El tema que nos ocupa obedece, sin lugar a dudas, a una genuina preocupación por la sabia administración de la iglesia. Al ser esta un regalo de Dios
UNA GUÍA PARA MINISTERIOS EFICIENTES Y ORDENADOS EN LA IGLESIA
El tema que nos ocupa obedece, sin lugar a dudas, a una genuina preocupación por la sabia administración de la
iglesia. Al ser esta un regalo de Dios a los
hombres mediante su Hijo Jesucristo,
debe ser bien cuidada. Por ello, guiar diligentemente la grey del Señor no solo implica la labor pastoral, sino también la administrativa. Es en este ámbito donde un
Manual de Funciones y Procedimientos
para los líderes eclesiales se vuelve imprescindible.
Para introducir este tema, poco común en nuestros púlpitos evangélicos,
quisiera valerme de una pequeña historia:
María leyó en el periódico que una
importante compañía de su ciudad buscaba una secretaria ejecutiva bilingüe. Sin
dudarlo, envió su currículum junto con decenas de candidatas; era la oportunidad que estaba esperando.
Pocos días después recibió la llamada
esperada: debía presentarse en la fecha y
hora indicadas para una entrevista con el
encargado de contratación. Se preparó
con esmero y se vistió adecuadamente
para causar una buena impresión.
Durante la entrevista, el señor Pérez le
explicó en detalle la descripción del cargo,
el perfil que la empresa buscaba, los requisitos para optar al puesto, las responsabilidades, horarios, beneficios, deberes,
salario y, por supuesto, las tareas específicas que debía desempeñar. Para ello, le
leyó detalladamente el Manual de Funciones para Secretaria Ejecutiva Bilingüe.
El entrevistador quería asegurarse de
contratar a alguien que comprendiera claramente su rol dentro de la empresa.
María fue seleccionada, y hoy se desempeña feliz en su puesto de trabajo. María
sabe con exactitud lo que debe hacer y
cómo hacerlo porque recibió un manual
con instrucciones claras.
1. Qué es un manual de funciones y procedimientos
Un manual de funciones y procedimientos es un instrumento de trabajo que recopila las normas y tareas que cada funcionario debe desarrollar en sus actividades cotidianas. Su elaboración se basa en
procedimientos técnicos, sistemas establecidos y marcos normativos, con el propósito de ofrecer guías claras para el desempeño laboral sin interferir en la autonomía, el juicio profesional o la capacidad
de toma de decisiones de los trabajadores.
Este documento establece con precisión las responsabilidades y obligaciones
de cada cargo, los requisitos y perfiles necesarios, así como la necesidad de elaborar informes periódicos —al menos anuales— que reflejen de manera cualitativa y
cuantitativa las labores realizadas, los problemas encontrados y sus soluciones.
Tanto los informes como el manual deben
ser evaluados constantemente por los supervisores para garantizar un desarrollo
eficiente y una gestión de calidad.
En términos más simples, pero no menos importantes, un manual de funciones
y procedimientos es un documento escrito que describe los distintos cargos dentro de una organización, ya sea una empresa, fundación o ministerio. En él se detallan las funciones y competencias necesarias para cada puesto, además del perfil
del candidato ideal, incluyendo la preparación académica y la experiencia requerida.
Por tanto, este manual es una guía esencial tanto para empleadores como para empleados, ya que proporciona una base
clara para realizar un trabajo eficiente y
bien estructurado. Después de todo,
¿cómo desempeñar una función con excelencia sin conocer sus implicaciones y el
modo correcto de ejecutarla?
2. Un manual de funciones y procedimientos para la iglesia sí es necesario
Volvamos al caso de María, nuestra secretaria bilingüe que consiguió empleo en
una empresa de su ciudad. Además de su
trabajo, ella era una mujer fiel a su congregación y con un corazón apasionado por
servir a Dios. Un día, mientras leía el boletín de su iglesia, vio un anuncio en el que
se solicitaban maestros para la escuela
dominical. Con gran entusiasmo, decidió
postularse y se presentó ante el pastor, un
hombre justo y lleno de fe que llevaba dirigiendo la iglesia por dos décadass.
Cuando María le preguntó qué debía
hacer para ser maestra de niños, el pastor
le respondió con amabilidad: «Se necesita
un corazón dispuesto para Dios, ánimo
de servir y buena disposición. Sobre todo,
es importante conocer la Biblia. Pero no
se preocupe si aún no sabe mucho, aquí le
enseñaremos».
Así fue como María se unió al equipo
de maestros de la escuela dominical. Aunque al principio no tenía claro qué debía
hacer (pues, según las palabras del pastor,
aprendería en el camino), comenzó su labor con alegría. Se sentía feliz, realmente
feliz, aunque no estaba segura de si lo estaba haciendo bien o mal.
Sin embargo, había algo que había faltado al momento de su «contratación»,
algo que en el ámbito secular era indispensable, pero que en la iglesia parecía
pasarse por alto. Estoy seguro de que mis
lectores ya intuyen a qué me refiero.
3. ¿Qué dice la Biblia?
Cuatro versículos bíblicos dan testimonio
de la siguiente verdad: Dios merece ser
adorado no solo con manos alzadas y gritos de júbilo, sino también con una administración ordenada de los recursos que Él
nos ha dado.
Por eso, contar con un manual de funciones y procedimientos para las maestras de escuela dominical, el líder de la juventud, la directora de damas y otros cargos en una iglesia local no es algo mundano, frío, antibíblico o progresista. Al
contrario, es una forma de decirle al Señor
Jesús: «Te amamos, Señor. Queremos servirte de manera ordenada y clara, y este
manual nos ayudará a hacerlo».
- «Pero hágase todo decentemente y con orden» (1 Cor. 14:40 RVR60).
- «Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente» (Col. 3:23 NTV).
- «Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido» (1 Pe. 4:10 DHH).
- «Escribe la visión y grábala claramente en las tablillas, para que se lea de corrido» (Hab. 2:2).
Tener un manual de funciones y procedimientos para los distintos cargos, liderazgos y ministerios de una iglesia local
es tan importante como diezmar y ofrendar para el sostenimiento de la obra. Si los
líderes no saben con exactitud qué deben
hacer, cómo hacerlo, a quién deben rendir
cuentas y cuáles son los requisitos para
cada función, no se puede esperar orden
y decencia en la congregación. Posiblemente habrá crecimiento, pero no un verdadero ordenamiento.
«Porque Dios no es Dios de desorden, sino de paz, como en todas las iglesias de los santos» (1 Cor. 14:33 JBS).
Por Gabriel Gil (gabrielgilarancibia@gmail.com)
Gabriel es de Chile, está felizmente casado con Fabiola, y es padre de dos hermosas mujeres. Es coach integral sistémico y mentor de vidas. Teólogo, pastor de la Iglesia de Dios en Chile, es además autor de 8 libros hasta la fecha. Su propósito es «guiar a las personas hacia Dios ayudándolas a mejorar sus vidas», y lo hace a través de sus libros, posts, vídeos, seminarios, webinarios y programas de entrenamiento.