Hábitos de un grupo pequeño que prospera. Un grupo pequeño saludable es un pilar fundamental para el crecimiento espiritual y el cumplimiento de la
INDICADORES DE UNA COMUNIDAD SALUDABLE EN LOS GRUPOS PEQUEÑOS
Un grupo pequeño saludable es un
pilar fundamental para el crecimiento espiritual y el cumplimiento de la misión de la iglesia. Pero, ¿cómo
podemos identificar si los grupos pequeños de nuestra congregación están realmente prosperando? A continuación, exploraremos algunos indicadores clave y la
importancia de tener una visión clara.
¿Qué es un grupo pequeño saludable?
Comencemos con dos definiciones, ofrecidos por el pastor Alfredo Vallellanes,¹
que nos darán una base sólida:
- «Aquel grupo que provee el tiempo y el espacio adecuado para que sus integrantes practiquen la adoración a Dios y el compañerismo, mientras son edificados mutuamente en la Palabra de Dios hasta llegar a ser verdaderos discípulos de Jesús, comprometidos con la iglesia y su misión».
- «Es un grupo de hasta 15 personas que se reúne en un lugar para vivir todos los aspectos esenciales de la vida de la iglesia: Proclamación, Enseñanza, Servicio, Comunión, Adoración, de una manera informal, personal y participativa, experimentando en medio de ellos la presencia, el poder y el propósito de Jesús».
- ¿Por qué existe nuestro grupo pequeño?
- ¿Qué queremos lograr específicamente?
- ¿Cómo contribuimos a la misión de nuestra iglesia?
- ¿Cómo sabremos si estamos progresando y dando fruto?
Responder a estas preguntas, como
señala el autor Marshall Segal,² ofrece
puntos objetivos que enfocan y definen el
propósito del grupo, ayudando a evaluar
su salud espiritual.
Hábitos de una comunidad saludable
Sin ser exhaustivos, podemos decir que
una comunidad saludable en grupos pequeños se caracteriza por la práctica
constante de los siguientes hábitos:
1. Comunión genuina
La comunión es vital para la salud espiritual de una congregación. Como dice el
pastor C. J. Mahaney,³ la iglesia florecerá
cuando haya comunión. Esto implica que
cada miembro cultive una conexión presencial, conociéndose, desafiándose y
edificándose mutuamente para el crecimiento espiritual, mientras se sirven unos
a otros. Y aquí es donde los grupos pequeños cumplen un papel clave.
Semana tras semana, se busca un conocimiento más profundo, compartiendo lo que hay en el corazón, orando, haciendo preguntas y llevando las cargas
unos de otros. Ser aprendices persistentes unos de otros, lo que significa que, a pesar
de las diferencias, el grupo se esfuerza por
amarse y servirse, supliendo necesidades,
animándose a crecer y ayudándose mutuamente a prosperar.
2. Oración constante
La oración es el motor visible de cada grupo pequeño. La comunidad reconoce su
necesidad de Dios en todo momento, haciendo de la oración el medio para todo.
El grupo se compromete a buscar a Dios
en cada aspecto de su vida, nunca dando
por sentada su provisión. Ya sea a solas o
juntos, son personas de oración, siempre
adorando, confesando, agradeciendo y
pidiendo.
3. Centralidad de la Biblia
Dios nos ha llamado a ser parte de una
iglesia donde la Biblia es central. Dentro
de cada grupo, la Biblia es aceptada como
la Palabra de Dios infalible y guía autoritativa de fe y conducta. Juega un papel crucial porque contiene las palabras de vida.
Al leerla y estudiarla en comunidad, se experimenta la voz y el Espíritu de Dios, que dan vida, restauración y revelación de su
voluntad.
4. Ejercicio de los Dones espirituales
En los grupos pequeños, cada miembro
experimenta y expresa los dones del Espíritu Santo que ha recibido. Cada uno sirve según sus dones para edificar la iglesia,
contribuyendo al crecimiento colectivo.
5. Compromiso con la Gran Comisión
El grupo comprende claramente la comisión impartida por Jesús: «Id, y haced discípulos» (Mt. 28:19). Entienden que Dios
los ha salvado con el propósito de ser amigos, siervos, instrumentos, testigos, embajadores, colaboradores, elegidos para esparcir las buenas nuevas y ganar adoradores para Él en cada rincón de esta tierra.
6. Vivir el evangelio
Los integrantes de los grupos pequeños
quieren y procuran que sus relaciones,
reuniones y ministerio juntos sean moldeados y empapados por el evangelio, reflejando su poder transformador.
7. Discipulado continuo
Por último, están comprometidos a vivir
cada vez más como Cristo, sintiendo que
es un privilegio gozoso ser parte del pueblo de Dios y ser conformados a la imagen
de su Hijo, formando buenos discípulos
que a su vez discipulen a otros.
Conclusión
Nada de esto puede realizarse sin buena
dirección. Por ende, el papel del pastor o
líder de grupos pequeños es fundamental
para el crecimiento y la salud espiritual de
la iglesia. A través de una visión clara y un
compromiso genuino, el pastor no solo
guía, sino que también empodera a los
miembros de la congregación para que se
conviertan en líderes en potencia. Así, el
ministerio de grupos pequeños no solo
fortalece la vida espiritual de los individuos, sino que también edifica a la iglesia
en su conjunto, cumpliendo así con el llamado de Dios de ser una comunidad unida y activa en la misión de llevar el evangelio al mundo.
Fuentes y referencias
- Alfredo Vallellanes (2016). Grupos pequeños saludables: Un método útil para formar y multiplicar verdaderos discípulos. Red de Multiplicación.
- Marshall Segal (2015). «Todo grupo pequeño necesita una visión». Desiring God, en línea: <https://is.gd/XncCFc>.
