La liturgia en la Biblia La palabra liturgia proviene del griego leiturgia, que significaba servicio (a otra persona, al Estado, o a Dio...
La liturgia en la Biblia
La palabra liturgia proviene del griego leiturgia, que significaba servicio (a otra persona, al Estado, o a Dios).
1. En la traducción griega de la LXX, liturgia, indicaba siempre sin excepción el servicio religioso hecho por los levitas a Jehová. Al mirar la celebración litúrgica de Israel, podemos entender que ellos definieron sus actos litúrgicos como elementos muy claves de manifestación de su fe en Jehová, como dar sentido a la recapitulación de los eventos salvíficos del pasado, de veneración, de gratitud, de expiación y de comunión.
2. En el NT liturgia se usa para designar el servicio cristiano a Dios, aunque no se hace distinción entre el culto y otros tipos de servicio (Fil. 2.17). El énfasis de la liturgia del NT está en el servicio a Dios en el mundo, extendiendo el mensaje de salvación a todo ser humano. La Biblia era el único libro o manual litúrgico de las primeras comunidades cristianas.
Definiciones de liturgia
1. Liturgia es la acción ritual de la obra de Cristo. O sea, es la presencia, bajo el velo de símbolos, de la obra salvífica de la redención.
2. La liturgia es una herencia de toda la Iglesia en la historia. Podemos definirla como un tesoro común que compartimos como una herencia de nuestra fe, la que nos recuerda siempre a la Palabra de Dios.
3. Liturgia también es el trabajo del pueblo de Dios, refiriéndose a todas las acciones que hacemos en conjunto cuando celebramos como comunidad de fe respondiendo al llamado de Dios.
4. El teólogo Bonhoeffer definió la única liturgia verdadera como: “La adoración en espíritu y en verdad en comunión con los necesitados de solidaridad en el mundo real de hoy”.
Aspectos centrales a tener en cuenta en la liturgia de nuestras iglesias
1. Debemos encarnar la Palabra en nuestras acciones como congregación, en el canto, en nuestras ofrendas a Cristo, en nuestras palabras, en los ritos.
2. En la liturgia estamos dando vida a los conceptos bíblicos que nos hablan de Cristo Resucitado y de su misión en el mundo.
3. Aunque existen diferentes modelos litúrgicos cada iglesia puede tener la libertad en cuanto a su forma de celebrar, los elementos y símbolos que se utilizan, el estilo de llevarla a cabo. Por ejemplo, la manera de distribuir el pan y el vino o de hacer las oraciones de intercesión y tantos otros aspectos de la liturgia.
4. La liturgia debe dirigir todos nuestros sentidos a la luz del amor de Cristo; y en Él poder encontrar la gracia y la fuerza para llegar a ser una comunidad reconciliada y reconciliante.
5. Solo si hemos experimentado al verdadero Cristo después de asistir a un acto de culto, será cristiano este culto y no una piadosa escenificación de religiosidad con atuendo cristiano.
6. Toda liturgia como servicio público debe ser un instrumento adaptado al tiempo en que se vive y capaz de sensibilizarnos más ante las exigencias evangélicas, no separándonos del mundo.
Lectura recomendada:
El Ministerio Pastoral: Cómo pastorear bíblicamente, de John MacArtur, el capítulo “La adoración” (pp. 287-306).
La palabra liturgia proviene del griego leiturgia, que significaba servicio (a otra persona, al Estado, o a Dios).
1. En la traducción griega de la LXX, liturgia, indicaba siempre sin excepción el servicio religioso hecho por los levitas a Jehová. Al mirar la celebración litúrgica de Israel, podemos entender que ellos definieron sus actos litúrgicos como elementos muy claves de manifestación de su fe en Jehová, como dar sentido a la recapitulación de los eventos salvíficos del pasado, de veneración, de gratitud, de expiación y de comunión.
2. En el NT liturgia se usa para designar el servicio cristiano a Dios, aunque no se hace distinción entre el culto y otros tipos de servicio (Fil. 2.17). El énfasis de la liturgia del NT está en el servicio a Dios en el mundo, extendiendo el mensaje de salvación a todo ser humano. La Biblia era el único libro o manual litúrgico de las primeras comunidades cristianas.
Definiciones de liturgia
1. Liturgia es la acción ritual de la obra de Cristo. O sea, es la presencia, bajo el velo de símbolos, de la obra salvífica de la redención.
2. La liturgia es una herencia de toda la Iglesia en la historia. Podemos definirla como un tesoro común que compartimos como una herencia de nuestra fe, la que nos recuerda siempre a la Palabra de Dios.
3. Liturgia también es el trabajo del pueblo de Dios, refiriéndose a todas las acciones que hacemos en conjunto cuando celebramos como comunidad de fe respondiendo al llamado de Dios.
4. El teólogo Bonhoeffer definió la única liturgia verdadera como: “La adoración en espíritu y en verdad en comunión con los necesitados de solidaridad en el mundo real de hoy”.
Aspectos centrales a tener en cuenta en la liturgia de nuestras iglesias
1. Debemos encarnar la Palabra en nuestras acciones como congregación, en el canto, en nuestras ofrendas a Cristo, en nuestras palabras, en los ritos.
2. En la liturgia estamos dando vida a los conceptos bíblicos que nos hablan de Cristo Resucitado y de su misión en el mundo.
3. Aunque existen diferentes modelos litúrgicos cada iglesia puede tener la libertad en cuanto a su forma de celebrar, los elementos y símbolos que se utilizan, el estilo de llevarla a cabo. Por ejemplo, la manera de distribuir el pan y el vino o de hacer las oraciones de intercesión y tantos otros aspectos de la liturgia.
4. La liturgia debe dirigir todos nuestros sentidos a la luz del amor de Cristo; y en Él poder encontrar la gracia y la fuerza para llegar a ser una comunidad reconciliada y reconciliante.
5. Solo si hemos experimentado al verdadero Cristo después de asistir a un acto de culto, será cristiano este culto y no una piadosa escenificación de religiosidad con atuendo cristiano.
6. Toda liturgia como servicio público debe ser un instrumento adaptado al tiempo en que se vive y capaz de sensibilizarnos más ante las exigencias evangélicas, no separándonos del mundo.
Lectura recomendada:
El Ministerio Pastoral: Cómo pastorear bíblicamente, de John MacArtur, el capítulo “La adoración” (pp. 287-306).