El mundo técnicamente tan desarrollado en el que vivimos ha permitido que la educación y la formación de profesionales pudiera extenderse ...
El mundo técnicamente tan desarrollado en el que vivimos ha permitido que la educación y la formación de profesionales pudiera extenderse de una manera muy amplia.
Entre las ventajas de este desarrollo está el auge de personas que están logrando ocupar un sitio en el universo profesional a temprana edad.
Para nuestras iglesias, ese auge representa hoy en día un segmento importante sobre el cual el ministerio pastoral necesita abrir bien los ojos, a fin de responder apropiadamente a sus necesidades.
Hay aspectos que son propios de la etapa de vida de estos jóvenes profesionales que los pastores necesitan conocer para ministrarlos adecuada y efectivamente.
Entre las áreas o necesidades que los pastores deben atender en la vida de sus jóvenes profesionales están:
Si no se ha casado aún, es muy probable que el joven esté en una relación de noviazgo que se dirige hacia el matrimonio. En esta etapa, decisiva para su futuro, el joven necesita contar con los consejos y las oraciones de su pastor.
Los jóvenes están planificando nada menos que su futuro. El pastor necesita estar preparado para hablar con ellos sobre esos temas que están ocupando su mente en este momento:
«Sin consulta, los planes se frustran, pero con muchos consejeros, triunfan. Los proyectos con consejo se preparan, y con dirección sabia se hace la guerra.» (Proverbios 15:22; 20:18 LBLA).
Los jóvenes profesionales deben aprender de sus pastores que su vida laboral debe estar gobernada por su fe en Jesucristo y los valores de Su reino.
Ellos necesitan contar con la sabiduría de Dios para resolver aquellas cuestiones “grises” que aparecerán vez tras vez en su experiencia profesional. Ellos necesitarán venir en más de una ocasión con la consulta: “Pastor, ¿cómo debería yo como cristiano lidiar con este asunto?” Así que será necesario que el pastor construya la confianza requerida para que al joven le sea más fácil acercarse con sus preguntas y dudas.
Los pastores pueden ayudar a los jóvenes encontrar el balance entre ideales como el dinero, el éxito y el poder, y las virtudes cristianas como el amor, la justicia, la compasión y el servicio. El desafío en este aspecto está en ayudar a los jóvenes a “llevarse” a Dios con ellos al mundo profesional y expresar Su reino allí a través de su gestión y conducta éticas. Existe un gran número de batallas y tentaciones en el mundo profesional para las que estos jóvenes cristianos necesitan estar preparados, y en las que necesitarán ser acompañados por sus pastores.
Habrá ocasiones en las que una batalla solo se ganará a costa de una difícil decisión que implica pérdidas para uno mismo. En esos momentos, los pastores deberán fortalecer y consolar a los jóvenes, estimulándoles a tener como mayor ganancia sufrir por hacer la voluntad de Dios (ver He 11:24-26).
«El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado.» (Proverbios 10:9).
Ellos necesitan un acompañamiento pastoral que los ayude a discernir de qué manera espera Dios que su profesión o negocio sea una mayordomía fiel para Su gloria. ¡La mayordomía cristiana significa que los cristianos son servidores de Dios en todo lo que hacen —incluso en su trabajo “secular”!
Así fue como Pablo aplicó la mayordomía incluso a los esclavos cristianos de su tiempo: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.» (Colosenses 3:23, 24).
El mayor desafío para la pastoral de la iglesia está en acompañar a los jóvenes a comprender de qué manera aquello que realizan profesionalmente puede servir a los propósitos de Dios y el avance de Su reino.
Los pastores deberían promover la conversación entre los jóvenes profesionales de la iglesia para la creación de proyectos conjuntos e interdisciplinarios. Esos proyectos pueden ofrecer una plataforma ventajosa e innovadora para el cumplimiento de la misión de la iglesia en la comunidad donde Dios la ha puesto.
En conclusión, un joven cristiano puede realizarse como tal viviendo su fe en el mundo profesional. La tarea de los pastores comienza con ayudar al joven profesional a desechar la creencia generalizada de que la fe en Cristo y el mundo profesional son dos cosas muy separadas. El Dios del hogar y de la iglesia es también el Dios del lugar de trabajo. La fe cristiana, que es relevante en el devocional privado y en el culto, debe ser relevante también en el mundo laboral.
Recurso/sugerencia para leer:
Ken Costa: Un banquero explica cómo vive su fe cristiana en el mundo financiero de la City londinense – http://bit.ly/KenCosta
Para continuar equipando su ministerio, descargue la aplicación de La Fuente y suscríbase.
Entre las ventajas de este desarrollo está el auge de personas que están logrando ocupar un sitio en el universo profesional a temprana edad.
Para nuestras iglesias, ese auge representa hoy en día un segmento importante sobre el cual el ministerio pastoral necesita abrir bien los ojos, a fin de responder apropiadamente a sus necesidades.
Hay aspectos que son propios de la etapa de vida de estos jóvenes profesionales que los pastores necesitan conocer para ministrarlos adecuada y efectivamente.
Entre las áreas o necesidades que los pastores deben atender en la vida de sus jóvenes profesionales están:
1. Los proyectos de vida
El primer aspecto a tener en cuenta es la vida personal del joven. Él se encuentra en un momento muy importante en la vida, enfrentando aquellas grandes decisiones que de adolescente sabía —o no— que un día tendría que tomar. El joven profesional se encuentra justo en el momento, o muy a punto, de emprender sus proyectos de vida.Si no se ha casado aún, es muy probable que el joven esté en una relación de noviazgo que se dirige hacia el matrimonio. En esta etapa, decisiva para su futuro, el joven necesita contar con los consejos y las oraciones de su pastor.
Los jóvenes están planificando nada menos que su futuro. El pastor necesita estar preparado para hablar con ellos sobre esos temas que están ocupando su mente en este momento:
- Opciones de negocio propio o empleo a corto y largo plazo.
- El dinero para la casa que piensa comprar o construir.
- Decidir entre el auto deseado o una maestría en la universidad.
«Sin consulta, los planes se frustran, pero con muchos consejeros, triunfan. Los proyectos con consejo se preparan, y con dirección sabia se hace la guerra.» (Proverbios 15:22; 20:18 LBLA).
2. La ética cristiana en el trabajo
La segunda área que el pastor necesita atender en la vida de los jóvenes profesionales, es el papel que juega la ética cristiana en el mundo laboral. Los jóvenes necesitan ser instruidos en la enseñanza bíblica acerca de lo que la Palabra de Dios enseña respecto al trabajo.Los jóvenes profesionales deben aprender de sus pastores que su vida laboral debe estar gobernada por su fe en Jesucristo y los valores de Su reino.
Ellos necesitan contar con la sabiduría de Dios para resolver aquellas cuestiones “grises” que aparecerán vez tras vez en su experiencia profesional. Ellos necesitarán venir en más de una ocasión con la consulta: “Pastor, ¿cómo debería yo como cristiano lidiar con este asunto?” Así que será necesario que el pastor construya la confianza requerida para que al joven le sea más fácil acercarse con sus preguntas y dudas.
Los pastores pueden ayudar a los jóvenes encontrar el balance entre ideales como el dinero, el éxito y el poder, y las virtudes cristianas como el amor, la justicia, la compasión y el servicio. El desafío en este aspecto está en ayudar a los jóvenes a “llevarse” a Dios con ellos al mundo profesional y expresar Su reino allí a través de su gestión y conducta éticas. Existe un gran número de batallas y tentaciones en el mundo profesional para las que estos jóvenes cristianos necesitan estar preparados, y en las que necesitarán ser acompañados por sus pastores.
Habrá ocasiones en las que una batalla solo se ganará a costa de una difícil decisión que implica pérdidas para uno mismo. En esos momentos, los pastores deberán fortalecer y consolar a los jóvenes, estimulándoles a tener como mayor ganancia sufrir por hacer la voluntad de Dios (ver He 11:24-26).
«El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado.» (Proverbios 10:9).
3. La mayordomía
Una tercera cosa que los pastores necesitan ayudar a los jóvenes profesionales a desarrollar es la mayordomía cristiana. Mayordomía es ser puesto por el dueño al cuidado y administración de una cosa. Los jóvenes profesionales a menudo sienten, equivocadamente, que sus ocupaciones “no les permiten” servir a Dios. El pastor tiene el privilegio y el deber de ayudarlos a comprender este asunto.Ellos necesitan un acompañamiento pastoral que los ayude a discernir de qué manera espera Dios que su profesión o negocio sea una mayordomía fiel para Su gloria. ¡La mayordomía cristiana significa que los cristianos son servidores de Dios en todo lo que hacen —incluso en su trabajo “secular”!
Así fue como Pablo aplicó la mayordomía incluso a los esclavos cristianos de su tiempo: «Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.» (Colosenses 3:23, 24).
El mayor desafío para la pastoral de la iglesia está en acompañar a los jóvenes a comprender de qué manera aquello que realizan profesionalmente puede servir a los propósitos de Dios y el avance de Su reino.
Los pastores deberían promover la conversación entre los jóvenes profesionales de la iglesia para la creación de proyectos conjuntos e interdisciplinarios. Esos proyectos pueden ofrecer una plataforma ventajosa e innovadora para el cumplimiento de la misión de la iglesia en la comunidad donde Dios la ha puesto.
En conclusión, un joven cristiano puede realizarse como tal viviendo su fe en el mundo profesional. La tarea de los pastores comienza con ayudar al joven profesional a desechar la creencia generalizada de que la fe en Cristo y el mundo profesional son dos cosas muy separadas. El Dios del hogar y de la iglesia es también el Dios del lugar de trabajo. La fe cristiana, que es relevante en el devocional privado y en el culto, debe ser relevante también en el mundo laboral.
Recurso/sugerencia para leer:
Ken Costa: Un banquero explica cómo vive su fe cristiana en el mundo financiero de la City londinense – http://bit.ly/KenCosta
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