Guías para casarse de nuevo: Hablamos de volver a casarse cuando un nuevo matrimonio se realiza después de la viudez. Esta segunda experiencia tendrá
ASPECTOS EMOCIONALES, PRÁCTICOS Y ESPIRITUALES PARA UN NUEVO COMIENZO
Hablamos de volver a casarse cuando un nuevo matrimonio se realiza después de la viudez. Esta segunda
experiencia tendrá diferentes objetivos
maritales con respecto a la primera, ya
que las motivaciones, los sentimientos y el
entorno son distintos. Habrá áreas con diferente grado de sensibilidad e intensidad
con respecto a la experiencia anterior.
Al considerar casarse después de enviudar, es importante tener en cuenta varios aspectos que aseguren que se está tomando la decisión correcta para ambos.
Dinámica de aceptar el duelo y continuar con la vida
1. Aspectos emocionales que regulan los sentimientos y respuestas
- Aceptación del duelo: Toda pérdida o cambio en el proyecto de vida desata un tiempo de duelo que no podemos estimar cuánto tiempo llevará. Lo necesario es encarar este proceso doloroso por la pérdida del cónyuge y creer que el tiempo hará su trabajo para aceptar la nueva realidad. Recordar que Dios, que permitió la pérdida, también está dispuesto a intervenir en esta nueva ocasión.
- Sentimientos hacia tu pareja fallecida: Reflexionar sobre los sentimientos hacia la pareja fallecida y recordar los momentos vividos juntos no deben ser reprimidos ni negados. Agradecer a Dios por todos los años compartiendo momentos felices, tristes, de arduo trabajo y tiempo de ocio que disfrutaron.
- Preparación para amar de nuevo: Asegurarse de estar listo para abrir el corazón y amar a alguien nuevo sin sentir culpa y, sobre todo, sin hacer comparaciones.
2. Aspectos prácticos a tener en cuenta
- Finanzas: Considerar cómo se fusionarán las finanzas personales con las de la nueva pareja, evitando afectar los bienes que, por herencia, les corresponden a los hijos, si los hubiere.
- Vivienda: Decidir si se vivirá en la casa que se compartió con el cónyuge fallecido o se buscará un nuevo hogar, a fin de que los distintos ambientes, especialmente la alcoba, no traigan recuerdos que provoquen incomodidad.
- Familia y amigos: Considerar (y solo eso) cómo reaccionarán los hijos, familiares y amigos sobre el nuevo matrimonio, teniendo en cuenta que solo Dios y la pareja serán los que tomarán decisiones.
3. Aspectos legales
- Testamento y herencia: Asegurarse de actualizar el testamento o donaciones, si los hubiere, y los bienes a dejar en herencia para reflejar los nuevos cambios.
- Seguros y beneficios: Revisar seguros y beneficios personales para confirmar que estén actualizados y consideren tu nueva situación.
- Derechos de propiedad: Considerar cómo se dividirían los bienes y propiedades en caso de que el nuevo matrimonio termine.
4. Aspectos personales
- Identidad y autonomía: Mantener la identidad y autonomía en el nuevo matrimonio. No intentar moldear a la nueva pareja para que tome las actitudes, conductas y modales del cónyuge que ha partido.
- Comunicarse las expectativas y necesidades en el nuevo vínculo: Ser claros en cuanto a los sueños que se persiguen. Que lo que se exprese sea fácilmente comprensible y no dé lugar a doble interpretación.
- Preparación para los desafíos: Procurar estar preparado para enfrentar los desafíos que pueden surgir en el nuevo matrimonio.
Es imprescindible tener presente que
cada situación es única, y es importante
considerar las circunstancias personales y
emocionales de la pareja antes de tomar
una decisión.
Reacción de los hijos frente a la idea del nuevo matrimonio
La reacción de los hijos de viudos/as ante
la decisión de los padres de volver a casarse puede variar dependiendo de varios
factores, como la edad de los hijos, la relación que tenían con su padre/madre fallecido/a, y… la forma en que se les comunique la noticia.
1. Posibles reacciones positivas
- Alegría y apoyo: Algunos hijos pueden sentirse felices de ver a su padre/madre feliz de nuevo y apoyar entusiastamente su decisión de volver a casarse.
- Alivio: Otros pueden sentir alivio de que su progenitor/a ya no esté solo/a y tenga alguien con quien compartir sus sentimientos y emociones que solo se dan en un matrimonio.
2. Posibles reacciones negativas
- Celos y resentimiento: Algunos hijos pueden sentir celos de la nueva pareja de su padre/madre y resentimiento por sentir que están reemplazando a su padre o madre fallecido/a.
- Miedo al cambio: Otros pueden sentir miedo al cambio y a la idea de que su vida familiar se vea alterada de nuevo.
- Lealtad a su progenitor fallecido: Algunos hijos pueden sentir que su padre o madre está siendo reemplazado/a y que su memoria está siendo olvidada.
3. Sugerencias para manejar la situación
- Comunicación abierta: Es importante comunicar la noticia a los hijos de manera abierta y honesta, explicando los sentimientos y las razones detrás de la decisión.
- Escuchar sus sentimientos: Es fundamental escuchar los sentimientos y las preocupaciones de los hijos y abordarlas de manera empática y comprensiva.
- Incluirlos en el proceso: Incluir a los hijos en el proceso de conocer a la nueva pareja y planificar el futuro puede ayudar a que se sientan más cómodos y seguros. Tener este tema como muy importante al considerarlo en las oraciones personales o familiares.
- Respetar su espacio: Es importante respetar el espacio y los sentimientos de los hijos, y no presionarlos para que acepten a la nueva pareja de inmediato; pero poner en claro que esta decisión no va a afectar el vínculo paterno-filial ni los derechos económicos de ellos.
La importancia de poner a Dios en primer lugar
Cuando la vida, desde el día en que hemos
creído en Cristo como nuestro Salvador y
entramos a pertenecer a la familia de Dios
estuvo centrada en conocer y hacer su voluntad, esta nueva circunstancia tendrá la
misma premisa en cuanto a:
- Confiar en Dios y su voluntad: Existe un dicho popular, simpático e inolvidable que ilustra este estilo de vida centrando nuestra atención primeramente en Dios y despreocuparnos de las circunstancias: «Echa a andar el carro que los melones se acomodan solos», que se basa en Mateo 6:33: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas» (RVR60). Una enseñanza aliviadora de las preocupaciones por los acontecimientos del mañana. Podemos agregar el consejo alentador del apóstol Pablo a los filipenses: «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Fil. 4:6-7 RVR60).
- Confiar en la presencia y provisión de Dios: Muchas veces perdemos la perspectiva de la persona de Dios como nuestro Padre proveedor y sustentador, tanto en las pequeñas como en las grandes experiencias de vida. El apóstol Pablo, que había aprendido a confiar plenamente en su Dios cualquiera fuera su situación, expresa en Romanos 8:32: «El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?» (RVR60). Si hemos rogado al Señor durante nuestra adolescencia y primera juventud para que nos mostrará a la persona que Él había elegido para que nos acompañara a formar una familia, ¿cómo no lo va a hacer ahora cuando las circunstancias son diferentes y con más «participantes, expectativas y opiniones»?
Una reflexión final
Todo hijo o hija de Dios tiene el derecho y
privilegio de volver a intentar ser feliz si la
vida de fe se lo ofrece. Para todo cristiano,
su propia muerte no es el final; en la revelación del regalo de Dios, es la puerta a la
gloria eterna otorgada por el sacrificio redentor de Jesucristo en la cruz. La partida
del cónyuge amado deja abierta la posibilidad de seguir siendo feliz con un nuevo
matrimonio, que continúe disfrutando
del amor y compañerismo conyugal bendecido por Dios.
Por Osvaldo Juan Maccio (ojmaccioyasoc@hotmail.com)
Osvaldo es anciano de la Iglesia Cristiana Evangélica en Buenos Aires, Argentina. Lleva 59 años de casado con Carmen y
tienen cinco hijos y seis nietos. Terapeuta matrimonial y sexual, es doctor en Psicología, docente universitario y profesor en varios institutos bíblicos. Con 47 años de experiencia
como psicólogo cristiano, ha desempeñado actividades en
psicología clínica, educacional y organizacional, y realizado
retiros y seminarios para matrimonios por 39 años. Autor
del Manual de Educación Sexual para la familia y la escuela.