El suicidio o intento de suicidio es un problema que cada pastor tarde o temprano enfrenta. Con frecuencia se dice que quien amenaza suicida...
El suicidio o intento de suicidio es un problema que cada pastor tarde o temprano enfrenta. Con frecuencia se dice que quien amenaza suicidarse no cumplirá su amenaza. Pero eso no es cierto. Se ha observado que alrededor del 75% de quienes se suicidan dan advertencia definida de lo que se proponen hacer. Por eso es importante tomar enserio cada amenaza.
El problema del suicidio no radica en eliminar su propia vida, sino tiene su raíz en un trastorno emocional, causado por el pecado, por el cuál necesita urgentemente ayuda.
Las causas del suicidio pueden ser el resultado de motivaciones varias y complejas entre los cuales se manejan
(a) Trastornos mentales (primariamente la depresión),
(b) Factores Sociales (desilusión y pérdida),
(c) Personalidades anormales (impulsividad y agresión),
(d) Enfermedades físicas.
La depresión es causa de la mitad de los suicidios y ésta puede ser precipitada por problemas conyugales, noviazgos rotos, disputas entre hijos y padres y muerte familiar reciente entre ancianos. El alcohol predispone a los actos suicidas al agravar la intensidad de toda oscilación depresiva del estado de ánimo, y por disminuir el autocontrol. Los pacientes epilépticos con frecuencia sufren momentos de profunda depresión. Estas alteraciones de ánimo hacen que tenga un riesgo mayor que el normal de la conducta suicida. Las personas con trastornos de personalidad, sobre todo aquellas inmaduras emocionalmente que toleran poco la frustración y reacciones al stress de manera violenta con agresión, tienden al suicidio, especialmente si tienen antecedentes de consumo de drogas, alcohol o conducta criminal. Entre las personas separadas y divorciadas, quienes viven en soledad y depresión, hay un gran número de intentos de suicidio porque no logran manejar el stress de establecer un cambio de vida.
Algunos rasgos de alerta sobre un posible alto riesgo de suicidio en una persona deprimida son las siguientes:
• Personas mayores de 50 años, especialmente hombres, aunque últimamente hay un notable aumento entre adolescentes.
• Personas deprimidas con sentimiento de culpa, con una historia de intentos previos de suicidio o historia familiar de suicidio. Personas que sufrieron la pérdida de un ser querido por muerte o separación. Personas con adicciones, con una enfermedad dolorosa o incapacitante grave o los que usan medicamentos.
• También tienen un alto riesgo de suicidio las personas deprimidas que tengan los siguientes rasgos sociales: Divorciados o viudos. Pérdida de un ser querido. Dificultades financieras. Falta de amigos. Desempleo. Ningún contacto con una iglesia.
Es de suma importancia estar alerta y estar dispuesto a conversar cuando estas personas hablan abiertamente del suicidio o de no estar presente en el futuro. A veces empiezan a regalar sus pertenencias, preguntan acerca del suicidio o ciertas veces quieren poner en orden algunas cosas personales.
Para ayudar a una persona que está en riesgo de intento de suicidio es necesario establecer una relación con la persona para lograr una comunicación abierta:
• Es importante recordarle su identidad y ayudarle a identificar el problema que ha provocado la crisis.
• Es necesario que la persona sepa que puede acercarse a usted con este problema.
• Alienta a la persona a participar de acciones sociales constructivas.
• Es recomendable implicar a la familia y a los amigos de la persona y recordarle que hay otros que le quiere y desean ayudarle.
• Es elemental dar a conocer que la Biblia anuncia una manera de pasar de muerta a vida: “Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.” Juan 5:24.
• Esperar el momento oportuno para presentar el plan de salvación.
Si Usted desea informarse más acerca de este tema le recomendamos el sitio Psicología Popular, que aborda esta temática desde un punto de vista bíblico: http://psicologiapopular.com/suicidio.htm
Fuentes:
1. Enciclopedia de problemas sicológicos de Clyde M. Narramore, Unilit, p. 200.
2. Manual de Consejería de Radio Trans Mundial.
El problema del suicidio no radica en eliminar su propia vida, sino tiene su raíz en un trastorno emocional, causado por el pecado, por el cuál necesita urgentemente ayuda.
Las causas del suicidio pueden ser el resultado de motivaciones varias y complejas entre los cuales se manejan
(a) Trastornos mentales (primariamente la depresión),
(b) Factores Sociales (desilusión y pérdida),
(c) Personalidades anormales (impulsividad y agresión),
(d) Enfermedades físicas.
La depresión es causa de la mitad de los suicidios y ésta puede ser precipitada por problemas conyugales, noviazgos rotos, disputas entre hijos y padres y muerte familiar reciente entre ancianos. El alcohol predispone a los actos suicidas al agravar la intensidad de toda oscilación depresiva del estado de ánimo, y por disminuir el autocontrol. Los pacientes epilépticos con frecuencia sufren momentos de profunda depresión. Estas alteraciones de ánimo hacen que tenga un riesgo mayor que el normal de la conducta suicida. Las personas con trastornos de personalidad, sobre todo aquellas inmaduras emocionalmente que toleran poco la frustración y reacciones al stress de manera violenta con agresión, tienden al suicidio, especialmente si tienen antecedentes de consumo de drogas, alcohol o conducta criminal. Entre las personas separadas y divorciadas, quienes viven en soledad y depresión, hay un gran número de intentos de suicidio porque no logran manejar el stress de establecer un cambio de vida.
Algunos rasgos de alerta sobre un posible alto riesgo de suicidio en una persona deprimida son las siguientes:
• Personas mayores de 50 años, especialmente hombres, aunque últimamente hay un notable aumento entre adolescentes.
• Personas deprimidas con sentimiento de culpa, con una historia de intentos previos de suicidio o historia familiar de suicidio. Personas que sufrieron la pérdida de un ser querido por muerte o separación. Personas con adicciones, con una enfermedad dolorosa o incapacitante grave o los que usan medicamentos.
• También tienen un alto riesgo de suicidio las personas deprimidas que tengan los siguientes rasgos sociales: Divorciados o viudos. Pérdida de un ser querido. Dificultades financieras. Falta de amigos. Desempleo. Ningún contacto con una iglesia.
Es de suma importancia estar alerta y estar dispuesto a conversar cuando estas personas hablan abiertamente del suicidio o de no estar presente en el futuro. A veces empiezan a regalar sus pertenencias, preguntan acerca del suicidio o ciertas veces quieren poner en orden algunas cosas personales.
Para ayudar a una persona que está en riesgo de intento de suicidio es necesario establecer una relación con la persona para lograr una comunicación abierta:
• Es importante recordarle su identidad y ayudarle a identificar el problema que ha provocado la crisis.
• Es necesario que la persona sepa que puede acercarse a usted con este problema.
• Alienta a la persona a participar de acciones sociales constructivas.
• Es recomendable implicar a la familia y a los amigos de la persona y recordarle que hay otros que le quiere y desean ayudarle.
• Es elemental dar a conocer que la Biblia anuncia una manera de pasar de muerta a vida: “Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida.” Juan 5:24.
• Esperar el momento oportuno para presentar el plan de salvación.
Si Usted desea informarse más acerca de este tema le recomendamos el sitio Psicología Popular, que aborda esta temática desde un punto de vista bíblico: http://psicologiapopular.com/suicidio.htm
Fuentes:
1. Enciclopedia de problemas sicológicos de Clyde M. Narramore, Unilit, p. 200.
2. Manual de Consejería de Radio Trans Mundial.