Concepto y lugar de la adoración en la vida cristiana Cuando hablamos de la adoración, de manera natural siempre la asociamos con la músic...
Concepto y lugar de la adoración en la vida cristiana
Cuando hablamos de la adoración, de manera natural siempre la asociamos con la música. Siempre la llevamos hacia ese corto tiempo destinado a la música dentro de la liturgia en nuestros cultos. Pero la verdadera adoración es mucho más que eso.
La adoración y la vida
Las canciones con las melodías más sublimes y las letras más preciosas no se comparan con una vida totalmente entregada y rendida a Dios. Podemos levantar nuestras manos y llorar durante el tiempo de adoración en medio de la congregación, pero si nuestro caminar diario se ve obstaculizado por la religiosidad, la mentira, la vanidad, el orgullo, los pensamientos inapropiados o cualquier tipo de pecado, podemos decir que aquel pasaje bíblico que dice “este pueblo de labios me honra mas su corazón esta lejos de mí” (Is. 29:13) nos calza perfectamente.
Una vida completamente rendida a Su voluntad producen las melodías más hermosas. Un corazón afinado, calibrado al cielo componen las melodías más preciosas y sublimes. Son melodías de procesos, de obediencia, de sacrificios.
Felices son los que oyen el alegre llamado a la adoración, porque caminarán a la luz de tu presencia, SEÑOR. (Sal. 89:15 NTV)
En el reino de Dios, un corazón afinado a Él es más apreciado que la
voz del mejor cantante para los hombres.
Querido cristiano o líder que estés leyendo este artículo, recuerda que tu servicio en sí no adora a Dios. Es el corazón con el que sirves lo que adora —o no— a Dios, y eso es algo demasiado personal e íntimo pero que, tarde o temprano, sale a luz.
Repasando el concepto
Recordemos el significado de “adoración”: Adoración es una noción que proviene del vocablo latino adoratĭo. Esta palabra puede traducirse como “acción y efecto de rendir culto a Dios”, y es la suma de tres partes claramente definidas:
• El prefijo ad-, que es equivalente a “hacia”.
• El verbo orare, que significa “expresarse”, “dar un discurso” o “rendir culto”.
• El sufijo -atio, que puede traducirse como “acción o efecto”.
Me encanta el significado del sufijo -atio, “acción o efecto”. Nuestra mayor y más profunda adoración se refleja en las acciones del día a día, aquellas que se ven y las que no se ven. Aquellas acciones que a la vista de todos glorifican a Dios pero también aquellas íntimas que solo el cielo y uno conocen.
Es importante que entendamos que no hay tal cosa como “un nuevo mover” de la adoración. Lo que puede haber son nuevos verdaderos adoradores, aquellos que de manera sublime te inspiran a fijar tu mirada en Cristo y adorarlo como ellos. La adoración no es un mover, es el lenguaje del reino de Dios.
La adoración no se trata de un estilo musical o de un ministerio de música. No se trata de nuevas formas de componer.
La adoración siempre se trató de Él. De cómo
nuestras vidas giran en torno a Él, desde nuestras acciones más pequeñas como las más grandes. Podemos decir con nuestros labios que Él es santo, y vivir una vida que no hable de Su santidad. Podemos cantar que “la cruz nos habla de Su amor”, y en nuestra vida cotidiana no responder a ese amor.
Adoración es que nuestras vidas estén constantemente dirigidas “hacia” Dios, hacia lo que Él quiere, para rendir culto a Dios con nuestras acciones que luego tendrán un efecto no solo aquí en la tierra sino también en la eternidad.
Adoración en 10 sentecias
Comparto con ustedes esto que aprendí una vez:
1. La adoración es una conversación entre Dios y el hombre, un diálogo que debiera mantenerse siempre en la vida del cristiano.
2. La adoración es ofrendar a Dios e incluye toda la vida, dándole el sacrificio que Él pide: todo el ser del hombre.
3. La adoración es la reacción afirmativa de los creyentes a la revelación del Dios trino y uno. Cada acto
de vida es adoración cuando se hace con el amor que corresponde al amor del Padre.
4. La adoración es el resultado de la comunión de amor entre el Creador y el hombre, el punto más elevado que el hombre puede alcanzar en respuesta al amor de Dios.
5. La adoración es la expresión de amor, reverencia y alabanza del corazón del creyente a Dios, con una actitud de reconocimiento de Su supremacía y señorío.
6. La adoración es un acto del hombre redimido hacia Dios, su Creador, por la cual su voluntad, intelecto y emociones responden agradecidos y con reverencia, honra y devoción a la revelación de la persona de Dios, expresada en la obra redentora de Jesucristo, mientras el Espíritu Santo ilumina la Palabra escrita de Dios.
7. La adoración significa sentir en el corazón. Una expresión debida a lo que se siente.
8. La verdadera adoración y alabanza son la maravilla reverente y el amor abrumador en la presencia de Dios.
9. La adoración es la capacidad de magnificar a Dios con todo el ser, espíritu, alma y cuerpo.
10. El meollo de la adoración verdadera es el derramamiento sincero del ser interior sobre el Señor Jesucristo con devoción afectuosa.
La adoración es la actitud normal e ideal de una criatura racional en buena relación con el Creador. La adoración es amor extravagante y obediencia extrema. Somos llamados a una vida íntima que adore. A un carácter que adore. A un caminar que adore.
Por Laura Rojas [email protected]
Empezó su servicio a Dios a través de la música hace 20 años en la tierna edad de 13 años. Está casada con el Pr. Adolfo Agüero Esgaib y sirven como pastores en la iglesia Más Que Vencedores, de Aunción. Tienen 2 varones, Mateo y Andrés, y una princesa llamada Leonor. Fundadora junto a Mia Vega y Nathalia Robbins del ministerio Mujeres de Fe Paraguay.
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