Principios aprendidos de una observación casual Mientras iba sentado en el avión, esperando llegar a casa, las azafatas repartieron c...
Principios aprendidos de una observación casual
Mientras iba sentado en el avión, esperando llegar a casa, las azafatas repartieron caramelos. La mayoría de los pasajeros, incluyéndome, abrimos simplemente el envoltorio y lo arrojamos. Pero no así la joven en mi misma fila. Ella me enseñó una lección importante de liderazgo tan solo usando como ejemplo... un envoltorio.
1. Visión
Donde la mayoría solo vimos basura, un pedazo inservible de papel, ella vio algo grandioso. Lentamente comenzó a alisar el papel hasta formar un cuadrado perfecto, y luego comenzó a doblarlo por la mitad; luego hizo triángulos; luego lo abrió, y observó las líneas formadas en el papel. Me di cuenta de que ella veía algo más en ese pedazo de basura. Ella tenía una visión. Ella veía algo grande y maravilloso donde el resto no veíamos nada. Ese es el verdadero liderazgo: poder ver algo grande en las personas, o en los proyectos, en los que otras personas no verían nada, o incluso verían basura.2. Perseverancia
Lo que realmente me asombró fue el hecho de que ella doblaba ese papel, lo abría, y lo volvía a doblar, una y otra vez, hasta que quedaba perfecto. Luego lo volteaba y lo observaba desde todos los ángulos. Luego lo volvía a doblar, y así sucesivamente. Me tomó mucho tiempo el darme cuenta de que lo que estaba haciendo era un origami. Pero no tenía idea de qué figura estaba formando. Mientras todos permanecíamos sentados esperando el despegue, ella pacientemente seguía trabajando.Muchas veces ella tuvo que desdoblarlo todo, para regresar al tercer o cuarto paso, porque las líneas no estaban perfectas, y debido a esa pequeña desigualdad no podía culminar el trabajo. Ese fue el momento en que me di cuenta de que un buen líder siempre evalúa y mejora a medida que el plan progresa. No teme volver atrás para cambiar algunas cosas y obtener algo mejor.
3. Pasión
Mientras la observaba, pude ver que ella estaba ocupada haciendo el origami no porque tenía que hacerlo, ni tampoco para “pasar el tiempo”, sino porque lo disfrutaba, y porque tenía pasión por ello. Desde que sacó el envoltorio del caramelo hasta que terminó el trabajo, pude ver que todo el tiempo ella veía el origami terminado.Ella sabía perfectamente que sería difícil, que tomaría tiempo, que requeriría correcciones y concentración en todo el proceso. Pero cada cierto tiempo se podía notar que movía la cabeza en aprobación luego de realizar un doblado o alguna corrección en el origami. Se divertía haciéndolo. Tenía pasión. Y esa fue otra lección que aprendí de ella: Ser apasionados en lo que hacemos. Si no tienes pasión por lo que haces, no disfrutarás haciéndolo. Te frustrarás tú y a los que estén cerca tuyo. Harás esfuerzos mediocres, y muy probablemente no terminarás el trabajo.
4. Impacto
Esa joven tuvo una visión en un pedazo de basura, perseveró en doblarlo, corregirlo, y mantuvo la pasión hasta terminar la obra, luego se recostó en su asiento y contempló el hermoso cisne de origami. En el tiempo que sucedía todo eso, ella no tenía idea de que estaba enseñando importantes principios de liderazgo a un extranjero al otro lado de la fila. Y esa fue la lección final aprendida. Un liderazgo de estas características siempre va a impactar a otros, y no sólo a las personas con las que trabajas directamente.Te animo a que mires tu vida y veas si realmente tienes una visión, perseverancia, pasión e impacto con el trabajo que haces. Si no, ¿qué podrías hacer diferente?
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Por Johannes Bleeker. Johannes está casado con Gabi y tienen dos hijos; Nadine y Evan. Es director regional para Latinoamérica del ministerio DRIME y mentor y consejero de líderes emergentes.
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