primer lugar y la llama de su fuego, resplandezca en mí por medio de la danza”. Ana Raquel Osorio, líder del ministero Hef-zibá (que significa "mi deleite está en ella")
“La verdad es que en cuanto a habilidades no hay muchos requisitos...en lo que más se enfatiza es en la actitud y el deseo o llamado, ya que si Dios pone el deseo en tu corazón la puerta está abierta y, por supuesto, como todo adorador, el testimonio personal es fundamental. O sea, llevar una vida conforme a lo que le agrada a Dios y que sea de bendición para las demás personas, ya que la danza, así como la alabanza, trae la presencia de Dios en medio del pueblo. Uno de los requerimientos es no faltar a los ensayos y para los nuevos es ensayar 6 meses antes de integrar oficialmente el grupo”. Natalia Díaz, Comunidad Nuevo Pacto
Y cada vez con mayor frecuencia, se forman en las iglesias ministerios de danza, panderos, coreografías, etc. En esta edición consultamos con algunas integrantes de estos ministerios, para preguntarles:
¿Cuáles deben ser las habilidades y las actitudes que necesitan tener quienes
desean formar parte de un ministerio de danza y/o panderos?

“Las aptitudes tienen que ver con soltura, destreza y ritmo, y las actitudes con santidad, gracia, y un corazón que quiere alabar a Dios”. Sofía Cicorio, Comunidad Cristiana de Lambaré
“En primer lugar deben tener ese amor a Dios, que les mueva a servirles, de lo contrario no sirve, solo les será un hobby un pasatiempo, y se perdería la esencia del ministerio, que es el de servir a Dios con pandero y danza, adorarle con el corazón reflejando su majestuosidad, con gozo. Deben ser mujeres que deseen fervientemente TOCAR EL CORAZON DE DIOS. De lo contrario, se vuelve un show, (y eso pasa muchas veces) porque nuestro trabajo es ministrar primero el corazón de Dios; segundo, al pueblo invitando a que este alabe y adore. Deben ser chicas que tengan y se esfuercen por mantener su comunión con Dios. Ese es el secreto para mantener la llama del Espíritu Santo. Humanamente que tengan ese don. Algunas no tienen muchas habilidades… se desaniman de entrada, cuando les cuesta. Por eso, este ministerio no es para los que tiran la toalla, exige esfuerzo, horas y horas de ensayo, conocimiento de música y de tiempos musicales. Es para quienes les gustan los retos y es para mujeres humildes. Este ministerio nos impulsa a acercarnos al corazón de Dios, a ver con sus ojos, es un servicio, muero yo (humanamente) para que mi Señor tome el primer lugar y la llama de su fuego, resplandezca en mí por medio de la danza”. Ana Raquel Osorio, líder del ministero Hef-zibá (que significa "mi deleite está en ella")
“La verdad es que en cuanto a habilidades no hay muchos requisitos...en lo que más se enfatiza es en la actitud y el deseo o llamado, ya que si Dios pone el deseo en tu corazón la puerta está abierta y, por supuesto, como todo adorador, el testimonio personal es fundamental. O sea, llevar una vida conforme a lo que le agrada a Dios y que sea de bendición para las demás personas, ya que la danza, así como la alabanza, trae la presencia de Dios en medio del pueblo. Uno de los requerimientos es no faltar a los ensayos y para los nuevos es ensayar 6 meses antes de integrar oficialmente el grupo”. Natalia Díaz, Comunidad Nuevo Pacto