Por Gloria Acuña. Los que nos iniciamos dentro del liderazgo juvenil nos hemos involucrado dentro de este rol por una infinidad de razones, ...
Por Gloria Acuña. Los que nos iniciamos dentro del liderazgo juvenil nos hemos involucrado dentro de este rol por una infinidad de razones, pero considero que la mayoría se vio envuelto en el liderazgo de un grupo de jóvenes por estar en el lugar y momento indicados e implícitamente estaba vacante el puesto. Tal vez eres un/a joven que siente el llamado a liderar un grupo pero que por temor o porque crees no estar preparado/a para hacerlo, todavía no te has involucrado.
Muchos, al cabo de un tiempo dentro del ministerio juvenil, nos hemos hecho esta pregunta: ¿Realmente soy el líder que mi generación necesita? Es vital y muy importante que respondas esta pregunta y la respondas a tiempo para evitar que paulatinamente entre el desánimo en tu vida y esto repercuta en el ministerio o, peor aun, en tu relación con Dios.
Te invito a responder esta pregunta con otra. ¿Califico para ser un líder juvenil? Sin dudas, existen tres cualidades fundamentales para ocupar este puesto:
La primera cualidad es:
Amar a Dios
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37)
El verdadero amor surge a raíz de una genuina relación con Dios. No existe un liderazgo eficaz sin pasar tiempo con nuestro principal mentor. Es importante que tengas en cuenta que es imposible que seas un buen líder si tu prioridad no es Dios y agradarle primeramente a Él.
La segunda cualidad es:
Amar a los Jóvenes
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:38)
Relacionarte con los jóvenes, preocuparte por conocerlos a cada uno de ellos y, si es posible, conocerlos por nombre y apellido. Esto es fundamental para poder afectar positivamente sus vidas para que ellos sientan que forman parte del equipo y que cuentas con ellos. Busca lo que a ellos les interesa y demuéstrales que eres una persona con la que ellos pueden contar, al punto de confiarte sus sentimientos, emociones y esas cosas que no quieren hablarlas con los demás. Ten en cuenta que, cuando logres que ellos se abran contigo, quiere decir que para ellos es importante lo que pienses y opines.
La tercer cualidad es:
Amar servir a los demás
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”. (Eclesiastés 9:10)
Estar dispuesto a servir a los demás con un corazón sincero y alegre, llevar una vida de oración constante e interceder por los demás, ser el primero en estar en cualquier actividad relacionada al ministerio y hacerlo todo como para el Señor.
Si reúnes estos requisitos sencillos, pero a la vez fundamentales, quiere decir que calificas para trabajar en el ministerio juvenil. Tal vez ya estás liderando un grupo ¡Continúa! ¡No te dejes estar! pero si todavía no lo has hecho te animo a involucrarte en la obra del Señor y que te dejes guiar por Él, Él nos capacita, solo quiere ver corazones que estén dispuestos a crecer y a hacer su voluntad. ¿Calificas?
Muchos, al cabo de un tiempo dentro del ministerio juvenil, nos hemos hecho esta pregunta: ¿Realmente soy el líder que mi generación necesita? Es vital y muy importante que respondas esta pregunta y la respondas a tiempo para evitar que paulatinamente entre el desánimo en tu vida y esto repercuta en el ministerio o, peor aun, en tu relación con Dios.
Te invito a responder esta pregunta con otra. ¿Califico para ser un líder juvenil? Sin dudas, existen tres cualidades fundamentales para ocupar este puesto:
La primera cualidad es:
Amar a Dios
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37)
El verdadero amor surge a raíz de una genuina relación con Dios. No existe un liderazgo eficaz sin pasar tiempo con nuestro principal mentor. Es importante que tengas en cuenta que es imposible que seas un buen líder si tu prioridad no es Dios y agradarle primeramente a Él.
La segunda cualidad es:
Amar a los Jóvenes
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:38)
Relacionarte con los jóvenes, preocuparte por conocerlos a cada uno de ellos y, si es posible, conocerlos por nombre y apellido. Esto es fundamental para poder afectar positivamente sus vidas para que ellos sientan que forman parte del equipo y que cuentas con ellos. Busca lo que a ellos les interesa y demuéstrales que eres una persona con la que ellos pueden contar, al punto de confiarte sus sentimientos, emociones y esas cosas que no quieren hablarlas con los demás. Ten en cuenta que, cuando logres que ellos se abran contigo, quiere decir que para ellos es importante lo que pienses y opines.
La tercer cualidad es:
Amar servir a los demás
“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”. (Eclesiastés 9:10)
Estar dispuesto a servir a los demás con un corazón sincero y alegre, llevar una vida de oración constante e interceder por los demás, ser el primero en estar en cualquier actividad relacionada al ministerio y hacerlo todo como para el Señor.
Si reúnes estos requisitos sencillos, pero a la vez fundamentales, quiere decir que calificas para trabajar en el ministerio juvenil. Tal vez ya estás liderando un grupo ¡Continúa! ¡No te dejes estar! pero si todavía no lo has hecho te animo a involucrarte en la obra del Señor y que te dejes guiar por Él, Él nos capacita, solo quiere ver corazones que estén dispuestos a crecer y a hacer su voluntad. ¿Calificas?