Modelos para la determinación del salario pastoral Para responder la pregunta que ha sido el motivo de este artículo, investigué y hallé al ...
Modelos para la determinación del salario pastoral
Para responder la pregunta que ha sido el motivo de este artículo, investigué y hallé al menos cuatro respuestas que parecen contestar el cuestionamiento planteado. Consulté a no pocos ministros, obispos y supervisores denominacionales del continente.
Las siguientes son las respuestas resumidas.
1. El pastor debe recibir un sueldo establecido por los diáconos/ ancianos/presbíteros de la iglesia local.
Esta postura se refiere a aquellos pastores que son contratados por una iglesia local cuyos líderes (ancianos gobernantes) designan un salario fijo, el cual es la media del ingreso de los feligreses de dicha congregación.
2. El pastor se auto-designa un sueldo.
Esta postura se refiere a aquellos ministros que consultan a un comité financiero de su iglesia local para discutir cuánto debería ganar mensualmente. El comité no es el patrón del pastor, pero le sugiere cuánto debería ganar; el pastor es quien tiene la última palabra y se designa un sueldo.
3. El pastor recibe todos los diezmos como su sueldo.
Esta postura es muy común en las iglesias de tipo pentecostales donde los diezmos van en su totalidad a las arcas personales del ministro, sean muchos o sean pocos. Esta postura es de las más controversiales, pero ha de respetarse.
4. La organización define un sueldo mediante un Fondo común.
Esta postura se aplica a aquellas denominaciones que dictaminan un salario fijo para sus pastores pero con escalas salariales diferentes de un ministro a otro según sus logros eclesiales, académicos, años de experiencia, tiempo de afiliación a la corporación, rango ministerial, etc.
Para ir terminando relataré lo que el presidente de una denominación me respondió cuando lo entrevisté para este artículo. Me dijo que en su corporación todos los pastores sin excepción (novatos o experimentados) comienzan a pastorear recibiendo el sueldo equivalente al de un profesor de colegio en Chile (los pastores de esta organización deben tener al menos un título universitario además de estudios teológicos, de lo contrario no pueden pastorear). Es decir, reciben unos $ 750 dólares; esa sería su base. Pero que no pueden llegar a superar los $ 2.000 dólares mensuales de sueldo, no importa si su iglesia creció y se hace poderosa financieramente o si ellos son antiguos en la denominación. Por tanto el pastor en esa organización tiene un sueldo base y un techo.
Equilibrio bíblico
El proverbista dijo: “Manténme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios” (Pr. 30.8–9). El escritor divino nos anima en este versículo a buscar el equilibrio en cuanto al dinero, ‘ni mucho ni poco’, lo cual aplica perfectamente a quienes trabajan en el ministerio.
No fuimos llamados a ser pastores mendigos, pero tampoco ministros ricos (no al menos por medio de las ofrendas y diezmos de los feligreses), pues ambos polos empañan la gloria de Dios y entorpecen nuestro testimonio.
Autoridades eclesiales
Nuestras autoridades eclesiales deben ver este asunto ya que en ninguna otra época la iglesia ha sido tan observada y cuestionada como ésta; sobre todo por culpa de aquellos pastores que a costa de la ignorancia de la gente y su avaricia personal, se han hecho mercaderes de la fe y ricos por medio del evangelio (“Pues no somos como muchos, que medran falsificando [comerciando] la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo”, 2 Cor. 2:17). Si las cabezas denominacionales no le ponen atención a esto el gobierno de cada país lo hará, aunque debo ser honesto... ¡ya lo están haciendo!
Pastores que ganan poco
Pero no solo se debe observar a los pastores que ganan exageradamente mucho (y hacer algo al respecto), sino velar por aquellos que trabajan diligentemente en la obra pero esta no les da para su subsistencia básica, y también por aquellos siervos que deben ejercer dos trabajos, uno secular y uno ministerial (los llamados bi-vocacionales, aunque tal término es incorrecto).
Esos ministros, los que tienen doble empleo, son tan dignos de admiración como los que están dedicados full time a la iglesia del Señor.
¿Qué haremos con los pastores que durante toda su carrera ministerial han ganado apenas para subsistir?
Complejidad del tema
En fin, dictaminar cuánto se debe ganar financieramente en el ministerio pastoral —mucho o poco—, es difícil de resolver porque ambos conceptos son relativos (dependen de muchos factores); pero hay que hacer un esfuerzo para tratar de responder responsable y éticamente al asunto de cuánto debe ganar un pastor.
Lo que me faltó
Estoy consciente que hay muchos cabos sueltos, pero el tiempo y mis propias limitaciones me impidieron escribir un mejor artículo.
Algunos de esos cabos son:
- ¿Qué hacemos con las pensiones de jubilación de nuestros ministros?
- ¿Qué pasa con las esposas de pastores cuando enviudan?
- ¿Por qué muchos de nuestros ministros no están afiliados a los sistemas gubernamentales de protección social?
Una cosa es cierta, el tema tratado es complejo y necesita mucho más estudio, análisis, conversaciones, disposición al cambio, empatía y, por sobre todo, búsqueda de Dios.