que la dirección de una organización puede reducirse a dos categorías básicas: el enfoque en los objetos y el enfoque en las ideas. Desgraciadamente a las personas, a menudo, se les coloca en la categoría de objetos. En general es más fácil administrar los objetos que las ideas, porque los objetos son tangibles, mientras que las ideas son intangibles. En los objetos se incluyen presupuestos, medios de transporte o servicios públicos, materiales y suministros. Los objetos pueden ser contados, inventariados y en la mayoría de los casos fácilmente localizados y controlados. Por el contrario, las ideas no son visibles, son difíciles de evaluar, a veces difíciles de explicar y con facilidad se hace caso omiso de ellas y de hecho existen con frecuencia sin que la dirección sea consciente de su existencia. Todas las cosas en realidad principian como ideas en la mente de alguna persona. Todo objeto de fabricación humana, que existe o ha existido, fue concebido como una idea en la mente de una persona. Por la tanto el líder interesado en el progreso de su organización o iglesia debe darle máxima importancia al enfoque de las ideas.
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