La invitación es clara: para poder andar en el Espíritu Santo, debemos aprender a vivir guiados por el Espíritu Santo. Esto se convierte en un antído.
EL GOZO ESPIRITUAL EN LA VIDA DEL OBRERO CRISTIANO
¿Qué puede ser más crucial en la vida de un creyente que estar lleno del Espíritu Santo y llevar las marcas de nuestro Señor Jesús? Y las cualidades del fruto del Espíritu son eso mismo: las marcas del carácter del Señor Jesús en nosotros sus seguidores. Pero para que esto cobre verdadero sentido en nosotros, debemos permitir a Cristo tener acceso a nuestras vidas, dejándole cambiar lo que sea necesario y permitiéndole tratar con nosotros de manera muy personal.
Pero también, es fundamental recordar que el enemigo utilizará todos los medios posibles para desalentarnos, desanimarnos, desenfocarnos y distraernos, con el objetivo de minimizar la obra transformadora y redentora de Cristo en nuestras vidas. Es en esta obra donde el Espíritu Santo opera poderosamente, trayendo y construyendo el carácter de Cristo en nosotros y llenando nuestras vidas completamente de Él. De modo que la clave en la vida cristiana —y en el ministerio cristiano— es darle a Dios pleno acceso a cada área de nuestras vidas, permitiendo así que tengamos una vida guiada por el Espíritu Santo en todo momento y lugar.
El apóstol Pablo, en su carta a los Gálatas, nos recuerda:
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. (Gál. 5:25-26 RV60)
La invitación es clara: para poder andar en el Espíritu Santo, debemos aprender a vivir guiados por el Espíritu Santo. Esto se convierte en un antídoto contra los efectos negativos de la falta de paz, felicidad y seguridad que nuestro mundo enfrenta hoy.
El gozo del espíritu santo: una fuente de transformación
Una de las cualidades del fruto del Espíritu Santo es el gozo, a menudo malinterpretado, incluso en la vida del obrero cristiano. El propósito de enfatizar el papel fundamental del Espíritu Santo en la vida del creyente es motivar y orientar sobre el origen del gozo como fruto del Espíritu, y cómo este puede transformar nuestra vida en un centro de adoración, renovación, motivación y verdadera espiritualidad.
Para esto, es crucial considerar tres aspectos importantes para conocer, descubrir y hacer que el gozo del Espíritu Santo se convierta en una poderosa herramienta de Cristo en nosotros mientras le seguimos y servimos.
1 De dónde surge este gozo en la vida del obrero cristiano
El origen del fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas radica en andar por el Espíritu, lo cual no es posible sin permitir que Él nos guíe y nos encamine diariamente. El gozo, como una de las manifestaciones del fruto del Espíritu, responde a esta iniciativa espiritual, donde nos comprometemos a vivir una vida rendida a nuestro Salvador. El mayor gozo que un creyente puede tener presente es el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario y el alto precio que Él pagó por amor para el perdón de sus pecados. No tener presente esta realidad nos aleja de la verdadera motivación y aliento que debe impulsarnos cada mañana: el gozo de nuestra salvación, que fue pagada hace dos mil años y es una realidad inquebrantable a cada instante de nuestras vidas.
Sin embargo, es nuestro deber participar activamente en esta construcción espiritual, mediante la rendición diaria del «yo» al señorío de Cristo, entronizándolo en el centro de nuestras vidas. El gozo proviene del amor del Padre al enviar a su Hijo para morir en la cruz. Este gozo, resultado de nuestra salvación, se convierte en una fuente de vida que nos motiva, renueva, guía y fortalece aun en los momentos más difíciles.
2 Qué características refleja quien tiene este gozo
El pastor y autor Rick Warren, en su libro Una vida con propósito, afirma que «el grado más profundo de nuestra adoración implica alabar a Dios a pesar del dolor» (p. 109). Esto está estrechamente relacionado con el fruto del gozo y nos invita a reflexionar sobre las características de aquellos que viven y sirven con el gozo del Espíritu Santo.
- Primero, estas personas desarrollan una íntima relación con el Padre a través del Espíritu Santo.
- Segundo, se enfocan en los atributos y la naturaleza de Dios, confiando plenamente en sus promesas y en lo que Él hará a nuestro favor.
- Tercero, mantienen una vida de comunión, unidad y sana relación con sus hermanos en el cuerpo de Cristo.
3 Cómo se cultiva este gozo en nuestras vidas
El llamado para el obrero cristiano es mantener y cultivar este gozo del Espíritu en su vida. Tres aspectos importantes del Espíritu Santo en la tierra con nosotros son: formar el carácter de Cristo en nuestras vidas, hacernos parte de la misión de Cristo y prepararnos para el cielo. Cal Thomas, columnista y autor estadounidense, señala: «El problema de la sociedad no son los ‘abortistas’; sino los cristianos que no conocen la Biblia, que son desobedientes, indisciplinados y no discipulan a otros» (Ogden, p. 33). Al voltear estos aspectos negativos, encontramos la estructura esencial para una vida llena, cultivada, saludable y plena con el fruto del gozo del Espíritu Santo:
- Debemos ser apasionados en la lectura y estudio de las Escrituras.
- La obediencia y la disciplina deben distinguirnos donde quiera que vayamos.
- No hay mayor satisfacción y gozo que participar en la misión más noble sobre la tierra: hacer discípulos.
Estas son las cosas que llenarán de verdadero gozo nuestras vidas, adonde quiera que vayamos a cumplir su obra.
En resumen, corremos el riesgo de malinterpretar el gozo como fruto del Espíritu cuando olvidamos que es parte del carácter de Cristo en nosotros. Jesús lo dio todo por nosotros, murió para que tuviéramos la vida abundante. Esto debería ser suficiente para ofrecer alabanza y gratitud continua, sin excusas por nuestras probables necesidades. Dios es real, no importa cómo nos sintamos. Él ha prometido que nunca nos dejará ni nos abandonará. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué áreas de mi vida necesitan acercarse más a Cristo para que el Espíritu Santo manifieste más de su gozo en mí?
Fuentes y referencias:
- Warren, R. (2003, 2012). Una vida con propósito. Miami, FL, EE. UU.: Editorial Vida.
- Ogden, G. (2006). Discipulado que transforma. Barcelona, España: Editorial Clie.
Por Eddier Cortés
Esposo, padre y abuelo, Eddier Cortés es pastor de la Iglesia Evangélica Metodista de Costa Rica desde hace 20 años, graduado con un bachiller de Teología, y una maestría en Ciencias de la Religión con énfasis en Orientación Familiar. Actualmente estudiante del programa doctoral en Eclesiología en la Universidad Evangélica de las Américas (UNELA) y realizando su tesis con énfasis en Misión Integral.