Llama la atención de que Jesús no practicaba la oración como una costumbre a cumplir, sino que la veía como una fuente de donde tomar fu...
“En la madrugada Jesús se levantó y fue a un lugar solitario para orar” Marcos 1:35
“Pero Jesús siempre buscaba un lugar para estar solo y orar.” Lucas 5:16
“... Jesús subió a una montaña para orar. Allí paso toda la noche hablando con Dios” Lucas 6:12
Es falsa la idea de que Jesús siempre estaba entre la gente, predicando y curando a los enfermos. Se puede ver claramente, a lo largo de todos los evangelios, que Jesús prefiere la intimidad a la popularidad. Jesús amaba estar en intimidad con sus amigos, con sus discípulos, pero, por sobre todas las cosas, estar con su amado Padre.
Con esta actitud hacia la oración, Jesús demuestra que pone la oración ante todo, incluso ante el contacto con la gente y la caridad. ¿Qué prioridad tiene la oración en mi vida como obrero de la iglesia o como pastor? ¿Anhela mi alma estar a solas con Dios o me siento más cómodo entre el bullicio de la gente que me necesita como obrero? Estos sencillos pasos pueden ayudarnos a priorizar y a descubrir lo que significa estar en soledad con Dios:
1. Tenga un espacio y tiempo fijo.
A fin de establecer confortablemente el hábito de la oración privada, encuentre un espacio donde pueda estar a solas un buen tiempo.
2. Busque el silencio.
Aprenda a cultivar el silencio interior. Relájese y concéntrese en Dios, en sus proyectos y en su voluntad.
3. Hable con Dios.
Para Jesús, el hablar con Dios era como hablar con los demás. Habla con Dios acerca de lo que hablarías con su mejor amigo o lo que ni hablarías con tu mejor amigo. Todo, cada detalle de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra tarea pastoral, podemos procesar en conversación con el Padre.
4. Escuche activamente.
Una conversación implica que ambas personas involucradas hablen y escuchen, por lo menos la mitad del tiempo. Así, el silencio ante Dios se convierte en expectativa por lo que Él quiera decirnos.
5. Lea la Biblia.
Leer la Biblia significar ajustar y alinear nuestra vida y nuestros pensamientos a la voluntad de Dios. A través de la lectura bíblica, Dios comparte sus ideas, pensamientos, proyectos y planes con nosotros.
6. Mantén un diario.
Mantén un diario de oración anotando tus conversaciones con Dios. ¡Qué hermoso es revisar tus conversaciones anteriores con Dios y descubrir avances y crecimiento en tu vida personal! Escribe tus conclusiones, decisiones o promesas que has hecho en la presencia de Dios. Este diario será una fuente de motivación e inspiración, especialmente para tiempos cuando no tengas fuerzas para orar y perseverar en oración. Estos pasos son una ayuda para volver a disfrutar la soledad. Que Dios te bendiga en el desarrollo de este hábito de estar a solas con Dios.
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