Nuestro mensaje principal es el mensaje de Jesús: “Id y haced discípulos”. Buen Gobierno sostiene eso, y también se basa en el versículo que dice que Jesús no vino para ser servido sino para servir. Esto nos identifica, no descansamos hasta que una persona aprenda los principios cristianos, pero para vivir estos principios debe nacer de nuevo.
Nosotros trabajamos haciendo contactos con las instituciones públicas, previamente vía nota al ministro y a la dirección de Recursos Humanos y ellos a su vez, por nota de vuelta, nos aceptan como institución de capacitación en valores y principios y, por sobre todo, bíblicos para sus funcionarios. A partir de ahí, Buen Gobierno nombra un asesor en cada institución donde estamos trabajando, que sirve de nexo entre ellos y nosotros, y en la cual él se encarga también de coordinar talleres, devocionales, entrega de materiales como el devocionario Buena Semilla, entre otros. Así comienza un trabajo fuerte, ligado al departamento de Recursos Humanos de esa institución gubernamental. Ellos mismos se encargan de convocar a las personas. Aparte de eso tenemos contactos personales con gente en el despacho y además ya tenemos talleres, campamentos, retiros, teatros para la función pública.
Sí, nuestra meta es alcanzar al funcionario público. Actualmente no llegamos a los 250.000, pero estamos llegando por lo menos a 13.000 a través de Buenas Semilla y 7.000 a través de los cursos y 2.000 que son certificados finalmente. El perfil del funcionario público defino como un individuo que vive nombrado esperando ascender, muchas veces son considerados por la sociedad como personas corruptas, son muchas veces manoseados por políticos... Entonces estamos ante personas donde hay mucha inseguridad por un lado, colgados del Estado por otro lado, y nosotros dijimos: “Vamos a sentarnos también en el banquillo de los que les acusan o vamos a ir a llevarles el mensaje que ellos necesitan escuchar o deben escuchar, y juntos buscar una solución permanente para que nuestro país sea afectado”.
Desde el punto de vista de funcionario, si no cambia la estructura arriba, refiriéndome a la corrupción, sigue en la misma línea, y muchas veces ser honestos en dichos lugares o estar en desacuerdo con el jefe, significa traslado. Por eso es que nosotros llegamos a todos los niveles porque ellos están afectados, y mi preocupación con los funcionarios públicos es que pareciera que ellos viven sin propósito, sin un rumbo fijo, solamente dependiendo de cuándo van a jubilarse e incluso eso se refleja en el servicio que prestan, el desgano, la falta de visión. Entonces, en muchos de nuestros alumnos tratamos de salvarlos de eso, del riesgo de terminar en la monotonía, sin ambiciones. Muchos terminan enfermos, algunos son retirados, jubilados; pero están realmente inservibles en ese momento.
Hay ministros que se preocupan por su gente, pero hay otros que realmente no tienen esa visión y solamente enfocan su persona en actividades políticas o en relaciones con el Ejecutivo. Vemos que el ministro, personalmente, no enfrenta esto, sino que lo delega al departamento que se llama Bienestar del Personal o Recursos humanos. Un ministro casi no habla con el funcionario público, a no ser que necesite algo específico. En mi experiencia, en lo que yo he visto, no hay esa relación, sino que solamente cumple sus funciones ahí en la altura. Yo no veo que el ministro esté preocupado. Entonces nosotros venimos a cubrir ese vacío que se creó ahí, más todavía en este tiempo donde hay cambios políticos. ¿Quién dice la verdad? Ya que no son escuchados; yo por lo menos veo que no hay esa comunicación entre ministro y funcionarios.
Nosotros recibimos sobre autoestima, finanzas, cómo llegar a fin de mes, enfoques de liderazgo, resolución de conflictos, trabajo en equipo... Nos piden mucho sobre corrupción vs. integridad, y ya dependiendo del auditorio muchas veces ellos nos piden temas específicos: administración efectiva del tiempo o cómo ser líder en un mundo intermedio. Pero lo que más se pide es en el área del ser de la persona, porque muchos tienen problemas y otro tema solicitado es el liderazgo.
Institucionalmente lo que vemos en las personas que trabajan directamente con nosotros, a quienes hacemos un seguimiento, es que viven con otra motivación, porque el enfoque viene también apuntando a su familia, su actitud ante todos los desafíos que tienen. También hemos visto personas de este grupo ya agregarse a una iglesia local, porque de los cursos bíblicos sí o sí surge la pregunta después: “¿Dónde me voy?, ¿dónde aprendo?” Entonces ya tenemos varios en la lista que están naciendo, ya entrando a tener una comunión en una iglesia local. Pero especialmente hemos sido invitados para ser referentes en cuestiones de ética, de familia, que normalmente surgen en las instituciones públicas, y vemos un cambio de actitud permanente ahora entre aquellos que son nuestros alumnos. Hay una diferencia, aprendieron algunos principios y valores, por sobre todo que Dios les ama. Sin falta ellos reciben: Buena Semilla, material bíblico, e incluso hemos visto que algunos ascendieron por el hecho de que su jefe les ve más capacitados; les damos certificado, entonces se sienten considerados por Recursos Humanos. Esto tiene un valor agregado para nosotros, de tal forma que hoy en día es tan normal que un funcionario de Buen Gobierno esté hablando con gente, haciendo discipulado, evangelismo o consejería.
Sí, nuestro texto base, con el cual nos identificamos es: “Id y haced discípulos, a todas las naciones”, en Mateo 28:19-20 y el otro es Marcos 10:45, que dice: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Y, por supuesto, usamos la frase de Jesús guiando todo tipo de gente en su época: de la clase política, pobre, media. Jesús no rechazó a nadie, y hemos estructurado este programa para llegar a ese tipo de personas. También dentro de la institución hay niveles. Nuestra capacitación está orientada en forma trasversal, estamos preparados para llegar tanto al alto liderazgo como a la limpiadora de la institución. A ninguno de ellos rechazamos, porque Jesús murió por todos, y son los que muchas veces necesitan. Entonces el ministerio de Buen Gobierno es trasversal en ese sentido, y nos identifica la persona de Jesús mismo, quien no buscó por medio de la política influenciar, sino a través del mensaje. Si vamos a recordar a Zaqueo, a los publicanos de aquella época, al recaudador de impuestos, hoy en Tributación somos muy amigos con ellos, enseñamos muchas cosas y nos comparamos un poco con ellos. En Aduanas, por ejemplo, donde el concepto es corrupción, hoy en día nos convocan sus jefes, sus líderes, para que hagan este tipo de programas ahí. Para nosotros es algo que de alguna forma les está llegando a ellos así como Jesús llegó.
Con respecto a eso tengo algunas sugerencias. Justamente dentro de este tiempo estamos yendo a México, invitados por grupos de hermanos de allá que vieron a través de la página web nuestro programa, y decidieron crear lo mismo allá, y me preguntaron: ¿Cómo hago para empezar Buen Gobierno? Yo les dije así, en cuatro líneas, sin entrar en tantos detalles:
1. Tiene que haber una persona llamada para esta función, que ame a los funcionarios públicos.
2. Que tenga el perfil respetado por la comunidad cristiana de su ciudad.
3. Tiene que tener un grupo de profesionales cristianos dispuestos a dar su tiempo y enseñar en esta institución.
4. También debe tener un grupo de empresarios locales que digan: “Quiero ver a mi país transformado”, porque esto también requiere finanzas, apoyo. De entrada la función pública no le puede destinar fondos a esto, sino que debe ingresar.
Estamos, para esos países, interesados en contarles de nuestra experiencia y remitirles cómo podría ser en su contexto, a través de nuestra experiencia, porque el contexto es diferente al nuestro. Estamos dispuestos a ayudar; estamos abiertos para que nos hagan preguntas en la web: www.buengobierno.org.py
Si desea obtener una mayor información en cuanto a “Buen Gobierno”, visite la página web mencionada allí arriba o bien puede comunicarse a ésta dirección electrónica: mabadie@buengobierno.org.py
Máximo Abadíe
El Lic. Máximo Ramón Abadíe Segovia está casado con Francisca María Antonia Rivas. Tienen dos hijas: Lilian Andrea y Liz Anahí. Actualmente es pastor en la Iglesia Hermanos Menonitas de Luque. Obtuvo su formación teológica en el Instituto Bíblico Asunción. Además es licenciado en Ciencias Contables y Administrativas, con un posgrado en Capellanía Empresarial. Realizó algunos cursos en el extranjero en el área de Liderazgo.
El pastor Máximo Abadíe es el fundador de “Buen Gobierno” y actualmente allí se desempeña como director. Tienen 19 empleados y 35 oradores que llevan los talleres.
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