"Me sentía muy sola y necesitaba de alguna orientación para darle sentido a mi vida, que por cierto con la corta edad que tenía ya ha...
"Me sentía muy sola y necesitaba de alguna orientación para darle sentido a mi vida, que por cierto con la corta edad que tenía ya había atravesado momentos muy desagradables.
Nunca me atreví a decir lo que sentía o lo que me pasaba, hasta que un día recibí un mensajes de texto, el cual nunca imaginé recibir. En una ocasión había expresado en una tarjeta una situación por la que estaba atravesando y en este mensaje me invitaban a acercarme a Decisiones. No sé cómo explicar lo que sentí en ese momento, pero me puse muy feliz, por el simple hecho de que alguien se haya molestado en leer esa tarjeta, quizás la estupidez que escribí.
No es una exageración decir que a partir de ese día mi vida ya no fue la misma. Fueron increíbles las primeras sesiones, porque nunca nadie me había prestado tanta atención, como lo hacía la consejera. Tengo tantas cosas que decir, tanto que agradecer y comienzo por decir gracias.
Ahora sé que existe un Dios que me ama y está conmigo siempre, que yo no soy un accidente de mis padres, que todas las heridas del corazón pueden ser sanadas y que todos tenemos nuestro propósito en la Tierra. Descubrí muchas verdades, pero lo que más agradezco es que me ayudó a conocer y acercarme a Dios, un Dios que no conocía pero que hoy vive dentro de mí.”
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Nunca me atreví a decir lo que sentía o lo que me pasaba, hasta que un día recibí un mensajes de texto, el cual nunca imaginé recibir. En una ocasión había expresado en una tarjeta una situación por la que estaba atravesando y en este mensaje me invitaban a acercarme a Decisiones. No sé cómo explicar lo que sentí en ese momento, pero me puse muy feliz, por el simple hecho de que alguien se haya molestado en leer esa tarjeta, quizás la estupidez que escribí.
No es una exageración decir que a partir de ese día mi vida ya no fue la misma. Fueron increíbles las primeras sesiones, porque nunca nadie me había prestado tanta atención, como lo hacía la consejera. Tengo tantas cosas que decir, tanto que agradecer y comienzo por decir gracias.
Ahora sé que existe un Dios que me ama y está conmigo siempre, que yo no soy un accidente de mis padres, que todas las heridas del corazón pueden ser sanadas y que todos tenemos nuestro propósito en la Tierra. Descubrí muchas verdades, pero lo que más agradezco es que me ayudó a conocer y acercarme a Dios, un Dios que no conocía pero que hoy vive dentro de mí.”
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