AÑO 4 | Nº 44 | EDICION MAYO 2009 Un desafío a nuestro entendimiento y nuestra práctica de liderazgo. Mucho se ha hablado del liderazgo e...

Un desafío a nuestro entendimiento y nuestra práctica de liderazgo.
Mucho se ha hablado del liderazgo en los últimos 50 años. Se han publicado cientos de libros, cursos y seminarios que ofrecen métodos, estrategias y fórmulas para liderar. De ahí han salido definiciones que puntualizan el significado del liderazgo:
- John C Maxwell define en su libro Desarrolle el líder que está en Usted: “El liderazgo es influencia. Eso es todo. Nada más, nada menos. Mi proverbio favorito sobre el liderazgo es: El que piensa que dirige y no tiene a nadie siguiéndole, sólo está dando un paseo.
- James C. George dice: “Liderazgo es la habilidad de obtener seguidores”.
- Otra definición es: “El liderazgo es el proceso de influir en otros y apoyarlos para que trabajen con entusiasmo en el logro de objetivos comunes. Se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar a un grupo o equipo. Es el ejercicio de la actividad ejecutiva en un proyecto, de forma eficaz y eficiente, sea éste personal, gerencial o institucional”.
- El entendimiento popular acerca del liderazgo podría ser: “Hitler fué un Líder, Jesús fue uno, Martin Luther King, Winston Churchill, todos fueron grandes líderes”. La gran diferencia entre ellos fueron sus sistemas de valores, pero todos aunque muy diferentes tuvieron sus seguidores.
Viéndolo de esa manera entonces la palabra liderazgo, en su sentido clásico, es una habilidad técnica que una persona se gana con la sola habilidad de adquirir seguidores. Y las características que se necesita para esto son la persuasión, la convicción, el poder, el mando y la superioridad.
Los inicios.
Hace unos años se empezó a formar un nuevo concepto en el liderazgo que es el “liderazgo servicial”. Este concepto se basa en el ejemplo de la vida de Jesús. Hasta hoy el “liderazgo servicial” no tuvo la aceptación cómo lo hizo décadas atrás el concepto clásico y eso es entendible. En el liderazgo servicial no se habla de dirigir con poder, sino de servir con humildad!La diferencia.
En el libro “La Paradoja del Liderazgo” Denny Gunderson escribe “la obsesión humana por controlar (mediante el liderazgo) y el deseo sincero de servir son mutuamente excluyentes”. Es aquí dónde el modelo clásico del liderazgo y el modelo de liderazgo de Jesús siguen en diferentes direcciones. En Mateo 20:25-26, Jesús explica a sus discípulos como manejar el tema de la autoridad y lo hace mediante una comparación. Aquí presentamos el texto mencionado en dos versiones diferentes:“Jesús los llamó y les dijo: Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor,...” (NVI)
“Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo:
"En este mundo, como ustedes bien saben, los jefes de los países gobiernan sobre sus pueblos y no los dejan hacer absolutamente nada sin su permiso. Además, los líderes más importantes del país imponen su autoridad sobre cada uno de sus habitantes. Pero entre ustedes no deben tratarse así. Al contrario, si alguno de ustedes quiere ser importante, tendrá que servir a los demás.” (Biblia en Lenguaje Sencillo)
¿Que significa esto en lenguaje sencillo? Significa simplemente que entre Ustedes los discípulos, ¡no será así! o ¡no deben tratarse así! Jesús denuncia clara e inequívocamente esta clase de liderazgo que establece órdenes jerárquicos.
La práctica de Jesús.
Recordemos algunos ejemplos de Jesús de cómo el dirigía a sus discípulos servicialmente para llegar a su meta que fue y hasta hoy es alcanzar las naciones haciendo discípulos, como dice en Mateo 28 “vayan a todas las naciones y hagan discípulos...”.- Jesús enseñaba acerca del perdón. El liderazgo de este mundo por lo general ofrece una segunda oportunidad, pero no una tercera.
- Jesús enfoca su obra en las personas, en niños, enfermos, despreciados. El liderazgo de este mundo fomenta solo a los mejores y los mas talentosos.
- Jesús lava los pies de sus discípulos, en Juan 13. El liderazgo de este mundo nunca dirige con subordinación, sino con superioridad.
- Jesús envía a sus discípulos sin recursos personales y económicos, en Mateo 10. El liderazgo de este mundo solo se realiza si hay recursos económicos.
Nuestra realidad.
Si somos sinceros con nosotros mismos, es difícil reconocer o entender este tipo de liderazgo. Creo que la mayoría de las veces solemos rechazar el modelo de liderazgo de Jesús, por varias razones. El libro de Denny Gunderson nos da tres razones:En primer lugar, la naturaleza del verdadero liderazgo servicial se opone profundamente a la fibra del ego humano. Desde los primeros pasos de un bebe, el ser humano, quiere manipular, manejar y dirigir para su propio beneficio y su ventaja. Así tendemos a enorgullecernos por nuestros cargos, posiciones y capacidades y lo hacemos cuidando cautelosamente de elevar nuestra imagen pública que nos coloca en la cima del mundo cristiano.
Otra razón por la cual se suele extrañar el liderazgo al estilo de Jesús es la concentración en los rasgos del éxito al estilo norteamericano. Este estilo ofrece una buena imagen a cualquier precio. Trabajamos sacrificadamente para aparentar que estamos muy bien. Hacemos promesas, anunciamos grandes planes para dar la impresión de ser exitosos. En algunos países, la apariencia cuenta más que la realidad. Queremos aparentar ser vencedores con nuestra apariencia, pero la realidad es otra.
La tercera razón por la que rechazamos el modelo de liderazgo de Jesús es la actual obsesión con “el envase”. Se busca un fórmula que sea susceptible de ser fácilmente duplicada, a la cual bautizamos como “la clave para el éxito”. Luego decimos que vino por revelación divina o que salió de la Biblia y así comenzamos todo un movimiento que se expande a todas las iglesias. No está mal usar estrategias y métodos de multiplicación. Lo que está mal es “el envase” centrado en el orgullo del hombre y la egolatría que hemos aceptado como parte normal del cristianismo.