Cómo el evangelio llegó donde los misioneros no Dios, quien dio lo más precioso que tenía para salvar al mundo, también desea que toda ...
Cómo el evangelio llegó donde los misioneros no
Dios, quien dio lo más precioso que tenía para salvar al mundo, también desea que toda la humanidad conozca de ella. Cuesta entender, que en este proyecto, el padre eligió hacerlo juntos con su pueblo, la iglesia.
Los negocios y las misiones
Si nos remontamos a los albores de la iglesia primitiva podemos ver que el evangelio fue llevado a muchos lugares por medio del comercio. Fuentes históricas muestran que los comerciantes cristianos del primer siglo eran honestos en sus transacciones, y por ende respetados en la sociedad, siendo estas rutas comerciales las vías por las que las Buenas Noticias llegaron a todos los continentes del mundo, incluso a las Américas.Cristóbal Colón en nuestros días sería llamado un emprendedor, y aunque él mismo no fue un hombre santo, detrás de él llegarían los mensajeros del evangelio a nuestro continente.
En los inicios del movimiento misionero protestante, observamos que muchos fueron enviados, no como teólogos, sino como profesionales. Recordemos que los misioneros moravos con sus oficios salieron a servir a los no alcanzados —no solo para auto-sustentarse, sino también ganarse a la gente por medio del trabajo. El legendario Zinzendorf escribió en el año 1736 a uno de sus obreros lo siguiente:
«Siempre busca oportunidades de trabajo físico, para así ganarte el amor y el corazón de la gente».
Los «menos alcanzados»
Hoy en día en el mundo cristiano se denomina «no alcanzados» a los pueblos y grupos étnicos donde no hay iglesias establecidas. Pero entre éstos, tenemos otro grupo: «los menos alcanzados», llamados así porque jamás tuvieron la oportunidad de conocer el evangelio, ya sea a través de personas, por escrito o cualquier otro medio de comunicación. Y la razón es, muchas veces, porque no es permitido que misioneros cristianos visiten el lugar.La mayoría de los menos alcanzados viven en países donde el gobierno prohíbe el trabajo misionero por parte de la iglesia cristiana. Por esta situación, hace unos 30 años atrás se descubrió de nuevo el concepto de «hacedores de tiendas» y misioneros bi-ocupacionales.
Inicialmente prevaleció el concepto del misionero «disfrazado» como profesional o empresario, pues se quería crear un negocio como plataforma o más bien «fachada» para el ministerio. Parecer negocio ante las autoridades, pero con la intención de ocuparse en el ministerio a la manera tradicional.
Mientras se desarrollaba el nuevo concepto de «Negocios para el Reino de Dios», un estudio reveló que cuanto más exitoso el negocio es, más impacto genera en el entorno.
Esto es así por la simple razón de que un negocio exitoso emplea a más personas, desarrolla más contactos con otros negocios y se gana el reconocimiento de la sociedad.
El notable ejemplo de Bill
Bill, en los años 80 llegó a un país comunista en donde el gobierno tiempos atrás había expulsado a todos los misioneros. Allí empezó un pequeño negocio exportando productos que requerían un intensivo y laborioso trabajo manual.Por no tener experiencia en los negocios, lo empezó a pequeña escala, aprendiendo mientras avanzaba. Lentamente su empresa creció hasta emplear a más de 700 obreros, muchos de ellos discapacitados, mendigos o sin techo.
Aunque Bill estaba en una situación donde la policía le observaba constantemente para que no predique el evangelio, sucedió que durante unos 6 meses, ¡200 de sus obreros se convirtieron!
¿Cómo es esto posible?
Primeramente, porque Bill tomó una decisión muy clara: la empresa sería completamente de Dios y él sería simplemente el administrador de ella. Esta firme determinación fue probada y demostrada como un serio compromiso cuando Dios le mandó regalar una parte de la empresa, y él lo hizo sin dudar.En segundo lugar, porque siempre que la empresa enfrentaba un problema u oportunidad, él aprendió a escuchar de Dios cómo actuar y qué dirección tomar.
Esta actitud le ayudó tremendamente, pues para cada situación, le dio la correcta perspectiva de las cosas: La empresa es de Él y los problemas también. Por lo tanto, todo éxito es solo para la gloria de Dios.
Y finalmente, porque Bill les dio a sus empleados la libertad de actuación y la oportunidad de ser ellos mismos protagonistas en el desarrollo de la tarea conjunta. Ésto resultó en que la mayoría de los convertidos fueron evangelizados por los mismos empleados y no por el extranjero.
Una generación que está lista
Hoy día, una nueva generación de embajadores cristianos está lista para ser enviada al mundo como profesionales, emprendedores y hombres de negocios al igual y en la misma medida, que los misioneros son llamados y están aptos para cumplir la gran comisión:«Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado...» (Mt 28:19-20 RV60).
Artículo escrito por Alfredo Braun.
Alfredo es de Paraguay pero reside actualmente en Asia. Está casado con Jenny y tienen dos hijos adolescentes. Gerente de una procesadora láctea, es uno de los líderes del movimiento «Negocios Para Transformación». Estudió Teología y tiene una maestría en Misionología.
Está convencido de que su lugar de trabajo es su lugar de ministerio, así como nuestra vida espiritual es parte de nuestra vida cotidiana.
