- Los problemas de relacionamiento,
- Los problemas de información,
- Los intereses enfrentados,
- Las diferencias de valores,
- Y la búsqueda del poder y el control.
En cualquiera de los casos, siempre hay obstáculos relacionales, que pueden ser:
- Conflictos de personalidad,
- Agendas intrapersonales no resueltas,
- Triangulaciones,
- Confusión entre percepción y realidad,
- Comunicación deficiente o disfuncional
- Y expectativas irreales de personas o circunstancias.
Cuando tenemos que intervenir y ayudar a alguna familia de la iglesia donde ha surgido un conflicto entre sus miembros, tanto pastores como consejeros laicos, necesitamos recordar en todo momento algunos principios elementales en la consejería familiar.
Uno de los principios más importantes cuando enfrentamos crisis en la familia, es aprender a escuchar las diferencias. Esto implica escuchar con el «tercer oído», escuchando no solamente las palabras o el comportamiento emocional, sino también lo que está por detrás de estas palabras o emociones. Muchas veces nos fijamos tanto el aquí y ahora, que olvidamos el proceso que ha desencadenado la crisis.
«Mis amados hermanos, quiero que entiendan lo siguiente: todos ustedes deben ser rápidos para escuchar, lentos para hablar y lentos para enojarse» (Stg. 1:19 NTV).
Este consejo bíblico es un extracto del artículo «Lo que necesita saber antes de ayudar ante un conflicto familiar», publicado en la edición de marzo 2022 y escrito por el psicólogo y pastor Odenir Figueiredo, de Paraguay. Lea el artículo completo en las páginas 30 y 31 de la edición nro. 193: