el teatro en la iglesia
Por Daniel Cuevas.
El teatro en la iglesia cómo medio de evangelismo, de enseñanza y para transmitir los valores cristianos.
Durante la Edad Media (entre el año 400 y el 1.500 d.C.) las autoridades eclesiásticas se sirvieron del teatro para divulgar entre el pueblo las historias de la Biblia y los valores del cristianismo. Los sacerdotes crearon dramas de temas religiosos, llamados autos sacramentales o misterios.
Las obras se interpretaban en las plazas de las ciudades o en carretas que podían trasladarse de una localidad a otra. En el siglo XV empezaron a aparecer también obras de intención moral, que utilizaban la poesía, la música y la comedia para enseñar al pueblo.
En esa época se formaron pequeños grupos de artistas profesionales, llamados juglares, que trabajaban en los patios de las posadas y en las ferias.
En la actualidad, al teatro se le saca mucho provecho en las iglesias cristianas. Se usa en las campañas, en los cultos dentro de la congregación, en actividades sociales, etc.
Se usa tanto para evangelizar o ministrar como también para entretener y educar.
Lamentablemente, mientras iglesias no le han dado la calidad que esto merece, irrespetando a veces con obras y trabajos de muy poca calidad, apoyándose en famosas frase como: “Esto es para Dios”, “Este drama es para mañana y no hemos ensayado, pero nada, Dios tendrá misericordia”.
Los grupos o ministerios de teatro en nuestras iglesias carecen, en su mayoría, de entrenamiento artístico (muy pocos han ido a una escuela de actuación o han tomado talleres de teatro). Cuando se les habla a muchos acerca de prepararse profesionalmente en este campo (tomar talleres o ir a una escuela de arte dramático), muchos responden positivamente mientras otros lo ven como un insulto y responden que Dios es su maestro, que esto es para Dios y el Espíritu Santo me guía.
Afortunadamente, existen muchos grupos o ministerios e individuos que sí aceptan la necesidad de asistir a un taller de actuación o a una escuela para perfeccionar ese arte, ese don que Dios ha puesto dentro de cada individuo. Siempre hablaré lo negativo y lo positivo de los ministerios de teatro y de individuos en particular. Muchos de los talleres de actuación inician muy bien, pero al pasar el tiempo, van disminuyendo la membresía; un taller inicia con 15 personas y en muchos de los casos termina con 9 y dentro de estos nueve, algunos no muy destacados.

El problema radica en que a una gran parte de los evangélicos no les gusta estudiar para perfeccionar o para darle el carácter o la calidad que lleva aquello a lo que se ha dedicado; cuando se trata de la Biblia, nos conocen como poco estudiosos (a los pentecostales mayormente), cuando se trata de teatro, inician muy bien en un taller, pero cuando se ven envueltos en una serie de ejercicios físicos los cuales son empleados en el teatro, dando a conocer que el actor cuenta con dos elementos (instrumentos) básicos, los cuales son el cuerpo y la voz, y que si estos no son entrenados, no podrán funcionar bien. Cuando tú eres guitarrista, antes de tocar afinas la guitarra, de lo contrario, sonaría mal; así también funciona el cuerpo humano en la actuación.
He tenido la oportunidad dando talleres y de escuchar personas que cuando llevamos ya unos 10 minutos en un ejercicio físico y algunas técnicas para el uso de la voz y expresiones corporales, me dicen: “y no es a actuar a que venimos, no es a hacer dramas”.
Es penoso escuchar esto, pero es la realidad y no es una ni dos personas que he escuchado con eso; lo otro es cuando se le dice: “Investigue sobre la historia del teatro y su origen religioso” o algo por el estilo, empiezan los ayes (ay profesor, que yo…, ay que para qué leer tanto).
La otra parte toca a los líderes de ministerios de teatro, muchos de estos no tienen conocimiento a nivel profesional, cuando se les habla de estudiar teatro (talleres, escuela, otros), regularmente aceptan, pero con dificultad se los ve involucrados en las clases.
El teatro en la iglesia cómo medio de evangelismo, de enseñanza y para transmitir los valores cristianos.
"Cuando tú eres guitarrista, antes de tocar afinas la guitarra, de lo contrario, sonaría mal; así también funciona el cuerpo humano en la actuación."
Durante la Edad Media (entre el año 400 y el 1.500 d.C.) las autoridades eclesiásticas se sirvieron del teatro para divulgar entre el pueblo las historias de la Biblia y los valores del cristianismo. Los sacerdotes crearon dramas de temas religiosos, llamados autos sacramentales o misterios.
Las obras se interpretaban en las plazas de las ciudades o en carretas que podían trasladarse de una localidad a otra. En el siglo XV empezaron a aparecer también obras de intención moral, que utilizaban la poesía, la música y la comedia para enseñar al pueblo.
En esa época se formaron pequeños grupos de artistas profesionales, llamados juglares, que trabajaban en los patios de las posadas y en las ferias.

Se usa tanto para evangelizar o ministrar como también para entretener y educar.
Lamentablemente, mientras iglesias no le han dado la calidad que esto merece, irrespetando a veces con obras y trabajos de muy poca calidad, apoyándose en famosas frase como: “Esto es para Dios”, “Este drama es para mañana y no hemos ensayado, pero nada, Dios tendrá misericordia”.
Los grupos o ministerios de teatro en nuestras iglesias carecen, en su mayoría, de entrenamiento artístico (muy pocos han ido a una escuela de actuación o han tomado talleres de teatro). Cuando se les habla a muchos acerca de prepararse profesionalmente en este campo (tomar talleres o ir a una escuela de arte dramático), muchos responden positivamente mientras otros lo ven como un insulto y responden que Dios es su maestro, que esto es para Dios y el Espíritu Santo me guía.
Afortunadamente, existen muchos grupos o ministerios e individuos que sí aceptan la necesidad de asistir a un taller de actuación o a una escuela para perfeccionar ese arte, ese don que Dios ha puesto dentro de cada individuo. Siempre hablaré lo negativo y lo positivo de los ministerios de teatro y de individuos en particular. Muchos de los talleres de actuación inician muy bien, pero al pasar el tiempo, van disminuyendo la membresía; un taller inicia con 15 personas y en muchos de los casos termina con 9 y dentro de estos nueve, algunos no muy destacados.

El problema radica en que a una gran parte de los evangélicos no les gusta estudiar para perfeccionar o para darle el carácter o la calidad que lleva aquello a lo que se ha dedicado; cuando se trata de la Biblia, nos conocen como poco estudiosos (a los pentecostales mayormente), cuando se trata de teatro, inician muy bien en un taller, pero cuando se ven envueltos en una serie de ejercicios físicos los cuales son empleados en el teatro, dando a conocer que el actor cuenta con dos elementos (instrumentos) básicos, los cuales son el cuerpo y la voz, y que si estos no son entrenados, no podrán funcionar bien. Cuando tú eres guitarrista, antes de tocar afinas la guitarra, de lo contrario, sonaría mal; así también funciona el cuerpo humano en la actuación.
He tenido la oportunidad dando talleres y de escuchar personas que cuando llevamos ya unos 10 minutos en un ejercicio físico y algunas técnicas para el uso de la voz y expresiones corporales, me dicen: “y no es a actuar a que venimos, no es a hacer dramas”.
Es penoso escuchar esto, pero es la realidad y no es una ni dos personas que he escuchado con eso; lo otro es cuando se le dice: “Investigue sobre la historia del teatro y su origen religioso” o algo por el estilo, empiezan los ayes (ay profesor, que yo…, ay que para qué leer tanto).
La otra parte toca a los líderes de ministerios de teatro, muchos de estos no tienen conocimiento a nivel profesional, cuando se les habla de estudiar teatro (talleres, escuela, otros), regularmente aceptan, pero con dificultad se los ve involucrados en las clases.
Por Santiago Cuevas ([email protected]), usado con permiso. Este artículo fue publicado originalmente en la Revista Armonía.
Hola Daniel, muy bueno tu post, efectivamente, mucha gente no comprende el trabajo que hay detrás de una presentación actoral; el actor se vale de su propio cuerpo y sus emociones para interpretar un personaje y eso implica horas de entrenamiento y ensayo. Dios me ha dado la posibilidad de dirigir un Ministerio de Teatro y lo que siempre le digo a los chicos es que en el mundo secular, las compañías de teatro ensayan de 4 a 6 horas diarias para poder conseguir una presentación de calidad, y en su mayoría son personas que estudian o trabajan y por las noches pueden dedicarse a este arte (lastimosamente en Latinoamérica es muy difícil vivir solo del teatro) y, si ellos lo hacen para gloria propia ¿Porque no nosotros que lo hacemos para la gloria de Dios? En mi iglesia, lo que hago es que nuestro Ministerio funge también como taller, los 3 primeros meses del año, por lo general, nos dedicamos a aprender técnica teatral (Yo estudié Arte Dramático en Costa Rica) y luego vienen las presentaciones. Te felicito, espero que no te desanimes y si ya tienes un grupo de teatro, dale, que el Señor nos ha dado los talentos para ponerlos a su servicio.
ResponderEliminarHola, bendiciones. Muy acertado tu comentario. Me puedes dar infomacion en que ciudad resides, estoy interesada en tomar clases de expresión corporal. Resido en la Ciudad de Bogota. Gracias
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