Entendiendo esta Ley, la de la Multiplicación, me lleva a considerar cuan importante es “la calidad” “el tipo de semilla” que es plantada en cada congregación, específicamente a través de los pastores. La calidad de mi vida espiritual tendrá un impacto positivo o negativo en los demás.
Mis fortalezas y mis debilidades tendrán un impacto considerable en la edificación de los santos. Afirmar lo contrario, sería como querer escondernos de una realidad que es palpable ante nuestros ojos. Por algo se dice que la calidad del cuerpo es el fiel reflejo del liderazgo.
En toda organización, los liderados tienen la tendencia natural de seguir el ritmo de aquellos que van al frente, como de incorporar los valores que observan, sean estos positivos o negativos. La Iglesia vive la misma realidad, y no deberíamos esperar lo contrario, aunque “cada uno dará cuenta de sí…” Esto me lleva a hacer varias preguntas: ¿Quiero una iglesia espiritual? ¿Una iglesia intercesora? ¿Una iglesia que conozca el Reino de Dios y lo viva? ¿Una iglesia que ofrende con generosidad? ¿Una iglesia que marque presencia en las diferentes áreas de la sociedad? ¿Una iglesia que viva en el temor del Señor? ¿Una iglesia que crezca en números? ¿Una iglesia que ame al Señor, más que a cualquier cosa? Podría mencionar otras preguntas más, pero el sentido es este, el futuro que queremos, según la voluntad de Dios, está en proporción directa con lo que sembremos.
Siembra un pensamiento y cosecharás una acción;
Siembra una acción y cosecharás un hábito;
Siembra un hábito y cosecharás un carácter;
Siembra un carácter y cosecharás un destino.
Samuel Smiles
Asumiendo que “tu semilla” es tan importante, porque afectará el destino de los demás, deberías considerar seriamente de que estás hecho, pues es eso lo que vas a dar, y por ende, lo que otros serán, y que a su vez, otros posteriores también serán, por la influencia de ellos.
Recuerda que cuando Dios ve tu vida, no solo te ve a ti, sino a muchos otros que van pisando tus huellas.
Acerca del autor
Pr. Marcos Vergara (marcos_vergara1@hotmail.com) pastorea la Comunidad Nuevo Pacto, en Asunción, Paraguay. Está casado con Alicia y tienen dos hijos.
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