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"La revista #1 para la actualización ministerial del siervo de Dios" |
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"Muchas gracias y realmente desde hace varios años vengo utilizando artículos de su revista y han sido de gran bendición para mi vida y mi iglesia. Que Dios les siga usando" - Pastor Carlos Benavides |

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"BENDICIONES!!! Quiero resaltar el trabajo que ustedes han venido realizando a través de esta revista, han sido una bendición para mi vida, el ministerio y la congregación que pastoreo." - Pastor Jose Eduardo Sanchez. |

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En el Nuevo Testamento y las primeras
comunidades cristianas las relaciones se
desarrollan de diferentes formas. La herencia cultural judía y oriental daba mucha
importancia en el tema de la hospitalidad.
En Jesús encontramos un ejemplo de amistad tanto con sus discípulos como también
con otras personas. Al inicio de su ministerio, Jesús mismo invitó a visitar el lugar de
hospedaje a Andrés y a otro. «Jesús… les
preguntó ¿Qué buscan? —Rabí, ¿dónde te
hospedas? ... —Vengan a ver —les contestó Jesús, y vieron dónde se hospedaba, y
aquel mismo día se quedaron con él. Eran
como las cuatro de la tarde» (Jn 1.37-39).
«Vengan a ver». El texto no está ubicado
en Galilea, sino cerca de donde Juan el
Bautista bautizaba. Evidentemente Jesús
estaba como invitado en casa de alguien,
y esas personas hospitalarias permitieron
que Jesús también sea hospitalario. «Hospitalidad» se traduce del griego filoxenía,
que significa literalmente «amor (afecto o
bondad) a los extraños». En latín, hospitare
significa «recibir como invitado».
Uno de los lugares donde Jesús iba frecuentemente como invitado era la casa
de Marta, María y Lázaro de Betania (Lc
10.38-42; Jn 11.5). Además se menciona
muchas veces en los Evangelios a Jesús
como invitado a comer, por ejemplo en la
boda de Caná (Jn 2. 1-12), en la casa de
Leví Mateo (Lc 5.27-32), y en la casa de
Simón el fariseo (Lc 7.36). Es de suponer
que Jesús era invitado a comer frecuentemente, dado que dijo: «Vino el Hijo del
hombre, que come y bebe, y ustedes dicen:
Este es un glotón y un borracho, amigo
de recaudadores de impuestos y de pecadores» (Lc 7.34). El texto no dice que Jesús era un borracho, sino que eso decían
de Él, pero evidentemente lo que el texto
dice es que Él era frecuentemente invitado
a comer. También recordamos el caso en
que Jesús mismo le dijo a Zaqueo: «Tengo
que quedarme hoy en tu casa», y Zaqueo
«muy contento, recibió a Jesús en su casa»
(Lc 19.5,6).
Así mismo, Jesús mostró Su amabilidad
invitando a comer una vez a cinco mil personas y otra vez a cuatro mil (Mr 6.30-44;
8.1-13). Jesús cierta vez preparó un asado
en la playa para Sus discípulos (Jn 21.9-
12).
Evidentemente, Jesús tuvo varios encuentros hospitalarios durante Su ministerio y
también luego de Su resurrección. Así mismo sus discípulos practicaron la hospitalidad (Hch 2.41-47). Otros textos del Nuevo Testamento sobre la hospitalidad son: 1
Ti 3.2; 5.10; Tit 1.8; He 13.2; 1 P 4.9, etc.
Muchos actualmente son hospedadores en
días especiales, como el día de la amistad,
y en otras fiestas especiales. Debemos recordar ser hospedadores no solo con los
amigos, sino también con otras personas,
especialmente personas que están pasando
por momentos de dificultad. Un factor saludable para la iglesia y el amor práctico es
la hospitalidad. Sabemos que hoy muchas
personas abren sus hogares como un negocio (AirBnb, Couchsourfing, Bendy Casa,
Familink Travel, etc.). ¿Cuánto más debiéramos estar abiertos a practicar la hospitalidad como estilo de vida?

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