Ventajas de formar colaboradores en el ministerio En las matemáticas hay cuatro operaciones básicas: suma, resta, división y multiplica...
Ventajas de formar colaboradores en el ministerio
En las matemáticas hay cuatro
operaciones básicas: suma, resta,
división y multiplicación. Se puede decir que multiplicar es una operación
matemática que consiste en sumar un número tantas veces como indica otro número. El resultado de la multiplicación recibe
el nombre de «producto». Para nosotros,
en el presente estudio, enfocamos los resultados, logros obtenidos.
El ministerio pastoral requiere de quienes
están en él un trabajo inteligente; no solo
es trabajar duro. Pablo es un pastor forjador de pastores y un método empleado por
él era hacerlo práctico. Pablo, al mismo
tiempo que ayudaba a pastores a formarse
como tales, multiplicaba su ministerio delegando. Pastor: Multiplícate.
Dice Pablo: «Crescente se ha ido a Galacia
y Tito a Dalmacia» (2 Ti 4.10). «A Tíquico
lo mandé a Éfeso» (4.12). «Recoge a Marcos y tráelo contigo, porque me es de ayuda en mi ministerio” (4.11). Pablo es un
prisionero condenado a muerte, pero está
dirigiendo el trabajo de un equipo pastoral. Su ministerio lo llevaba a cabo con la
ayuda de otros.
Pastor: El ministerio es eficiente y efectivo
cuando se desarrolla compartiendo con otros
las tareas a realizar. ¿Por qué debemos delegar en otros responsabilidades ministeriales?
1. Facilita la formación de otros pastores
El principio es el discipulado, el cual no es
más que la «transmisión de la vida de uno
a otro» (2 Ti 2.1-2), es el ‘hacer haciendo’,
como dice un homilético: «El predicador
se hace predicando». Una persona que
quiere aprender a manejar un vehículo,
obligatoriamente tiene que tomar el volante y conducir el carro.
Pablo menciona en este grupo a Tito, el
cual recibió de Pablo la responsabilidad de
misiones importantes, por ejemplo Tito
1.5: «Por esta causa te dejé en Creta, para
que corrigieses lo deficiente, y establecieses
ancianos en cada ciudad, así como yo te
mandé» (RV60).
2. Facilita el trabajo pastoral
Pablo dice de Marcos: «Me es de ayuda en el ministerio». Pablo nos brinda una gran lección al enseñarnos que el pastor no lo puede hacer todo solo; por muy talentoso y habilidoso que sea, como todo ser humano, tiene limitaciones. En este sentido se puede decir que el pastor es más productivo cuando desarrolla su ministerio a través de otros. Es decir, es un dirigente. Un dirigente lidera, es aquel que influye en la vida de otros y logra realizar a través de ellos lo que se debe hacer.Dios nos ha dado hombres y mujeres con los que debemos trabajar juntos en el ministerio, tenemos una bendición que muchos no tienen. Es bueno que tengamos en alto la importancia del trabajo de equipo.
3. Facilita la propia formación del pastor
No descuida su desarrollo personal mediante la retroalimentación, a través de relaciones positivas con quienes lleva a cabo
el pastoreo. No se violan los derechos de
los colaboradores, sino que se es sensible
con los problemas de ellos y se toma el
tiempo necesario para ver dónde están los
compañeros de ministerio.
Otro aspecto es que el pastor que delega parte de sus responsabilidades puede
actualizarse constantemente. Pablo era
hombre de libros (1 Ti 4.13). Los libros
te llevan al crecimiento, en los libros encuentras afirmación, puntos de vista, e inspiración que contribuyen a tu desarrollo
mental y espiritual.
Un conferencista, dirigiéndose a un grupo
de profesionales, les decía: «Todo profesional a lo largo de su carrera debe graduarse
por lo menos cuatro veces».
4. Facilita la transmisión de la visión
Maxwell dice: «Para un líder, la visión lo
es todo». Es absolutamente indispensable. ¿Por qué? Porque es la visión la que
lo guía, ella es la que marca la meta. Pero,
¿qué pasa con la visión, cuando el líder
desaparece del escenario de la vida? Edwin
Land, fundador de la Polaroid, aconsejó:
«Lo primero que debes hacer es enseñar a
la persona a sentir que la visión es muy importante y casi imposible».
Pablo se multiplicó al transmitir no solo su
visión, sino su vida misma a sus colaboradores. Por ejemplo, todos los que menciona en esta sección fueron colaboradores en
su ministerio. Priscila y Aquila eran, según
Romanos 16.3, sus compañeros de trabajo
en Cristo Jesús y en su casa se congregaba
una iglesia (16.5). Tito fue un pastor que
nombraría a pastores de iglesias locales de
la isla de Creta. El mismo Timoteo, el destinatario de esta carta, cuya sección final
estamos estudiando, es un pastor, al frente
de una iglesia importante del Nuevo Testamento: Éfeso.
Lucas, su médico de cabecera, llegó a desarrollarse a su lado de tal manera que se
convirtió en un gran historiador; a él le
debemos el evangelio de Lucas y el libro
de Hechos. En el evangelio, Lucas narra
la vida, ministerio y obra de Jesucristo, y
en Hechos, la historia de la iglesia primitiva-apostólica. Narra cómo Pablo, misionero pionero, plantó iglesias en ciudades estratégicas para la expansión del evangelio.
Pablo no fue el hombre que en solitario
desarrolló el ministerio. Tuvo de compañeros a un Bernabé, un Silas, un Tito, un Timoteo; en Romanos 16 menciona a varias
mujeres que trabajaron hombro a hombro
con él. En Filipenses 4 está preocupado
por dos mujeres que no están en armonía:
«Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de
un mismo sentir en el Señor. Así mismo
te ruego también a ti, compañero fiel, que
ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente
y también los demás colaboradores míos,
cuyos nombres están en el libro de la vida»
(Fil 4.2-3 RV60).
Pastor: Multiplícate en el ministerio desarrollando el recurso humano, tanto de hombres y mujeres, que Dios ha puesto a tu disposición para que logres las metas que Dios
ha puesto en tu corazón. Pastor: Conoce los
dones que poseen los que forman tu grupo
de trabajo; cada uno tiene habilidades dadas por el Espíritu Santo para ministrar al
cuerpo de Cristo. Busca que se desarrollen
y capaciten para llevar a cabo lo que se les
asigne, de acuerdo a sus dones. Y lo hagan
responsablemente bien.
Por Eliseo Martínez
Casado con María Inés Castellanos y
padre de Rebeca Eunice y David Eliseo. Pastor de la Iglesia Presbiteriana
Ortodoxa, ha sido por muchos años
profesor de Homilética y Antiguo
Testamento en el Instituto de Desarrollo Pastoral de San Salvador, El Salvador. Actualmente
coordinador del Instituto Timoteo para la capacitación de
líderes y director del Centro de Liderazgo Integral. Es además autor de los libros La predicación, Pastoreo efectivo y Sed
santos.
tolima875@hotmail.com