Existen muchos métodos y estrategias de estudio bíblico. Un grupo pequeño puede resultar apropiado para exposiciones breves, narración, es...
Existen muchos métodos y estrategias de estudio bíblico. Un grupo pequeño puede resultar apropiado para exposiciones breves, narración, estudios de caso, dramatización, y mucho más. Seleccionar el método y la estrategia depende del grupo y sus objetivos.
Los objetivos generales de todo grupo pequeño incluyen hacer nuevos discípulos y ayudar a los creyentes a madurar espiritualmente. La experiencia indica que el estudio bíblico inductivo es uno de los métodos más efectivos para lograrlos.
El Método Inductivo
Un estudio bíblico inductivo es el estudio de un pasaje de la Biblia en un estilo informal de descubrimiento y aprendizaje. Lo que busca es aprender mediante la observación de los hechos para llegar a una conclusión general. Requiere, por lo tanto, que al acercarnos al texto abandonemos las ideas preconcebidas y las conclusiones aceptadas. Podemos consultar ayudas como comentarios, diccionarios, atlas, etc., pero lo haremos solo después de nuestra propia investigación.
El método consta de tres pasos:
1. Observación: se nota lo que dice el texto, prestando atención a los detalles: personajes, ocasión, lugar, hechos, etc.
2. Interpretación: se determina el significado de los hechos observados para ver lo que el autor quiso que sus lectores originales entendieran.
3. Aplicación: se acepta personalmente la verdad descubierta.
Algunas “normas básicas” que ayudan a lograr el objetivo son:
1. Nos mantenemos en el pasaje.
2. Todos participan.
3. Nadie acapara.
4. Respondemos a tres preguntas:
a. ¿Qué dice el pasaje?
b. ¿Qué quiere decir el pasaje?
c. ¿Qué me dice a mí?
La estrategia de la Discusión
Si alguien busca un lugar para presentar conferencias bíblicas, hay dónde hacer eso, pero no es en un grupo pequeño. Proponemos, mejor, la discusión.
La discusión es ventajosa porque:
Construye un ambiente abierto.
Desarrolla auto-estima y promueve acción.
Provee refuerzo y claridad para una mejor comprensión.
Provee al líder pistas sobre cómo debe ministrar a su grupo.
Reconoce que cada creyente tiene al Espíritu Santo en él.
La discusión usa tres tipos de preguntas a las que el grupo responde:
1. Preguntas abiertas: ayudan a las personas en el grupo a conocerse mejor y familiarizarse con el tema. Por ejemplo, si vamos a estudiar la historia del Buen Samaritano (Lc 10:30-37), podemos preguntar: “¿Quién ha sido víctima de un asalto alguna vez, y cómo se sintió?” O, “¿Qué tan fácil o difícil te resulta socorrer a un extraño?”
2. Preguntas profundas: dirigen al grupo a observar e interpretar el pasaje. Queremos que el pasaje bíblico hable por sí mismo. El grupo es alentado a descubrir el contexto histórico y literario del pasaje para entenderlo como los lectores originales lo hubieran entendido (p.ej., ¿De qué ciudad bajaba el hombre? ¿Por qué dice el texto que “descendía”? ¿Quiénes eran los samaritanos?).
3. Preguntas de reflexión: ayudan a los miembros del grupo a hacer aplicaciones a su situación personal (p.ej., ¿Cuáles prejuicios debo vencer para poder actuar como el samaritano? ¿Estoy realmente dispuesto a gastar tiempo y dinero por el bien de un prójimo necesitado?).
Un estudio bíblico inductivo desarrollado a modo de discusión, bien planificado y dirigido, aportará grandes beneficios al grupo pequeño. En la medida que las reglas básicas sean aplicadas en forma, la reunión se volverá más amena, profunda e instructiva para todos los miembros del grupo.
Recurso recomendado:
“Prepárese para enseñar” de Guy Raymond Carlson (Ed. Vida).
Fuentes:
- “101 Mejores Ideas para Trabajar con Grupos Pequeños” de la Editorial Mundo Hispano.
- “Prepárese para Enseñar” de Guy Raymond Carlson, Editorial Vida.
- “Obteniendo Grandes Resultados a Través de Grupos Pequeños” de Dave Weidlich, traducido por Howard Andruejol (PDF en línea).
- “El Estudio Bíblico Inductivo” de The Northwestern Theological Seminay Library (disponible en www.ntslibrary.com, PDF en línea).
- “Dirigiendo Estudios Bíblicos: Grupos Pequeños” de Samuel Edelstein (PDF en línea, disponible en www.plsal.org).
Los objetivos generales de todo grupo pequeño incluyen hacer nuevos discípulos y ayudar a los creyentes a madurar espiritualmente. La experiencia indica que el estudio bíblico inductivo es uno de los métodos más efectivos para lograrlos.
El Método Inductivo
Un estudio bíblico inductivo es el estudio de un pasaje de la Biblia en un estilo informal de descubrimiento y aprendizaje. Lo que busca es aprender mediante la observación de los hechos para llegar a una conclusión general. Requiere, por lo tanto, que al acercarnos al texto abandonemos las ideas preconcebidas y las conclusiones aceptadas. Podemos consultar ayudas como comentarios, diccionarios, atlas, etc., pero lo haremos solo después de nuestra propia investigación.
El método consta de tres pasos:
1. Observación: se nota lo que dice el texto, prestando atención a los detalles: personajes, ocasión, lugar, hechos, etc.
2. Interpretación: se determina el significado de los hechos observados para ver lo que el autor quiso que sus lectores originales entendieran.
3. Aplicación: se acepta personalmente la verdad descubierta.
Algunas “normas básicas” que ayudan a lograr el objetivo son:
1. Nos mantenemos en el pasaje.
2. Todos participan.
3. Nadie acapara.
4. Respondemos a tres preguntas:
a. ¿Qué dice el pasaje?
b. ¿Qué quiere decir el pasaje?
c. ¿Qué me dice a mí?
La estrategia de la Discusión
Si alguien busca un lugar para presentar conferencias bíblicas, hay dónde hacer eso, pero no es en un grupo pequeño. Proponemos, mejor, la discusión.
La discusión es ventajosa porque:
Construye un ambiente abierto.
Desarrolla auto-estima y promueve acción.
Provee refuerzo y claridad para una mejor comprensión.
Provee al líder pistas sobre cómo debe ministrar a su grupo.
Reconoce que cada creyente tiene al Espíritu Santo en él.
La discusión usa tres tipos de preguntas a las que el grupo responde:
1. Preguntas abiertas: ayudan a las personas en el grupo a conocerse mejor y familiarizarse con el tema. Por ejemplo, si vamos a estudiar la historia del Buen Samaritano (Lc 10:30-37), podemos preguntar: “¿Quién ha sido víctima de un asalto alguna vez, y cómo se sintió?” O, “¿Qué tan fácil o difícil te resulta socorrer a un extraño?”
2. Preguntas profundas: dirigen al grupo a observar e interpretar el pasaje. Queremos que el pasaje bíblico hable por sí mismo. El grupo es alentado a descubrir el contexto histórico y literario del pasaje para entenderlo como los lectores originales lo hubieran entendido (p.ej., ¿De qué ciudad bajaba el hombre? ¿Por qué dice el texto que “descendía”? ¿Quiénes eran los samaritanos?).
3. Preguntas de reflexión: ayudan a los miembros del grupo a hacer aplicaciones a su situación personal (p.ej., ¿Cuáles prejuicios debo vencer para poder actuar como el samaritano? ¿Estoy realmente dispuesto a gastar tiempo y dinero por el bien de un prójimo necesitado?).
Un estudio bíblico inductivo desarrollado a modo de discusión, bien planificado y dirigido, aportará grandes beneficios al grupo pequeño. En la medida que las reglas básicas sean aplicadas en forma, la reunión se volverá más amena, profunda e instructiva para todos los miembros del grupo.
Recurso recomendado:
“Prepárese para enseñar” de Guy Raymond Carlson (Ed. Vida).
Fuentes:
- “101 Mejores Ideas para Trabajar con Grupos Pequeños” de la Editorial Mundo Hispano.
- “Prepárese para Enseñar” de Guy Raymond Carlson, Editorial Vida.
- “Obteniendo Grandes Resultados a Través de Grupos Pequeños” de Dave Weidlich, traducido por Howard Andruejol (PDF en línea).
- “El Estudio Bíblico Inductivo” de The Northwestern Theological Seminay Library (disponible en www.ntslibrary.com, PDF en línea).
- “Dirigiendo Estudios Bíblicos: Grupos Pequeños” de Samuel Edelstein (PDF en línea, disponible en www.plsal.org).