Cómo simplificar y fortalecer el ministerio pastoral bivocacional En el número anterior, hemos visto de qué se trata el ministerio pastora...
Cómo simplificar y fortalecer el ministerio pastoral bivocacional
En el número anterior, hemos visto de qué se trata el ministerio pastoral bivocacional, así como sus ven- tajas, desventajas y desafíos. En este segundo artículo estaremos abordando algunas ideas prácticas para simplificar su ministerio y así seguir creciendo, tanto en sus labores ministeriales como en sus tareas fuera de la iglesia.
Conversando con un colega con profundo llamado pastoral y exitoso en el ministerio, me comentaba que su rutina diaria era estar a las 7:00 de la mañana en su trabajo y regresar a su casa a las 5:00 de la tarde para atender los desafíos que la iglesia demandaba. Yo me preguntaba en el fondo de mi corazón cuando le escuchaba hablar: ¿Cómo puede este hombre llegar al final de la semana con las demandas que eso mismo conlleva y volver
a levantarse el lunes para encarar de nuevo sus compromisos laborales? Pero entendía que así es la vida de un pastor bivocacional. La realidad para muchos pastores bivocacionales es mucho trabajo, poco descanso y mínimo fruto.
CONSEJOS PARA UN MINISTERIO BIVOCACIONAL MÁS FRUCTÍFERO
Permítame este atrevimiento para sugerir algunos consejos que le ayudarían a seguir deleitándose en el ministerio bivocacional.
1. Enfóquese en lo que Dios está haciendo a través de su vida
No codicie lo que otras iglesias tienen, ni los logros de otros pastores. La codicia muere cuando estamos contentos con lo que Dios nos dio (1 Tim. 6:6-8). Mejor,
dispóngase en las manos de Dios para que Él continue obrando por medio de su vida, multiplicando Él su esfuerzo y el tiempo que dedica a su reino.
2. Enfóquese en las cosas esenciales dentro del ministerio
Tres cosas son esenciales en el ministerio pastoral: la preparación en la Palabra para la predicación, pastorear o cuidar las ovejas y la oración. Todo lo demás es secundario. Enfóquese en ser excelente en estas tres cosas, y para lo demás, tenga paz si no se puede hacer.
3. Seleccione un equipo de alto rendimiento
Jesús se enfocó en un pequeño grupo aun cuando su visión y misión era alcanzar a todo el mundo. Nutra cada semana ese equipo que Jesús le dio, delegue a ellos lo que usted no puede o ya no alcanza para hacer. Invierta su tiempo y recursos en este equipo.
4. Entienda y viva
Efesios 4:11-16
Las cinco personas que Dios dio a su iglesia están para ser dedicados a la formación de los santos para que ellos (los santos) hagan la obra del ministerio. Tanto pastores de tiempo completo como los bivocacionales pecan en dos sentidos cuando, primero, viven haciendo toda la obra del ministerio, y segundo, cuando no forman a los santos para que ellos hagan la obra.
5. Sea un buen mayordomo de su tiempo
Esto implica vivir bajo «prioridades divinas». Debe andar cuidando intencionalmente cada día que las prioridades que Dios estableció para la vida siga este patrón: su relación con Dios, primero; luego, su propia vida; luego su familia; y después, su trabajo y ministerio.
6. Busque y camine acompañado en forma intencional
Reconozca sus limitaciones y sus vulnerabilidades. Todos tenemos nuestros puntos ciegos y necesitamos de alguien que nos ayude a ver eso.
7. Orar, orar y orar
Estoy convencido de que ser pastor bivocacional es un llamado, y para ser efectivo en este ministerio se debe confiar en el poder del Espíritu Santo, y eso nos lleva a ser un hombre de oración. Dedique su vida a la oración. Hay momentos en que se querrá rendir por el cansancio físico, el desánimo o la falta de fruto. Tal vez tenga problemas en el trabajo, en la iglesia y en su familia. Le suplico, hermano pastor, que derrame su corazón «confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (Heb. 4:16 RV60).
8. Sea un pastor que se reproduce en otros
Aprenda a transferir su vida en la vida de otros. Eso demanda ser cada día más como Cristo: «Imítenme a mí, como yo imito a Cristo» (1 Cor. 11:1). También significa caminar siempre ayudando a los demás a hacer lo mismo y así llegar a lo que el apóstol Pablo recomendó a Timoteo, su hijo espiritual: «Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros» (2 Tim. 2:2 RV60).
En el texto anterior vemos cuatro generaciones de obreros: Pablo, Timoteo, hombres fieles y otros. Busque dos o tres hombres de la congregación que sean enseñables y que ellos vuelvan a enseñar a otros. En el plazo de un año, usted puede preparar a 12 hombres si se multiplica con los tres que está enseñando. ¿Cambiaría su ministerio si 12 miembros de su iglesia estuvieran aprendiendo a ministrar a otros?
RECUERDE: ENFÓQUESE EN LAS COSAS ESENCIALES
En conclusión, ser un pastor bivocacional puede ser un desafío, pero con enfoque y sabiduría, es posible simplificar el ministerio y seguir creciendo tanto en las labores pastorales como en las responsabilidades fuera de la iglesia. Recordemos que debemos centrarnos en lo que Dios
está haciendo a través de nuestras vidas y evitar la codicia, buscando contentarnos con lo que Él nos ha dado.
Es esencial enfocarse en las tareas fundamentales del ministerio pastoral, como la predicación, el pastoreo y la oración, dejando de lado lo secundario si es necesario. Además, contar con un equipo de alto rendimiento y delegar responsabilidades nos permitirá multiplicar los esfuerzos y dedicar tiempo a lo realmente importante. La formación de discípulos y líderes es un pilar fundamental en el ministerio bivocacional. Entender y vivir Efesios 4:11-16 nos anima a permitir que los santos en la iglesia sean parte activa en el ministerio, compartiendo responsabilidades y trabajando en equipo para alcanzar los propósitos de Dios.
En tiempos donde contamos con recursos y apoyo disponibles, busquemos siempre mejorar y fortalecer nuestro ministerio, especialmente enfocados en la formación de otros para que ministren juntamente con nosotros. No dude en ir detrás de esos recursos y personas que con gusto le darán su apoyo. Así, como pastores bivocacionales, podremos seguir deleitándonos en el servicio a Dios y su iglesia, viendo frutos que perduran para la gloria de su nombre.
POR PEDRO TORRES
Casado con Mirian y padre de Sergio, Victoria y Abigail, es pastor de la Iglesia Bautista Renacimiento en Lambaré, Paraguay. Graduado del Seminario Teológico Bautista de Asunción y del Seminario Internacional Teológico Bautista de Buenos Aires, cuenta con un diplomado, una licenciatura y una maestría en Teología. Coordinador del Discipulado y Pastoreo de Pastores en Paraguay, desempeña varios roles en la Alianza Evangélica Latina, incluyendo la coordinación de la Comisión de Discipulado.