En el equipo del Señor, ¡todos juegan de titular! En nuestros países latinoamericanos el fútbol es un deporte altamente popular. Cada eq...
En el equipo del Señor, ¡todos juegan de titular!
En nuestros países latinoamericanos el fútbol es un deporte altamente popular. Cada equipo tiene un propósito o misión: obtener la victoria, ganar el campeonato. Nadie buscaría a un grupo de personas que sólo tuvieran ganas de jugar y las pondría desordenadamente en el campo de juego. Un enorme potencial sería muy mal utilizado, y los resultados serían desastrosos.En cambio, cada uno se ubicará estratégicamente en un sector determinado y se desempeñará según sean sus habilidades básicas. Así el equipo queda «bien armado» para dar lo mejor y alcanzar el objetivo.
Un equipo poderoso debe quedar establecido sobre las fortalezas de sus integrantes y desempeñarse de acuerdo a ellas. Una congregación será poderosa cuando también desarrolle sus ministerios sobre las fortalezas de sus miembros. Éstas son los dones espirituales, y cada creyente debe servir a través de ellos.
Los pastores son quienes deben «capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo» (Ef 4.12 RV60). Parte de esta tarea consiste en ayudar a los creyentes a identificar y ministrar según sus dones espirituales.
Las bases
Repasemos la enseñanza bíblica. «Cada uno, según el don que ha recibido, minístrelo a los demás, conforme a la multiforme gracia de Dios» (1 P 4.10-11 RV60).- ¿Quién? Cada uno. Cada creyente, todos los creyentes. En la iglesia como equipo del Señor todos juegan de titular. Nadie está en el banco de suplentes esperando su turno para jugar. Todos cumplimos un ministerio y debemos hacerlo con preparación y fidelidad.
- ¿Qué debe hacer? Ministrarlo a los demás. Servir en el cuerpo de Cristo para el cumplimiento de la Misión. Esto es un llamado al compromiso.
- ¿Según qué? Según el don que ha recibido. Al hablar de dones espirituales nos referimos a esas habilidades espirituales especiales dadas por el Espíritu Santo a cada creyente para servir a otros y producir la edificación de la iglesia de Cristo.
- ¿Conforme a qué? Conforme a la gracia de Dios. Los dones espirituales no son medallas al mérito. Nadie debe sentir superioridad ni vanagloria personal. Nadie tiene preeminencia, ni ha sido especialmente favorecido por el Señor. Esto es un llamado a la humildad.
Principios para armar el mejor equipo
- Sostener el sacerdocio o ministerio de todos los creyentes. El Señor «ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes al servicio de Dios su Padre» (Ap 1.6 NBV). Así, cada miembro de la iglesia tiene un llamado ministerial propio que debe desarrollar según los dones que el Espíritu Santo le haya concedido.
- Planificar el ministerio de la iglesia en base a los dones espirituales de sus miembros. El ministerio de la iglesia debe concebirse y planificarse en función del conjunto de dones espirituales de sus miembros y no a la inversa. No deben establecerse de antemano los diversos ministerios para luego buscar «voluntarios» que los desarrollen. La iglesia del Señor cuenta con mucho más que voluntarios. Está conformada por verdaderos ministros, sacerdotes del Rey de Reyes, dotados con poderosos dones espirituales para el servicio.
- Ayudar a los creyentes a identificar sus dones y entrenarlos para el ministerio. Esta tarea debe ser pastoralmente intencional y constante. Es recomendable llevar a cabo periódicamente una serie de talleres, charlas, o conferencias, que enseñen a los miembros de la iglesia qué son los dones espirituales, quién y cómo los concede, qué importancia tienen para los creyentes, cómo reconocerlos, cómo aplicarlos y desarrollarlos, etc. Existen algunas herramientas prácticas que pueden aplicarse y que permitirán mantener actualizado el «mapa de dones espirituales» de la congregación.
- Crear oportunidades de servicio para que todos tengan posibilidad de ministrar de acuerdo a sus dones en el poder del Espíritu Santo. Todos los miembros de la iglesia deben tener el espacio que les permita servir efectivamente al Señor en base a sus dones. Cuando alguno no lo halla, se siente frustrado y desanimado.
- Recordar que utilizar los dones espirituales sin amor no sirve de nada (1 Co 13.1-2). Los dones espirituales son complementarios. No están dados para competir. Nadie debiera tratar de demostrar que es mejor que otros. En el cuerpo de Cristo, debe fomentarse siempre un espíritu cooperativo entre los miembros y no un espíritu competitivo. Mucho menos un espíritu antagónico.
¡Celebremos como equipo la victoria!
Cuando los miembros de una iglesia sirven según sus dones espirituales, dejan de trabajar en sus propias fuerzas y el poder del Espíritu se manifiesta a través de ellos. Así, cristianos totalmente normales pueden alcanzar resultados extraordinarios.De esta manera, la iglesia desarrolla su misión y despliega sus ministerios con la máxima participación de sus miembros. Esto libera un enorme potencial hacia una mayor extensión del Reino. La iglesia recibe su crecimiento y es edificada en amor, para la gloria de Dios.
Acerca del autor:
Ernesto Turosky ([email protected]) es consultor en Desarrollo de Liderazgo, profesor y conferencista. Posee una maestría en Liderazgo Formativo y una licenciatura en Teología. Pastorea la iglesia Jesús es el Camino en Florencio Varela, Buenos Aires. Casado con Silvia Domínguez, son padres de dos hijos: Emiliano y Tomás.
Gloria a Dios,por este articulo de Los. Dones hoy Los entiendo como Vivir en ellos; estan muy bien esplicado...
ResponderEliminarGloria a Dios,por este articulo de Los. Dones hoy Los entiendo como Vivir en ellos; estan muy bien esplicado...
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