Cuatro motivos de la difícil tarea de entregar el LIDERAZGO. Por Jon Byler. Ya sea que se trate de entregar la iglesia a un líde...
Por Jon Byler.
Ya sea que se trate de entregar la iglesia a un líder joven, dejar el negocio familiar en manos de una nueva generación, o que liberemos a nuestros hijos para que sean adultos, la tarea de pasar la posta es difícil. “Tus hijos ocuparán el trono de tus ancestros; los pondrás por príncipes en toda la tierra” (Salmo 45.16). Este versículo suena bastante sencillo, pero más veces de las que nos gustaría contar, la posta no se pasa de la manera correcta a la siguiente generación.
Pasar la posta es difícil debido a la falta de seguridad
Cuando los líderes no están seguros en sus posiciones y en quién están llamados a ser por Dios, encuentran muy difícil levantar a otros líderes. Los líderes orgullosos e inseguros quieren que sus nombres permanezcan en la organización por siempre. Los líderes-siervos aceptan el llamado de Dios como un fideicomiso dado a ellos por un tiempo limitado. No se sienten amenazados por los dones y llamados de otros líderes emergentes. Son lo suficientemente seguros para ceder su “lugar” al empoderar y bendecir, de manera humilde, al siguiente líder.
Pasar la posta es difícil debido a la falta de visión
Algunos líderes simplemente no tienen la visión de pasar la posta de lo que Dios les ha confiado a la siguiente generación. Ellos padecen de “miopía” y ven muy poco más allá de su propia vida. A través del tiempo, muchos líderes han desarrollado habilidades y competencias; aman lo que hacen y lo hacen con excelencia; se enfocan en la tarea por hacer, pero pierden de vista el objetivo de largo plazo. Los líderes-siervos reconocen que la visión que Dios les ha dado es más grande que su tiempo de servicio. Pueden ver que la visión de Dios es utilizar sus dones de liderazgo para multiplicar líderes para la siguiente generación.
Pasar la posta es difícil debido a la falta de confianza
A menudo es difícil confiar en un líder más joven y sin tanta experiencia las tareas que nosotros hemos aprendido a hacer. El nuevo líder probablemente cometa errores y quizás no haga el trabajo tan bien como nosotros, especialmente al principio. Los líderes-siervos demuestran fe en Dios al confiar en otros. Reflejan su propia experiencia de vida y reconocen que ellos mismos cometieron errores y aprendieron en el camino. Con esta perspectiva, aprenden a confiar en que Dios guiará al siguiente líder de igual forma como Él los ha guiado a ellos mismos.
Pasar la posta es difícil debido a la falta de entrenamiento
Tristemente, la mayoría de nosotros hemos recibido muy poco entrenamiento en el arte de pasar la posta. En la pista de atletismo, los entrenadores organizan ejercicios para enseñar a los corredores las habilidades necesarias para pasar la posta de corredor a corredor. ¿Dónde están esos entrenadores en nuestras iglesias, hogares y negocios? Los líderes-siervos, aun cuando no han visto modelada esta habilidad, aceptan el reto de pasar la posta. Examinan de cerca los modelos bíblicos existentes para ser entrenados en este arte y le piden a Dios la sabiduría para hacerlo bien.
Adaptado del artículo publicado en el blog de Mag. Jon Byler, http://www.leadersserve.com, “Serving the leaders who shape the world”. Suscríbete a las reflexiones en español en el sitio mencionado.
Publicado en la edición #102 de la revista La Fuente.