La Biblia nos pide tener temor de Dios como motivación a la obediencia. La ansiedad también tiende a producir indiferencia hacia Dios, sin embargo, es justamente en esos momentos cuando más necesitamos apoyarnos en Dios.
Por otro lado, si la preocupación y la ansiedad llegan a ser muy extremos, afectan al individuo, ya que absorbe mucha energía e impide que la persona tenga fuerzas suficientes para encontrar una solución ante su problema. Una ansiedad crónica, constantemente pone en alerta al sistema nervioso, lo cual es innecesario, acelerando el pulso del corazón; los músculos se tensionan y se estorba al sistema digestivo. Todo esto hace que el cuerpo se tensione, produciendo cansancio crónico y enfermedades irreales en el cuerpo. Finalmente, quita el gozo de vivir, ya que la persona ansiosa se preocupa por situaciones que no suceden realmente.
Por lo general, las personas que padecen ansiedad han experimentado situaciones de mucho temor, la crítica constante por parte de los miembros de la familia, roces entre los padres, en sus hogares les han transmitido temores innecesarios, o el padre ha sido muy duro, impidiendo recibir el cariño que necesitaban.
Por otro lado, es conveniente examinar y diferenciar si es una ansiedad verdadera o irracional. Si es realmente verdadero el peligro o la ansiedad nos lo muestra mayor de lo que verdaderamente es.
Debemos recordarle al creyente ansioso que Dios nos insta a que le expresemos con confianza toda preocupación o deseo (Fil 4:6-7). Así mismo, el creyente debe concentrarse en lo que Dios es y no en su sufrimiento o problema (Is. 36:3). Debe procurar vivir en el presente, vivir día a día (Mt 6:25-34). Obtener una confianza plena en Dios lo ayudará a disipar en gran porcentaje su ansiedad y temor por el mañana (Fil 4:13). Motivar al joven a expresar cada uno de sus temores y ansiedades. Es imposible eliminar por completo esta ansiedad, pero sí se puede lograr que el joven se sienta alivianado y fortalecido, escuchando música que edifique, motivándolo a practicar un deporte, a descansar bien.
Josh McDowell/Bob Hostetler. Manual para consejeros de jóvenes. Edit. Mundo Hispano.
Muy buen artículo. Gracias!!! Luis Soto
ResponderEliminarMil gracias!
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