Reflexión para comenzar un año diferente Jesús le dijo: “¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?”Juan 11.40 (NBLH) Está por come...
Reflexión para comenzar un año diferente
Jesús le dijo: “¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?”Juan 11.40 (NBLH)
Está por comenzarun nuevo año, espero que hayas tengas tiempo para hacer un buen balance del año que se va, pero sea cual sea el balance, Dios nos entrega una oportunidad nueva para ser testigos y parte de lo que Él hará entre nosotros. ¿Te gustaría ver milagros en tu vida y entre la gente que te rodea? El señor dice que creas, que dejes de dudar de su amor por vos, que dejes de confiar en tus miserables fuerzas y te dediques a creer.
A creer que, como en la antigüedad, ÉL está con su pueblo, a creer que como te cuido en el vientre de tu madre lo volverá a hacer; a creer que como esa vez no te dejó, esta vez tampoco lo hará; a creer que quiere intervenir sobrenaturalmente en tu vida. Su gloria se manifiesta continuamente pero nuestros intereses están desenfocados de Dios.
La manera más saludable de comenzar este año es erradicar la mentira de la duda que el diablo puso en tu corazón y comenzar a creer. Es probable que conozcas al Señor hace poco tiempo, tu responsabilidad es buscar cada día más de Dios para que tu fe crezca, para que abandones tu pasado y te animes a vivir esta aventura con tu creador.
Pero si hace tiempo que elegiste seguir a Jesús, tu responsabilidad es la misma que al principio, buscar cada día del Señor para crecer más y más y mostrar en tu vida lo maravilloso que es ser hijo de Dios. Un cristiano que duda es un obstáculo para el mundo, pero un cristiano que cree abre la puerta de la eternidad a los que se pierden. Un cristiano que cree sirve, porque sabe que es la mano de Dios en esta tierra sufriente.
Oración: Señor necesito aprender a creer de una manera que honre tu nombre y manifieste al mundo tu grandeza, quiero ser testigo e instrumento en tu obra este año. Quiero comenzar a ser un hijo que cree en su padre. En tu nombre, amén.
Por Marta Yurquina de Biondi, Asistente Terapeuta de Familia y Pareja
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