En el artículo anterior mencioné que la tarea principal de los pastores es enseñar. Debemos entender que una tarea, aún siendo principal, debe partir
EL PASTOR Y LA RESPONSABILIDAD DE LA ORACIÓN
En el artículo anterior mencioné que la
tarea principal de los pastores es enseñar. Debemos entender que una tarea, aún siendo principal, debe partir de
una sana motivación. Los pastores que
pasan tiempo con Dios tendrán un ministerio de impacto espiritual. Siguiendo con
esto de partir de una sana motivación, la
vida de oración debe brotar de un corazón que ama profundamente al Señor y a
las personas.
Dicho de manera ordenada:
- Primero: amar a Dios y a las personas con todo el corazón.
- Segundo: Ser hombres y mujeres entregados de lleno a la oración.
- Tercero: Como pastores, priorizar en nuestro ministerio la enseñanza.
La oración y la iglesia
La oración es transversal a la vida de la
iglesia. Atraviesa todos los ministerios en
todas sus formas, desde quienes atienden
la puerta en los servicios de las iglesias,
hasta los pastores, quienes deben ser por
excelencia, ejemplos de espiritualidad.
La espiritualidad cristiana es esencial,
no se puede prescindir de ella. Hace que
las cosas entren en movimiento debido a
que la iglesia tiene un origen divino:
…
Edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. (Mt. 16:18 RVA)
Por lo tanto, la iglesia va a sostenerse y
moverse en ese encuentro de lo humano
con lo divino.
Jesús, nuestro ejemplo supremo en la oración
Jesús, el buen pastor, es nuestro máximo
ejemplo de espiritualidad. Jesús hizo de la
oración una prioridad. En un ministerio
tan exigente y lleno de tantas demandas
por la necesidad de la gente, Jesús siempre
tuvo que encontrar un lugar y un tiempo
para la oración.
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. (Mr. 1:35 RV60)
Los pastores, hombres y mujeres de
Dios, deben ser apasionados de estar en
intimidad con su Señor y de esa intimidad, en la que agradecen, piden, interceden, confrontan la maldad, adoran y glorifican a Cristo, se conectan con su Palabra,
se nutren de ella, son llenos del Espíritu
Santo, y a partir de esa intimidad, se relacionan con la familia, la iglesia y la sociedad.
En la obra del señor, con el señor de la obra
El pastor debe ser intencional en cuidar y
separar un tiempo diario para cultivar la
vida devocional. No es lo mismo cuando
los pastores oran en función del ministerio que cuando lo hacen para entrar en
intimidad y conocer más al Señor.
Cuando un pastor ora y lee la Biblia en
función del ministerio, es decir, lo hace
porque debe atender una situación difícil,
porque tiene que predicar, porque tiene
que planificar, entre otros asuntos, lo que
está haciendo es sumamente importante
y necesario, pero esto no debe reemplazar
el lugar del tiempo de comunión personal
con Dios. No me acerco a Dios como pastor, me acerco como un hijo a un padre,
ese es mi primera motivación en esa intimidad y relación.
El tiempo que los pastores pasan en
«la obra del Señor» no debe reemplazar
al tiempo que pasan con «el Señor de la
obra». Es tan exigente el ministerio pastoral que muchas veces los pastores se sienten empujados a ir a Dios por todo lo que
necesitan en función del ministerio. Eso es
correcto, pero esto no debe reemplazar
una búsqueda y un encuentro con lo divino a partir de la condición de hijos de Dios y la necesidad de pasar tiempo con él
para expresarle amor, gratitud y adoración, para entrar en su secreto y conocerlo en la intimidad.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. (Sal. 51:6 RV60)
Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con gran amor, derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada, afirma el Señor. (Jer. 9:24)
Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos. ¡Quiero sufrir con él y participar de su muerte, para poder experimentar, de una u otra manera, la resurrección de los muertos! (Fil. 3:10, 11 NTV)
Los textos bíblicos mencionados arriba nos hablan de esa intimidad que trasciende un acercamiento a Dios en función
de lo que hago y tienen que ver con la vida
misma, con la esencia de lo que uno es como persona y por haber recibido un llamado divino.
La oración también es un trabajo que requiere equipo
Es responsabilidad de los pastores formar
equipos de intercesión y que la iglesia sea
fuerte en la oración. La fuente de poder
radica en crear equipos de intercesión.
También les digo lo siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo la hará. (Mateo 18:19 NTV)
Pablo como pastor, al final de sus cartas, pedía oración:
- Para ser libre de todo mal, por protección.
- Para recibir unción para los días difíciles.
- Para no ser blanco fácil del enemigo.
- Para cumplir con las metas y los propósitos de la misión.
¿Qué hubiera pasado si Aarón y Hur
no hubiesen sostenido las manos de Moisés? (Éx. 17:11-13). Cualquier batalla que
valga la pena pelear, precisa de más recursos que los que posee el líder por sí solo.
Evidentemente, ejercer el ministerio pastoral de una iglesia significa una verdadera batalla espiritual que hay que enfrentar
contra los poderes del mal.
En este sentido, es sumamente importante que los pastores presten atención a
este asunto, siendo en primer lugar personas entregadas de lleno a la oración, con
un alto nivel de espiritualidad y comunión con Dios y su Palabra. En segundo lugar, deben formar equipos de intercesión
con personas que cuenten con dones específicos. A la vez, llamar a la iglesia a
tiempos de ayuno y cadenas de oración,
tiempos de vigilia, tiempos de intenso clamor y de batalla espiritual frente a la oposición de los poderes de las tinieblas que
procuran frenar el avance de la obra, neutralizar el anuncio de las buenas nuevas
de salvación, distraer a la iglesia de la misión y desenfocar a los ministros de su llamado.
El diablo hace planes continuamente
en contra de la iglesia del Señor y la iglesia
debe desmantelar esos planes en el nombre de Jesús. Pablo nos explica en Efesios
6:12:
Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra poderes de este mundo de tinieblas, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales. (RV60)
Conclusión
Los pastores siempre estamos aprendiendo a orar, siempre vamos perfeccionando
este precioso don. En ese proceso vamos
descubriendo que la gracia de Dios nos da
descanso y nos permite disfrutar del ministerio, a pesar de las presiones propias
de una tarea tan desafiante.
Gracia y sabiduría llegan a ser fundamentales para la vida, la familia y el ministerio. Aprendemos que adorar a Dios por
lo que es y alabarle por lo que hace, nos
adentra en su secreto, y pasamos de la petición a la intercesión finalizando con acción de gracias.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Fil. 4:6, 7 RV60)
Por Nicolás Marulla (marullanicolas@gmail.com)
Nació en Buenos Aires, es hijo de inmigrantes italianos y está
casado con Sonnia Vega, con quien son padres de dos hijos
y abuelos de una hermosa nieta. Posee un doctorado en
Teología Práctica (Misionología). Ha sido pastor de dos iglesias y promotor de pastores y nuevas iglesias. Fue profesor y
director de un seminario teológico en Paraguay. Actualmente preside la denominación evangélica Iglesia de Dios
en Sudamérica Cono Sur, sirve como educador en varias instituciones y escribe para diferentes medios.