- Favorece la concentración, la imaginación y la agilidad mental. Fortalece las conexiones neuronales, previene la degeneración cognitiva y reduce el nivel de estrés.
- Potencia el nivel de empatía y relaciones interpersonales.
- Ayuda a mejorar la oratoria, el vocabulario, la formación de criterios y el ordenamiento de las ideas.
- Contribuye a la sabiduría personal, el desarrollo intelectual, emocional y espiritual.
- Nutre la capacidad de debate y argumentación.
Reorganizando la dieta intelectual
Es fundamental una balanceada nutrición cognitiva, que permita generar sólidas defensas intelectuales y al mismo tiempo facilitar el desarrollo integral del ser humano. Algunas recomendaciones para incluir en la dieta intelectual:
- La Biblia San Agustín decía: “Cuando oramos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros”. La lectura sistemática de la Biblia y su estudio reflexivo deben realizarse diariamente, con el propósito de ir descubriendo verdades, y de esa forma convertirnos en creyentes sólidos, con vidas continuamente transformadas.
- Literatura de contenido bíblico Es muy positivo incorporar a la dieta intelectual literatura con contenido bíblico, que ayude a la adquisición de conocimientos sobre familia, finanzas, salud, liderazgo, educación, ministerio, espiritualidad, realidad social y un sinfín de áreas. Este tipo de contenidos proveerán de información, perspectivas y la posibilidad de ir formando criterios temáticos.
- Literatura de contenido general y especializado Existen grandes autores, excelentes libros y diversidad de géneros literarios que pueden proveer experiencias muy ricas para el fortalecimiento intelectual, emocional e incluso profesional. Para ello, quizás sea necesario romper paradigmas y atreverse a abordar contenidos inteligentes, creativos y desafiantes que nos permitan estar bien entrenados. Ya lo decía Joseph Addison: “La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo”.
3 claves para el hábito de la lectura
- Prioriza calidad de lectura por sobre cantidad.
- Establece una meta realista de lectura y cúmplela.
- Lee con regularidad en forma diaria y constante.
De allí la importancia de acceder y contar con buenos materiales de lectura. Por otro lado, la Biblia, el libro más importante de la historia, también debe ser leída de forma continua y reflexiva.
El profeta Jeremías oraba: “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí. Tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, Jehová, Dios de los ejércitos” (Jeremías 15.16 RV95).
Por medio de un sólido hábito de lectura, luchemos contra los troyanos intele
ctuales, inmunicémonos contra los engaños, elevemos nuestro entendimiento y alcancemos nuevos niveles de liderazgo personal y ministerial.
Por Emilio Iberbuden Consultor en liderazgo, desarrollo personal y gerenciamiento organizacional. Tiene una Licenciatura en Administración y Gestión Empresarial, otra en Teología y una Maestría en Ciencias Pastorales. Está casado y tiene una hija.
Referencias: 1. Expresión perteneciente a Mario Vargas Llosa (escritor, novelista y ensayista latinoamericano, Premio Nobel de Literatura). 2. Jurista, político, filósofo, escritor, y orador romano. Recursos recomendados: Dr. David Livermore. Liderar con inteligencia cultural. Editorial Grupo Nelson. Rice Broocks. Dios no está muerto. Editorial Casa Creación. Ken Robinson. El Elemento. Editorial Conecta.
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