Sin importar cuán buena sea nuestra prédica, nuestra música, o todo lo demás de la iglesia, si no involucramos a la gente en algún grupo ...
Sin importar cuán buena sea nuestra prédica, nuestra música, o todo lo demás de la iglesia, si no involucramos a la gente en algún grupo pequeño de comunión, perderemos a muchos al cabo de dos años. Para un crecimiento sólido de la iglesia, para una evangelización efectiva, para el discipulado, para ganar a la gente y mantenerla, el mejor sistema de trabajo que podemos tener son los grupos pequeños o de crecimiento, llamados también “células”.
La intimidad es esencial para crear un ambiente de mutua confianza. En los grupos pequeños que se reúnen en casas, puede ocurrir muchas cosas como resultado de la acción del Espíritu Santo en los corazones de los participantes. En una reunión hogareña, el ambiente es más relajado, y esto permite que la gente se sienta más segura y abrir mejor sus corazones.
Muy distinto a lo que generalmente se piensa, el sistema de grupos pequeños no es “una estrategia reciente para hacer crecer la iglesia de cualquier manera”. El gran evangelista Jorge Whitefield escribía ya en el siglo XVIII: «Hermanos míos (...) contémonos plena y libremente entre nosotros lo que Dios ha hecho por nuestras almas. Para alcanzar esto deben hacer lo que otros han hecho, conformar pequeños grupos de cuatro o cinco personas cada uno y reunirse una vez por semana para contarse entre ustedes lo que hay en sus corazones; para que luego puedan orar y animarse entre ustedes como lo requiera la necesidad... Una persona sincera considerará esto como una de las más grandes bendiciones».
Juan Wesley, contemporáneo y amigo de Whitefield, fue utilizado por Dios como instrumento en el Avivamiento metodista. Él organizó las comunidades que se originaron con un determinado método, dándole mucha atención a los grupos pequeños, lo que hizo prosperar perdurablemente el avivamiento.
Los Grupos Pequeños y el crecimiento de la Iglesia
Básicamente, un grupo pequeño son seis a ocho creyentes reunidos para ministrarse mutuamente, para crecer en el amor y la unidad, y para animarse en su consagración a Cristo. Su propósito es ayudar a establecer el contacto entre los miembros del cuerpo de Cristo. Se busca asegurar que ninguna persona que llega a la iglesia se marche con el sentimiento de no habérsele hecho caso o no ser bienvenida, sino que llegue a verse rodeada por otros que le muestran amor e interés personal.
En una iglesia que está creciendo, los grupos pequeños son esenciales para que las personas puedan desarrollar la calidad de relaciones que necesitan para crecer en Cristo. Los grupos pequeños no son la iglesia ni reemplazan la adoración corporativa. Pero creemos que es necesario que el evangelio sea «enseñado públicamente y en las casas» (Hechos 20:20 NVI).
Presupuestos teológicos detrás de los Grupos Pequeños
- Cada persona ha sido creada a imagen de Dios y enriquecida con un gran potencial.
- El potencial de las personas puede ser mejor desarrollado con el apoyo de una comunidad cristiana.
- Para llegar a ser una comunidad cristiana que provee apoyo, las personas necesitan conocerse a fondo, y esto lleva tiempo, empeño y un compromiso común de compartir juntos.
- El crecimiento personal comienza con cambios interiores —en la medida que vayan respondiendo a la invitación de Dios para experimentar una vida nueva.
- El Espíritu Santo ha provisto de dones espirituales a cada cristiano para ministrar a otros —dentro de la comunidad de apoyo y por medio de esa comunidad a la iglesia en general.
- La Palabra de Dios es la narración viva de la actividad de redención y la mejor guía de Su voluntad para las personas ahora.
- La vida espiritual incluye todo el ser de la persona —sus emociones, relaciones, valores y forma de vida.
- La celebración ocurre natural y espontáneamente cuando el individuo es liberado dentro de una comunidad de apoyo para descubrir y expresar la persona única que ella es en Cristo.
¿Cómo serán los Grupos Pequeños?
La formación de los grupos pequeños puede ser muy versátil, dependiendo de los criterios que han de guiar su conformación. Considerando los criterios, la iglesia puede decidir formar los grupos pequeños de acuerdo a:
- Proximidad geográfica: por zona, barrio, compañía.
- Edad: grupos pequeños de jóvenes, de adolescentes, de adultos.
- Sexo: grupos pequeños de hombres y de mujeres.
- Intereses y preferencias: grupos pequeños de universitarios, de profesionales, de jubilados, de empresarios, de artistas.
- Necesidades comunes: divorciados, hijos de padres separados, personas que sufrieron abuso, madres solteras, con problemas de adicción.
Los grupos pequeños formados según las necesidades comunes ofrecen una importante ventaja de apoyo para la restauración y el fortalecimiento espiritual de las personas, pero también son el tipo de grupos pequeños más difícil de manejar. Por lo general, requieren la asistencia de personas capacitadas en el área de la consejería y el involucramiento activo de personas ya restauradas que puedan ayudar a otros.
Dando inicio a los Grupos Pequeños
La primera tarea que debe realizar el liderazgo de la iglesia es identificar el criterio más adecuado para organizar los grupos. Para el efecto, con mucha oración y dependencia de Dios se debe observar y analizar las características de las personas que integran la iglesia. Quizá pueda identificarse más de un criterio válido y deba organizarse dos o más tipos de grupos pequeños a la vez.
Para terminar, nos gustaría alentar a los pastores señalando que uno los mayores beneficios que una iglesia obtiene del sistema de grupos pequeños es la formación de líderes, que se desarrollan naturalmente en el seno de la convivencia con el grupo de crecimiento. Muy a menudo, algunos pastores objetan que “no pueden empezar grupos pequeños porque la iglesia no tiene suficientes líderes”. Sin embargo, ¿no podría lo contrario ser verdad, es decir, que la iglesia no tiene suficientes líderes porque no ha puesto en marcha los grupos pequeños?
Fuentes consultadas:
“Su iglesia puede crecer”, C. Peter Wagner. Editorial CLIE.
“Una iglesia con impacto”, Johan Lukasse. Editorial CLIE.
“Visión 20/20”, Dale E. Galloway. Editorial UNILIT.
“Obteniendo grandes resultados a través de grupos pequeños”, David Weidlich. PDF Disponible en línea.
Recurso recomendado:
“Visión 20/20”, Dale E. Galloway. Editorial UNILIT.