Serie: Preparando al joven para las misiones. Parte 3/3 Por Félix Rodríguez Cuevas, Lic., felix.rodriguez@cima-net.com . Director del C...
Serie: Preparando al joven para las misiones. Parte 3/3
Por Félix Rodríguez Cuevas, Lic., felix.rodriguez@cima-net.com.
Director del CEC Paraguay, http://paraguay.elcec.org
En el artículo anterior enfatizamos la importancia de acompañar y discipular a los jóvenes que tienen grandes sueños y que tiene un llamado y un deseo de ir y servir a las misiones mundiales. Para ello algunas recomendaciones al respecto:
• Invítele al joven orar juntos una vez por semana.
• Invítele al joven que le acompañe a algunas de sus visitas.
• Ayúdele a encontrar un Seminario o Instituto Bíblico.
• Préstele libros que tengan relación con el ministerio de su llamado
• Invítele a conferencias o congresos que tengan relación con el ministerio.
• Presente a la iglesia un proyecto para la formación de este nuevo ministro.
• Enséñele a predicar y cédale el pulpito de vez en cuando.
Debemos encaminar a estos jóvenes.
Hay una pequeña diferencia entre “dirigir” y “encaminar”. Quien dirige, tiene su camino trazado, y los dirigidos lo siguen. Quien encamina, no necesariamente está en el camino, sino que ayuda a otros a que sigan su camino que ya está trazado. El Pastor tiene su camino y el joven que está iniciando en el ministerio está por descubrir su camino. En este descubrimiento, en este nuevo caminar, el joven necesita del pastor. Este nuevo camino se desprende del camino que ya está transitando, en donde el pastor es el guía. En esta transición el pastor debe pasar de quien “dirige” a quien “acompaña” y luego a quien “encamina”. Esta etapa de transición es muy difícil para el joven, y necesita del apoyo del Pastor.
Encaminar, en la practica es ayudar al joven a que no se salga de su nuevo camino. Para que el pastor se gane el derecho de ser escuchado, antes de encaminar debe acompañar. Algunas recomendaciones prácticas para este acompañamiento:
• Aceptar que el joven está por salir del camino del pastor para transitar su propio camino
• Hacerle sentir al joven que le estás apoyando y que estás contento de que se proyecte.
• No intervenir en las decisiones del joven, confiar de que Dios tratará con él personalmente.
• En caso de que por el camino el joven se desanime y quiera renunciar a su llamado, motívele a seguir adelante, sin desmayar.
• Esté siempre cerca de él durante su preparación. Pregúntele acerca de sus dificultades y necesidades.
• Hágale saber que su servicio dentro de la iglesia es una preparación para el llamado que Dios le ha dado, y no una competencia.
• Actúe como un facilitador en la búsqueda de un Seminario y de los fondos para cubrir sus estudios.
• Pregúntele cómo siguen las cosas y ore con él para que siga adelante.
• Sueñen y planeen juntos la futura ordenación o envío.
Debemos pastorear a estos jóvenes.
Esto tiene relación al cuidado personal. Como pastor debe preocuparse del desarrollo integral del joven. Esto asegurará un ministro maduro. El cuidado debe abarcar todas las áreas del joven: espiritual, emocional, físico y social. Algunas recomendaciones
• Tenga encuentros periódicos para conocer de su desarrollo y solidez espiritual.
• Ore siempre por el joven, para que Dios lo perfecciones y le libre de las tentaciones de su edad.
• Sea amigo del joven, descubra lo que tiene en su corazón. Ayúdele a resolver todos los conflictos internos que le ha dejado su pasado.
• Preocúpese de su salud y bienestar físico. Invítele a correr o practicar algún deporte.
• Enséñele a planificar sus finanzas. Motívele a ahorrar y eliminar sus deudas, especialmente si quiere salir como misionero.
• Ore juntos por su futura compañera de vida. Conversen de la importancia de que esta comparta la misma pasión que Dios le ha dado.
• Oren juntos para que Dios prepare a la iglesia y a su familia para la nueva etapa que vendrá, más aún si el llamado es para misiones transculturales.
Estas son algunas ideas que pueden ayudar a los pastores a cumplir mejor su rol de formador de nuevos ministros. Dios nos ha dado una gran responsabilidad y un gran privilegio.
Esta serie de artículos fue escrito por Félix Rodríguez Cuevas, paraguayo. Pastor Bautista. Lic. En Teología. Prof. del Seminario Teológico Bautista. Director del Centro de Entrenamiento Cristiano, sede Paraguay. Casado con María y padre de Samuel.
Por Félix Rodríguez Cuevas, Lic., felix.rodriguez@cima-net.com.
Director del CEC Paraguay, http://paraguay.elcec.org
En el artículo anterior enfatizamos la importancia de acompañar y discipular a los jóvenes que tienen grandes sueños y que tiene un llamado y un deseo de ir y servir a las misiones mundiales. Para ello algunas recomendaciones al respecto:
• Invítele al joven orar juntos una vez por semana.
• Invítele al joven que le acompañe a algunas de sus visitas.
• Ayúdele a encontrar un Seminario o Instituto Bíblico.
• Préstele libros que tengan relación con el ministerio de su llamado
• Invítele a conferencias o congresos que tengan relación con el ministerio.
• Presente a la iglesia un proyecto para la formación de este nuevo ministro.
• Enséñele a predicar y cédale el pulpito de vez en cuando.
Debemos encaminar a estos jóvenes.
Hay una pequeña diferencia entre “dirigir” y “encaminar”. Quien dirige, tiene su camino trazado, y los dirigidos lo siguen. Quien encamina, no necesariamente está en el camino, sino que ayuda a otros a que sigan su camino que ya está trazado. El Pastor tiene su camino y el joven que está iniciando en el ministerio está por descubrir su camino. En este descubrimiento, en este nuevo caminar, el joven necesita del pastor. Este nuevo camino se desprende del camino que ya está transitando, en donde el pastor es el guía. En esta transición el pastor debe pasar de quien “dirige” a quien “acompaña” y luego a quien “encamina”. Esta etapa de transición es muy difícil para el joven, y necesita del apoyo del Pastor.
Encaminar, en la practica es ayudar al joven a que no se salga de su nuevo camino. Para que el pastor se gane el derecho de ser escuchado, antes de encaminar debe acompañar. Algunas recomendaciones prácticas para este acompañamiento:
• Aceptar que el joven está por salir del camino del pastor para transitar su propio camino
• Hacerle sentir al joven que le estás apoyando y que estás contento de que se proyecte.
• No intervenir en las decisiones del joven, confiar de que Dios tratará con él personalmente.
• En caso de que por el camino el joven se desanime y quiera renunciar a su llamado, motívele a seguir adelante, sin desmayar.
• Esté siempre cerca de él durante su preparación. Pregúntele acerca de sus dificultades y necesidades.
• Hágale saber que su servicio dentro de la iglesia es una preparación para el llamado que Dios le ha dado, y no una competencia.
• Actúe como un facilitador en la búsqueda de un Seminario y de los fondos para cubrir sus estudios.
• Pregúntele cómo siguen las cosas y ore con él para que siga adelante.
• Sueñen y planeen juntos la futura ordenación o envío.
Debemos pastorear a estos jóvenes.
Esto tiene relación al cuidado personal. Como pastor debe preocuparse del desarrollo integral del joven. Esto asegurará un ministro maduro. El cuidado debe abarcar todas las áreas del joven: espiritual, emocional, físico y social. Algunas recomendaciones
• Tenga encuentros periódicos para conocer de su desarrollo y solidez espiritual.
• Ore siempre por el joven, para que Dios lo perfecciones y le libre de las tentaciones de su edad.
• Sea amigo del joven, descubra lo que tiene en su corazón. Ayúdele a resolver todos los conflictos internos que le ha dejado su pasado.
• Preocúpese de su salud y bienestar físico. Invítele a correr o practicar algún deporte.
• Enséñele a planificar sus finanzas. Motívele a ahorrar y eliminar sus deudas, especialmente si quiere salir como misionero.
• Ore juntos por su futura compañera de vida. Conversen de la importancia de que esta comparta la misma pasión que Dios le ha dado.
• Oren juntos para que Dios prepare a la iglesia y a su familia para la nueva etapa que vendrá, más aún si el llamado es para misiones transculturales.
Estas son algunas ideas que pueden ayudar a los pastores a cumplir mejor su rol de formador de nuevos ministros. Dios nos ha dado una gran responsabilidad y un gran privilegio.
Esta serie de artículos fue escrito por Félix Rodríguez Cuevas, paraguayo. Pastor Bautista. Lic. En Teología. Prof. del Seminario Teológico Bautista. Director del Centro de Entrenamiento Cristiano, sede Paraguay. Casado con María y padre de Samuel.