Hablar del compromiso que asumimos en el matrimonio es un tema que muy pocas parejas comprenden realmente. Para algunos, el voto matrimonial hecho en
EL COMPROMISO Y SU PAPEL EN CONSTRUIR UNA RELACIÓN SÓLIDA Y DURADERA
Aún recuerdo mi infancia, la cual
puedo decir que fue muy sana,
algo que agradezco al Señor, a mis
padres y a mis hermanos. Todos ellos fueron buenos conmigo. A pesar de nuestra
humilde condición familiar, disfruté de
muchas aventuras en una casa que años
después fue demolida por estar en riesgo
de ser arrasada por un río. Papá fue obrero en una empresa, y mamá planchaba
ropa en casas de familia. Cuando mis padres se unieron en matrimonio, mi mamá
ya tenía tres hijos de un primer matrimonio (mis hermanos mayores). Luego, en su
matrimonio con mi papá, nací yo y después mi hermano menor.
Cuando tenía 7 años, William, mi hermano mayor, se casó y comenzó su familia. Al cabo de un par de años, mis otras dos hermanas mayores también se casaron. Para mí, era algo emocionante, disfrutaba mucho de las fiestas familiares. El siguiente en formar una familia fue mi hermano menor. Imagínate la presión social y
familiar al ser el único soltero en la familia.
Pero finalmente, también me casé con mi
amada Magbis.
Reflexiones sobre el matrimonio en mi familia
Antes de casarme, hubo una gran preocupación en mí, una preocupación que surgió al observar lo que sucedía en mi familia. Aunque todos ellos fueron buenos
conmigo y eran personas extraordinarias,
hubo un detalle que impactó mi juventud: no supieron mantener matrimonios
estables. Lamentablemente, mis padres se divorciaron, y entre ellos cinco (mis padres y mis cuatro hermanos), hubo un total de siete divorcios. Obviamente, esto
no me hace sentir feliz. Vi muchas lágrimas, rabias, decepciones, algunos pleitos
y corazones rotos. A mi edad, no entendía
muchas cosas, y quizá por eso no me afectaron tanto, pero a medida que fui madurando, comenzaron a surgir en mi mente
detalles que me llevaron a reflexionar.
Cuando llegué al Señor, pude comprender con mayor claridad lo que sucedió en
mi familia.
De soltero, me preocupé porque no
quería que esa historia se repitiera en mi
vida. Rechacé la idea de las maldiciones
generacionales, porque para mí, Cristo
rompió con toda maldición en la cruz y
no hay nada que me condene. Sin embargo, sabía que debía poner de mi parte
para no repetir las conductas que vi al crecer. Esto me llevó a asistir a muchas charlas, talleres, prédicas, conferencias y congresos sobre el matrimonio, para aprender, prepararme y evitar ser parte de la estadística familiar.
Hoy en día, estoy casado y tengo dos
hermosos hijos. Aunque viví algunas experiencias, estudié y me preparé para el
matrimonio, sigo considerando que el
matrimonio es una condición que requiere mucho trabajo, sacrificio y, sobre todo,
amor. Estoy feliz con mi familia, pero aún
me sigo preparando, adquiriendo experiencia y, sobre todo, humillando mi vida
delante de Dios, quien es el único que día
a día da estabilidad a mi matrimonio y a
mi familia.
De lo que viví, de lo que vivo y de lo
que he aprendido, quiero hablarte de tres
puntos que para mí son importantes en el
matrimonio. Mi deseo es contribuir, en las
siguientes ediciones de nuestra revista, al
crecimiento de tu matrimonio, y ayudarte
a luchar contra un sinfín de cosas negativas en esta sociedad y este mundo, cuyo único objetivo parece ser destruir los matrimonios.
El matrimonio: un compromiso que se construye
Hablar del compromiso que asumimos en
el matrimonio es un tema que muy pocas
parejas comprenden realmente. Para algunos, el voto matrimonial hecho en la
ceremonia es más un protocolo que una
voluntad expresada, lo cual no debería ser
así. Desde ese momento, el compromiso
no se maneja con la seriedad e importancia debida, y con el tiempo, esta palabra
«compromiso matrimonial» pierde todo
significado.
Ten en cuenta esto: si no existe un
fuerte sentido de compromiso en el matrimonio, el pensamiento de que no son
idóneos como pareja será recurrente en
tu mente, y esto se puede convertir en la
acción de ponerle fin a la relación. Pero,
por otro lado, los esposos que poseen un
verdadero sentido de compromiso verán
su matrimonio como una unión permanente, como una responsabilidad ante
Dios en la que voluntariamente dijeron:
«Hasta que la muerte nos separe». Este
sentido de compromiso les ayudará a sobrepasar las tormentas más fuertes y las
temporadas de pruebas, incluso cuando
sientan que el amor se agota o que lo romántico ha muerto. Permanecer firmes
en el compromiso hará que la relación florezca nuevamente, las veces que sea necesario. El compromiso te dará una visión
diferente; Dios respaldará tu decisión de
ser fiel al pacto matrimonial, y el Señor
obrará en cada circunstancia, porque en
primer lugar, le estás siendo fiel a Él. No
deberías ver tu compromiso como una
obligación, sino como la fortaleza que
blinda tu matrimonio.
El compromiso en la vida diaria
Quiero darte un ejemplo: cuando saliste a
buscar empleo y lograste hallar el trabajo
que más te gustaba, ¿cuántos lunes deseaste quedarte en casa y no ir al trabajo?
¿Cuántas veces en tu trabajo hubo un ambiente laboral negativo? ¿Cuántas veces
quisiste renunciar? Te aseguro que fueron
muchas las veces. Sin embargo, hoy en día
no serías exitoso en lo que haces si aquel
lunes, aun sin ganas, no hubieras ido a trabajar. No serías gerente si hubieras renunciado cuando el ambiente de trabajo era
malo. Tu compromiso contigo mismo,
con tus sueños y metas, te mantuvo firme
y lograste tu objetivo. ¿Por qué no hacer lo
mismo con respecto a tu matrimonio y a
Dios? Convierte tu matrimonio en una de
tus principales prioridades.
Estoy muy consciente de que en esta
época, muchas personas no quieren nada
que tenga que ver con compromiso. El
miedo a estar encadenados de por vida a
una persona o a estar atados a una mala
decisión es una prioridad para muchos en
este tiempo. Sin embargo, el compromiso
puede ser la columna que dé estabilidad a
la relación. Cuando hay compromiso de
ambas partes, sabrás que cuando surja algún problema, ninguno de los dos pensará en marcharse. Incluso si hay problemas
fuertes, tener la certeza de que el matrimonio no se va a romper hace que sea
más fácil resolverlos.
El compromiso en la pareja les da a
ambos la seguridad de que su unión es
duradera. Cuando piensan en el futuro, se
ven juntos, y eso hace que el divorcio no
sea una opción. Esto aporta estabilidad,
aun cuando están pasando por un mal momento matrimonial. No hay preocupación de que el matrimonio vaya a romperse o que él o ella salga corriendo a la
primera oportunidad. Hay seguridad de
que buscarán la forma de encontrar una
solución.
Un estudio realizado por la Universidad de Illinois señaló que existen cuatro
tipos de relaciones, pero las que durarán
son las que tienen un mayor compromiso,
porque son las que están "enfocadas en el
compañero". Esto significa que siempre
pusieron a la pareja por delante de cualquier otra cuestión, como trabajo o amigos. Durante los 10 meses que duró la investigación, estas parejas registraron los
más altos niveles de interacción positiva y
un alto nivel de compromiso hacia el otro,
lo que permitió que la relación se reforzara.
La clave está en detectar el núcleo en
el vínculo entre las personas. Aquellas que
ponen el bienestar del compañero por
delante de cualquier cosa tienen una mayor probabilidad de construir un vínculo
duradero. El compromiso se construye
día a día, implica el cuidado de la pareja,
permitirle crecer como persona, desarrollarse y ser mejor cada día, y además, ayudarle en este proceso. El compromiso se
logra con la confianza mutua y la certeza
de que todo lo pueden juntos.
Por Ángel Vivas
Ángel Alberto Vivas es de Maracay, Venezuela. Licenciado
en Teología y especializado en Consejería Bíblica para Jóvenes, es ministro ordenado por las Asambleas de Dios de Venezuela, pastor de la iglesia Canaán y director nacional de la
Escuela de Capacitación en Consejería Bíblica para Jóvenes
de su denominación. Es además Ingeniero en Sistemas, oficial activo del Ejército Venezolano y capellán en la Base Aérea Militar el Libertador. Está casado con Magbis Noriega y
es padre de dos hijos.