Comunicación en pareja: Prevención y crecimiento conyugal por medio de la comunicación en pareja.
Comunicación en pareja como base para la prevención de conflictos conyugales
En un artículo anterior señalé que la comunicación como medio de resolver conflictos conyugales una vez desatado el problema es ineficaz, porque ya la pareja ha llegado al punto de no escucharse y entran en las agresiones y ofensas personales.En esas condiciones, lejos de resolver el problema, cada vez se complica más, y más heridas se ocasionan mutuamente que hace más complejo resolver el conflicto.
Un plan de comunicación en pareja
No obstante, la comunicación es un medio excelente para ahondar y fortalecer las relaciones amorosas. Cuando la pareja pasa por tiempos lindos, o como muchas veces algunas parejas dicen, «parecía todo perfecto», en ese tiempo es donde se debe intensificar y tener un plan de comunicación conyugal que se convierta en un estilo de vida. Donde la pareja se pasa en una armónica comunicación, donde gozan estar juntos y pueden hablar con toda tranquilidad y confianza de todos los temas.No es sabio esperar a que surjan las dificultades para querer ahí empezar a hablar y solucionar los problemas. Estoy observando que las parejas jóvenes muy poco pasan juntos, muchos no tienen un plan concreto de comunicación diario. Cada uno va por sus propios caminos, es como si transitaran por sendas paralelas, nunca se encuentran, cuando que uno de los objetivos del matrimonio es la unidad, que dos vidas sean una, que dos proyectos sean uno, que dos caminos se encuentren en un solo camino por donde se transita felizmente tomados de la mano casi en perfecta armonía.
Una metáfora
En mi juventud, en mis primeros años de matrimonio, escuché a un predicador comparar el matrimonio como la unión de dos ríos procedentes de nacientes diferentes pero que se unen y forman un solo río más grande y más caudaloso. En su encuentro se producen turbulencias, pero más abajo el río corre mansamente regando y dando vida en sus riberas. Así es el matrimonio, dos personas de orígenes diferentes se unen, y la idea original del Creador es que se convierta en una unidad de vida.Algunos consejos prácticos
Aquí algunos sencillos consejos que a nosotros como matrimonio nos ayudaron y sirvieron a lo largo de estos 42 años de vida conyugal:- Hacer el esfuerzo de sacrificar un poco más de sueño para tomar juntos un sabroso mate caliente (un té), leer juntos un devocionario e iniciar el día con oración. No requiere que sea mucho tiempo, 15-20 minutos es suficiente, el secreto está en la constancia. En esos 20 minutos compartimos sobre la vida, y si hace falta se conversa sobre asuntos vitales. Con este método la comunicación se vuelve parte de la vida, natural. No hay esa necesidad de decir «Tenemos que hablar», lo hacemos normalmente.
- El final del día, ya en la cama, se cierra la jornada con oración. Ahí ya no se lee porque ya está presente el cansancio. La oración es una ayuda en la comunicación porque permite que si hay disgustos se llegue a la reconciliación. No se puede orar con quien uno está disgustado.
- Practicar como pareja y familia la recreación, tener tiempo para actividades recreativas que ambos gustan. Esto puede ser juegos de mesa, la jardinería, paseo por el parque, lo que agrada y une.
- Entender los códigos de comunicación de tu pareja. Esa comprensión te vendrá con la práctica. Cada persona y cultura tenemos códigos diferentes de comunicación.
- No esperes a que lleguen los problemas y ahí te acuerdes de la importancia de la comunicación y quieras usarla para resolver, que ahí digas «Tenemos que hablar». Te aseguro que cuando se está en ese punto, ya se han levantado muchos prejuicios, barreras y entonces la pretendida comunicación se torna en gritos entre sordos. Sé proactivo, construye un estilo de vida de comunicación con tu pareja, que la comunicación fluya normalmente entre ambos. El matrimonio requiere ser la prioridad para que todo marche con normalidad y bienestar. Si no es así, habrá problemas.
Acerca del Autor:
Juan Silverio es pastor de la Iglesia Maranata (Hermanos Menonitas) en Asunción, Paraguay. Es consejero familiar y matrimonial y director de Confianza Asistencia Personal. Ha sido además, en dos ocasiones, presidente de la Convención de Iglesias Paraguayas Hermanos Menonitas. Está casado con Elfriede Janz y tienen cuatro hijos.