Todos saben que cuando un pozo se seca, ya no puede hacer aquello para lo cual fue hecho. Lo mismo ocurre con los maestros y líderes de j...
Lo mismo ocurre con los maestros y líderes de jóvenes cuando estamos secos espiritualmente. Nuestro propósito de inspirar, educar y animar a los jóvenes es imposible de llevarse a cabo.
Como líder de jóvenes, tu vida espiritual debe estar en orden antes de que puedas servir adecuadamente a tu grupo. Por eso, toma en cuenta estos consejos:
1. Asegúrate de que tu vida esté balanceada.
Siempre va a haber tiempo cuando estarás trabajando demasiado y sin descansar suficiente. Registra tus horas. ¿Cómo estás usando su tiempo? ¿Tienes tus prioridades en orden?
2. Encuentra a un compañero que te ayude a mantenerte en el camino.
Alguien en quien confíes, que te pueda hacer las preguntas difíciles. Reúnanse regularmente. Asegúrate de no estar dejando atrás la oportunidad de ser afilado por otro creyente.
3. Estudia la Palabra de Dios.
No puedes enseñarla si no la conoces. Ten un tiempo regular para estudiar la Biblia. No te limites a preparar una lección para otros.
4. No sirvas en demasiados lugares.
No seas “pulpo espiritual”. ¿Te queda espacio para adorar y tener compañerismo? ¿Estás estudiando con otros adultos? Que tu pozo no se seque por hacer demasiadas cosas buenas.
5. Toma tiempos de descanso.
Nadie dijo que tenías que hacer esto por el resto de tu vida y sin parar. Programa unas semanas libres en el año. El guiar a los jóvenes es un maratón. Tómalo con calma.
Adaptado de teensundayschool.com
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